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miércoles, 6 de abril de 2011

MEDIOS Y COMUNICACION


Medios comunitarios y populares ante la
nueva ley


Diego Jaimes hace un repaso de avances
concretados y desafíos que se presentan a los medios comunitarios y populares
en el proceso de aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.




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Por Diego Jaimes *


Superados los principales escollos judiciales impuestos por las
corporaciones multimediáticas, han comenzado a darse los primeros pasos para la
aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. La norma está
vigente, y para los medios gestionados por organizaciones sociales se vislumbra
una serie de desafíos en el horizonte a mediano y largo plazo. Este y otros temas
serán parte de la asamblea anual del Foro Argentino de Radios Comunitarias
(Farco), que se desarrollará en Santiago del Estero los días 8, 9 y 10 de
abril.


- Institucionalidad. Uno
de los pasos ya dados es la creación de la Autoridad Federal de Servicios de
Comunicación Audiovisual (Afsca) como ente de aplicación de la ley,
reemplazando al viejo –y no tan querido– Comfer. Fue creado también el Consejo
Federal de la Comunicación Audiovisual, en el cual están representados todos
los sectores de la comunicación y los gobiernos provinciales.


- Contenidos. Se avanzó en generar
un acceso amplio a los acontecimientos considerados de interés general, en
especial espectáculos deportivos restringidos en años anteriores a quienes
podían pagarlos (Deportes para Todos es el caso emblemático). Se están
ordenando –no sin conflictos con los grandes grupos– las grillas de los canales
de cable. Es cada vez más visible el desarrollo tecnológico que se está
realizando a través de la Televisión Digital. Además de ampliarse la cobertura
y el acceso, se promueve la creación de nuevas señales –públicas, privadas y
comunitarias–, así como la producción de contenidos a nivel local, regional y
federal, en alta definición.


- La clave. En este contexto de
claros avances –impensados años atrás–, las organizaciones sociales que
gestionan medios comunitarios y populares vienen creciendo y fortaleciéndose,
orientando sus estrategias para incidir políticamente en el ámbito de lo
público. Estos medios son espacios de participación popular y ciudadana en el
escenario mediático y ponen en escena las voces, los temas, los conflictos, las
miradas del mundo y los enfoques silenciados por las corporaciones. Los
desafíos hoy son básicamente cualitativos, aunque hay una cifra que los
sintetiza: el 33 por ciento del espectro radioeléctrico, reservado para los
medios comunitarios. La clave: cómo se ocupa ese lugar con participación
popular, responsabilidad y calidad comunicacional.


- Formación y
capacitación
. Es indispensable fortalecer las capacidades de las y los comunicadores
sociales en todos los roles a cubrir en un medio de comunicación: locutores,
conductores, productores, operadores técnicos, etc. Y no sólo en las cuestiones
técnicas, sino fundamentalmente en aquellas vinculadas con el tipo de proyecto
político-comunicacional que está en juego. Mucho se ha aprendido en los últimos
veinte años y mucho queda por aprender. En este sentido, es para resaltar la
alianza del Farco con el Ministerio de Trabajo y la Dirección de Industrias
Culturales de la Nación para abrir cinco centros de formación profesional en
distintos puntos del país que incluirán a cien futuros trabajadores de la
radio. También la iniciativa “Todas las Voces Todos”, que ha fortalecido a cien
radios escolares en zonas rurales y de frontera en convenio con el Ministerio
de Desarrollo Social y la Afsca.


- Redes y recursos. Los medios
comunitarios necesitan sostenerse en términos económicos y financieros, y para
eso deben propiciar tanto el desarrollo de fondos provenientes del Estado –fondos
de fomento, publicidad– como estrategias de “mercadeo” en pequeña y mediana
escala. Pero lo que realmente “sostiene” a los medios populares es su capacidad
de articulación con otros actores sociales, en el marco de proyectos
político-culturales mucho más amplios.


- Incidencia pública. Las radios
comunitarias son reconocidas y valoradas por sus comunidades, aunque no siempre
elegidas como medio de información primordial. Su capacidad para instalar temas
en agenda y ser fuente de opinión legítima es otro gran desafío de esta etapa.
Hay experiencias a destacar en este sentido, como el Informativo Diario que el
Farco realiza en su Centro de Producción desde hace ya cinco años, producido en
las mismas radios y difundido vía satélite e Internet a más de 170 emisoras en
todo el país. La Agencia Télam está replicando estas noticias cada vez con
mayor frecuencia a partir de un convenio conjunto.


La Asamblea de Farco a
realizarse en Santiago del Estero –donde estarán presentes las organizaciones
que luchan por el derecho a la tierra en esa provincia– será una buena
oportunidad para avanzar en esos y otros debates. En este encuentro, además, se
agregarán nuevas emisoras a las 65 ya existentes, para seguir ampliando y
fortaleciendo la red.


* Licenciado en Comunicación UBA.


