Encuesta entre 6000 escolares
Domina la dieta de los alumnos la comida chatarra
Por Sebastián A. Ríos De la Redacción de LA NACION
Alta en grasas, en calorías, en sal y en azúcares. Todo lo que no debe tener una dieta para evitar la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares es lo que tiene la de los chicos y los adolescentes argentinos, según revela una encuesta realizada entre más de 6000 alumnos de escuelas bonaerenses.
?Los chicos tienen el hábito de comer lo que llamamos comida chatarra, principalmente hamburguesas y salchichas, y, a la vez, comen pocas frutas y verduras. En definitiva, una alimentación hipergrasa que lleva a la obesidad, que es lo que estamos viendo hoy en el consultorio?, dijo a LA NACION la licenciada Silvia Juárez, del Servicio de Nutrición y Diabetes del Hospital Universitario Austral.
La idea de realizar la encuesta surgió el año pasado en el contexto del Primer Congreso de Pacientes, organizado por el Programa de Prevención Cardiovascular del citado hospital. Así, tras encuestar a 6313 alumnos de entre 6 y 18 años, provenientes de 26 escuelas públicas y privadas de la zona norte de la provincia de Buenos Aires, médicos y pacientes obtuvieron estadísticas que bosquejan un escenario preocupante. Basta mencionar que 78,6% de los encuestados dijo almorzar hamburguesas o salchichas entre 4 y 7 veces a la semana, que sólo un 14% incluía frutas y verduras en 6 a 7 de esos almuerzos, y que el 48,5% reconoció agregarle sal a la comida en la mesa.
Pero lo más preocupante es que esa dieta no es necesariamente la que los chicos y los adolescentes siguen, librados a su propia elección, cuando comen fuera del hogar (ya que, de hecho, el 73,8% de los encuestados dijo almorzar habitualmente en su casa). La encuesta también indagó sobre los alimentos que se les ofrecían a los chicos a la hora de la cena, y los datos obtenidos tampoco son alentadores.
A la hora de la cena
"No encontramos grandes diferencias entre lo que comen los chicos al mediodía y lo que comen durante la cena", comentó el doctor Sergio Baratta, cardiólogo del Hospital Universitario Austral, que participó de la encuesta cuyos resultados serán presentados durante el próximo congreso de pacientes, que se realizará el 24 y el 25 de octubre próximos.
Si bien la comida chatarra (hamburguesas, salchichas) estaba presente entre 4 y 7 veces a la semana en las cenas del 18,4% de los encuestados, la variedad de alimentos ofrecidos en la última comida del día resultó bastante reducida: sólo el 10,6% comía frutas de 6 a 7 días a la semana, y sólo el 11,5% comía verduras por las noches.
En cuanto a los productos cárnicos presentes en la mesa, el 31% dijo cenar entre 6 y 7 veces a la semana carne vacuna; el 9,1%, carne de pollo, y el 0,8%, de pescado (una proporción similar a la observada en los almuerzos). Por otro lado, se observó un alto consumo de pastas en las cenas: el 19% cenaba fideos de 6 a 7 veces a la semana, y el 39,9%, de 4 a 5 veces.
"El problema es que lo que vemos es que las pastas suelen ser acompañadas no con salsas caseras elaboradas con tomates o con verduras frescas, sino con manteca, crema de leche y productos envasados -comentó Juárez-, lo que representa un aporte aún mayor de grasa y de sodio a la dieta."
Por otro lado, el 42,2% de los chicos y adolescentes encuestados dijo beber gaseosas no dietéticas durante el almuerzo, y un 40,9% a la hora de la cena, lo que representa un aporte significativo de azúcar y calorías a una dieta de por sí hipercalórica.
"El problema de los chicos no es que coman proteínas, que las necesitan, sino que los alimentos que incorporan presentan un aporte muy alto de grasas y de azúcares, que conducen a patologías que son cada vez más frecuentes, como la obesidad, el síndrome metabólico y la diabetes", agregó el doctor Baratta.
Se estima que, en la Argentina, entre el 26 y el 30% de los chicos y adolescentes tienen sobrepeso u obesidad, según han mostrado distintos estudios epidemiológicos.
