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lunes, 28 de julio de 2008


¿Sin salida?
La crisis del cine: se venden menos entradas y cerrarían grandes cadenas
La piratería, el alto costo de las entradas y la falta de filmes convocantes, señalados como culpables. Los rumores del cierre de un gram complejo.

El alto costo de las entradas y la facilidad de acceder a copias truchas de películas comerciales están dinamitand o la industria del cine. En la primera mitad del año, la cantidad de espectadores que concurrieron a las salas argentinas bajó un ocho por ciento en relación a igual período del año pasado. Según un balance realizado por el sitio Otros Cines, elaborado con informes de empresas privadas, de enero a junio fueron vendidas 16 mil 700 entradas, mientras que el año pasado, en ese mismo lapso, pasaron por los cines 18 millones 120 mil personas. Si bien los motivos de esta baja pueden ser diversos, una encuesta realizada por la revista especializada El Amante revela que al 95 por ciento de sus lectores el valor de las entradas les parece de caro a disparatadamente caro. Pero no sólo los espectadores se quejan. Los exhibidores coinciden, pero aseguran que el precio de las entradas guarda una estrecha relación con los costos. Para ellos, es tan determinante como la creciente piratería. Lo cierto es que ese "miedo a la sala vacía" los lleva a descartar aquellas películas que no cuentan con una gran campaña publicitaria o no están protagonizadas por estrellas. Por eso, además, la oferta es cada vez más homogénea y reducida. Las mayores víctimas de esta situación son las producciones independientes argentinas que, o bien no encuentran salas, o son sacadas del circuito luego de la primera semana por no cumplir con la media de exhibición. Los productores reclaman una nueva ley que los proteja e incentive la industria. Para ellos, en principio, es necesario que se cumpla la cuota de pantalla, que se limite la cantidad de copias de tanques extranjeros y que se baje la media que establece la permanencia de un film en una sala.
Los distribuidores también aseguran que la crisis los alcanza. Ellos argumentan que, debido a la devaluación y a la posterior y creciente inflación, sólo ganan dinero con un puñado de películas y que con la gran mayoría van a pérdida. Lo cierto es que durante el primer semestre de 2008 ninguna película logró alcanzar el millón de espectadores mientras que el año pasado habían superado esa cifra cuatro producciones. El Village. Ante la crisis, comenzó la ola de rumores. Algunos indicaban que Village, una de las tres cadenas más importantes del país, tenía pensado cerrar su popular complejo en el barrio de Recoleta. Pero al ser consultado por Perfil.com, Sebastián Valenzuela, gerente general de la empresa fue claro: " De ninguna manera tenemos pensado cerrar". Valenzuela explicó que se está "trabajando en un proyecto de reformas de algunos espacios del edificio para tener una oferta comercial más variada". Valenzuela coincide en que el sector está pasando por una profunda crisis, pero para él se trata de una cuestión cíclica. "Hay años en los que los estrenos son más convocantes y otros en los que no", indicó, al tiempo que señaló a la piratería como el peor de los males. Lo cierto es que esta baja en la media de espectadores es un fenómeno mundial. La industria estadounidense sufre los mismos síntomas, pero los productores y exhibidores fueron más rápidos de reflejos: apuestan a la nueva tecnología. En realidad, no tan nueva, pero más efectiva que nunca: las tres dimensiones. La nueva versión de Viaje al centro de la Tierra es la primera producción con actores de carne y hueso filmada íntegramente con tecnología digital y en tres dimensiones. La lista de películas de este estilo a estrenarse en los próximos años es extensa. La idea es brindarle al espectador algo que no pueda reproducir en la intimidad de su hogar: la posibilidad de estar dentro de su película favorita.

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