MEDIOS Y COMUNICACION


Dibujitos: consumismo vs Paka Paka


Roberto Samar discute acerca de la oferta
de los medios de comunicación destinada al público infantil, el aporte que hace
PakaPaka y la necesidad de que esa señal esté efectivamente al alcance de
todos.




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Por Roberto Samar *


Los discursos consumistas de los medios masivos de comunicación inciden en
la imagen de la realidad social. Los mensajes, a largo plazo, van construyendo
el soporte de los futuros deseos y fantasías.


El estudio de la
relación entre los productos de entretenimiento para chicos y el consumo no es
nuevo. En el libro Para leer al Pato Donald, de Ariel Dorfman y Armand
Mattelart (1972), se analizaban los discursos que circulaban en las historietas
de las revistas de Disney; y se señalaba que en el mundo de Walt “cada palabra
es publicidad de una cosa o un personaje, se vive la compulsión del consumo
intenso”.


En el mismo sentido, los
autores sostenían que “no podemos entender cómo esta obsesión por la compra puede
hacerle bien a un niño, a quien subrepticiamente se le inyecta el decreto de
consumir y seguir consumiendo sin que los artefactos hagan falta. Este es el
único código ético de Disney: comprar para que el sistema se mantenga, botar
los objetos y comprar el mismo objeto, levemente diferenciado, mañana”.


Esta situación se
graficaba en las viejas revistas del Pato Donald, donde el lugar común de las
historias era la acumulación de dinero, la idealización del terrateniente o del
banquero, llegando hasta la fantasía de comprar una isla.


En la actualidad, los
programas de entretenimiento para chicos no tienen la cultura consumista
explícita que denunciaban Dorfman y Mattelart, pero sí contienen una saturación
de publicidad que los atraviesan. Mientras los chicos miran un tierno dibujito,
asocian la felicidad al consumo de objetos. Ven niños contentos y felices a
partir de que tienen un Playmobil, una Barbie, una computadora, un juego para
hacerse trenzas o una película.


Como señalan Santiago
González Bienes y Gustavo Gaccetta, licenciados en psicología y especializados
en infancia, los “niños se van haciendo cada vez más ‘dependientes’ de los
objetos. La falta de éstos se vuelve terrible, insoportable e intolerable. Pero
detrás de estas demandas concretas, lo que el niño pide es amor, y lo que el
paradigma actual le ofrece son cosas”.


Este paradigma de
estímulos permanentes para la obtención de objetos se puede ejemplificar en la
programación de Play House Disney, en la cual en una hora un chico llega a
recibir el estimulo de comprar 16 productos mediante publicidades y recibe 21
promociones de los programas de la señal. Es decir que si un niño ve dos horas
diarias de dibujitos en este canal puede llegar a recibir en un mes más de 960
estímulos de compra de productos y de 1260 promociones de programas.


Esta problemática se
complejiza en los niños de entre dos y siete años, a los cuales van dirigidos
muchos de los productos de Disney, ya que son más permeables a las influencias
televisivas, encontrándose en el estadio preoperacional, donde aprenden cómo
interactuar con su ambiente mientras desarrollan aspectos esenciales de su
personalidad.


Cabe aclarar que esta
situación no se da sólo en las producciones de Disney, sino que es una
constante en la mayoría de la oferta televisiva de los niños, lo cual
complejiza aún más el panorama, ya que hace prácticamente de la publicidad un
lugar común.


En ese contexto de
hiperestimulación consumista y como si fuera un contrapunto, el Ministerio de
Educación de la Nación desarrolló el primer canal educativo y público para
todos los chicos y chicas de Argentina y de América latina: la señal Paka Paka,
el poder de la imaginación. La propuesta, que tiene fines pedagógicos y no
comerciales, consiste en una nueva señal infantil con contenidos orientados a
educar y a entretener, abierto a la cultura de todos los sectores de nuestro
país y a distintas expresiones del globo.


En ese sentido, Paka
Paka contempla producciones de alta calidad que respetan los derechos humanos,
estimulan la creatividad e imaginación, promueven la diversidad, la inclusión y
fundamentalmente no contienen publicidades; por lo cual no promueven la
asociación de la felicidad con la posesión de objetos.


Esta señal es de todos, la financiamos
entre todos. Sin embargo, no es accesible plenamente, ya que algunas empresas,
como Cablevisión y DirecTV, no permiten que se incorpore en su grilla,
admitiendo sólo el acceso a las señales que persiguen fines comerciales.


A partir de lo analizado: como ciudadanos,
como padres y como profesionales de la comunicación debemos exigir que se
garantice el derecho de nuestros hijos e hijas de acceder a esta señal infantil
educativa y pública, ya que en esos consumos audiovisuales también se está
construyendo nuestro futuro y las formas que tendremos de ver el mundo.


* Licenciado en
Comunicación Social. Docente UNLZ.

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