"Los chicos están muy desorientados a la hora de elegir sus alimentos, por lo que debería ser fundamental trabajar desde edades tempranas en la enseñanza de la distribución de los alimentos en la pirámide alimentaria -dijo Juárez-. La pirámide tiene una base de hidratos de carbono complejos, pero acompañados por verduras, por lo menos una porción cruda y una cocida al día, y por frutas, que aportan vitaminas y minerales."
Otros consejos nutricionales son: "Incorporar alimentos variados, no saltear las comidas, hacer por lo menos una comida al día en familia, evitar comer con el televisor encendido, y desayunar siempre", agregó.
Tabaco y sedentarismo
La encuesta llevada adelante por pacientes y médicos participantes del Primer Congreso de Pacientes no sólo indagó sobre las costumbres alimentarias de chicos y adolescentes. También abordó otros aspectos que hacen a hábitos fundamentales para la salud y una buena calidad de vida, como el evitar el contacto de los menores con el humo del tabaco.
"Nos interesaba conocer la relación de los alumnos con el humo del tabaco -comentó Baratta-. Y hallamos que en el 55% de las familias había al menos una persona que fumaba, y que el 39% fumaba dentro del hogar. Además, el 6,1% de los chicos de entre 12 y 15 años dijo haber fumado alguna vez; entre los mayores de 15, el 8,1% había fumado."
Al igual que el contacto (activo o pasivo) con el humo del tabaco, el sedentarismo también constituye otro factor de riesgo cardiovascular prevenible. Y también fue motivo de estudio: "El 18% dijo no realizar actividad física fuera de la escuela, mientras que un 53% hace actividad física entre 1 y 3 veces a la semana, cuando lo que se recomienda es que los chicos hagan actividad física al menos 5 días a la semana".
¿A qué dedicaban su tiempo libre los encuestados? Veían en promedio 4 horas diarias de televisión y pasaban 2 horas frente a la PC o con los videojuegos.
"Nuestro compromiso con los colegios en los que hicimos la encuesta fue que, una vez procesados los datos, hiciéramos una devolución a cada uno de los colegios de los resultados obtenidos -concluyó Baratta-. La idea es hacer esa devolución y avanzar luego al siguiente paso, que es trabajar en mejorar los hábitos en cada institución en particular."
Domina la dieta de los alumnos la comida chatarra
Por Sebastián A. Ríos De la Redacción de LA NACION
Alta en grasas, en calorías, en sal y en azúcares. Todo lo que no debe tener una dieta para evitar la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares es lo que tiene la de los chicos y los adolescentes argentinos, según revela una encuesta realizada entre más de 6000 alumnos de escuelas bonaerenses.
?Los chicos tienen el hábito de comer lo que llamamos comida chatarra, principalmente hamburguesas y salchichas, y, a la vez, comen pocas frutas y verduras. En definitiva, una alimentación hipergrasa que lleva a la obesidad, que es lo que estamos viendo hoy en el consultorio?, dijo a LA NACION la licenciada Silvia Juárez, del Servicio de Nutrición y Diabetes del Hospital Universitario Austral.
La idea de realizar la encuesta surgió el año pasado en el contexto del Primer Congreso de Pacientes, organizado por el Programa de Prevención Cardiovascular del citado hospital. Así, tras encuestar a 6313 alumnos de entre 6 y 18 años, provenientes de 26 escuelas públicas y privadas de la zona norte de la provincia de Buenos Aires, médicos y pacientes obtuvieron estadísticas que bosquejan un escenario preocupante. Basta mencionar que 78,6% de los encuestados dijo almorzar hamburguesas o salchichas entre 4 y 7 veces a la semana, que sólo un 14% incluía frutas y verduras en 6 a 7 de esos almuerzos, y que el 48,5% reconoció agregarle sal a la comida en la mesa.
Pero lo más preocupante es que esa dieta no es necesariamente la que los chicos y los adolescentes siguen, librados a su propia elección, cuando comen fuera del hogar (ya que, de hecho, el 73,8% de los encuestados dijo almorzar habitualmente en su casa). La encuesta también indagó sobre los alimentos que se les ofrecían a los chicos a la hora de la cena, y los datos obtenidos tampoco son alentadores.
A la hora de la cena
"No encontramos grandes diferencias entre lo que comen los chicos al mediodía y lo que comen durante la cena", comentó el doctor Sergio Baratta, cardiólogo del Hospital Universitario Austral, que participó de la encuesta cuyos resultados serán presentados durante el próximo congreso de pacientes, que se realizará el 24 y el 25 de octubre próximos.
Si bien la comida chatarra (hamburguesas, salchichas) estaba presente entre 4 y 7 veces a la semana en las cenas del 18,4% de los encuestados, la variedad de alimentos ofrecidos en la última comida del día resultó bastante reducida: sólo el 10,6% comía frutas de 6 a 7 días a la semana, y sólo el 11,5% comía verduras por las noches.
En cuanto a los productos cárnicos presentes en la mesa, el 31% dijo cenar entre 6 y 7 veces a la semana carne vacuna; el 9,1%, carne de pollo, y el 0,8%, de pescado (una proporción similar a la observada en los almuerzos). Por otro lado, se observó un alto consumo de pastas en las cenas: el 19% cenaba fideos de 6 a 7 veces a la semana, y el 39,9%, de 4 a 5 veces.
"El problema es que lo que vemos es que las pastas suelen ser acompañadas no con salsas caseras elaboradas con tomates o con verduras frescas, sino con manteca, crema de leche y productos envasados -comentó Juárez-, lo que representa un aporte aún mayor de grasa y de sodio a la dieta."
Por otro lado, el 42,2% de los chicos y adolescentes encuestados dijo beber gaseosas no dietéticas durante el almuerzo, y un 40,9% a la hora de la cena, lo que representa un aporte significativo de azúcar y calorías a una dieta de por sí hipercalórica.
"El problema de los chicos no es que coman proteínas, que las necesitan, sino que los alimentos que incorporan presentan un aporte muy alto de grasas y de azúcares, que conducen a patologías que son cada vez más frecuentes, como la obesidad, el síndrome metabólico y la diabetes", agregó el doctor Baratta.
Se estima que, en la Argentina, entre el 26 y el 30% de los chicos y adolescentes tienen sobrepeso u obesidad, según han mostrado distintos estudios epidemiológicos.
"Los chicos están muy desorientados a la hora de elegir sus alimentos, por lo que debería ser fundamental trabajar desde edades tempranas en la enseñanza de la distribución de los alimentos en la pirámide alimentaria -dijo Juárez-. La pirámide tiene una base de hidratos de carbono complejos, pero acompañados por verduras, por lo menos una porción cruda y una cocida al día, y por frutas, que aportan vitaminas y minerales."
Otros consejos nutricionales son: "Incorporar alimentos variados, no saltear las comidas, hacer por lo menos una comida al día en familia, evitar comer con el televisor encendido, y desayunar siempre", agregó.
Tabaco y sedentarismo
La encuesta llevada adelante por pacientes y médicos participantes del Primer Congreso de Pacientes no sólo indagó sobre las costumbres alimentarias de chicos y adolescentes. También abordó otros aspectos que hacen a hábitos fundamentales para la salud y una buena calidad de vida, como el evitar el contacto de los menores con el humo del tabaco.
"Nos interesaba conocer la relación de los alumnos con el humo del tabaco -comentó Baratta-. Y hallamos que en el 55% de las familias había al menos una persona que fumaba, y que el 39% fumaba dentro del hogar. Además, el 6,1% de los chicos de entre 12 y 15 años dijo haber fumado alguna vez; entre los mayores de 15, el 8,1% había fumado."
Al igual que el contacto (activo o pasivo) con el humo del tabaco, el sedentarismo también constituye otro factor de riesgo cardiovascular prevenible. Y también fue motivo de estudio: "El 18% dijo no realizar actividad física fuera de la escuela, mientras que un 53% hace actividad física entre 1 y 3 veces a la semana, cuando lo que se recomienda es que los chicos hagan actividad física al menos 5 días a la semana".
¿A qué dedicaban su tiempo libre los encuestados? Veían en promedio 4 horas diarias de televisión y pasaban 2 horas frente a la PC o con los videojuegos.
"Nuestro compromiso con los colegios en los que hicimos la encuesta fue que, una vez procesados los datos, hiciéramos una devolución a cada uno de los colegios de los resultados obtenidos -concluyó Baratta-. La idea es hacer esa devolución y avanzar luego al siguiente paso, que es trabajar en mejorar los hábitos en cada institución en particular."
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