mEDIOS Y COMUNICACION
La escena del juicio
Dos modos de producción de conocimiento
y de comunicación. A propósito de la participación de estudiantes de
comunicación en el juicio de la llamada Megacausa Jefatura II - Arsenales II,
en Tucumán, Tina Gardella presenta la experiencia como práctica situada, que
constituye un encuentro cultural y político y se transforma en aprendizaje y
construcción de conocimiento a partir de los saberes sociales.
Desde Tucumán
Los estudiantes de
Comunicación forman parte de la escena del juicio. Lo hicieron en todo este año
en que se sustanció el VI Juicio de Lesa Humanidad en Tucumán. Llamado
Megacausa Jefatura II - Arsenales II por la cantidad de imputados, víctimas y
testigos que involucra, se está ya a la espera de la sentencia de los jueces.
¿Y qué significa ser
parte de la escena del juicio?
Entendida como el
espacio de prácticas jurídicas institucionalizadas, pero también como ese
espacio que remite a la confrontación del poder, al discurso como acción,
performativo y configurador como lo plantea Silvia Delfino, los estudiantes de
Comunicación tienen, en primer lugar, visibilidad.
Una visibilidad que
es previa a esa escena del juicio y que tiene que ver con las prácticas de
comunicación articuladas con la Agrupación H.I.J.O.S. Tucumán. En ese sentido,
son “visibles” desde la “visibilidad” de la problemática requerida por esta
agrupación, al construir cierta forma de incidencia con el objetivo de poner en
público y dar carnadura a la frase “El juicio es de todos. La historia es de
todos”.
Esa articulación
también da cuenta de saberes que se producen y comparten y que interpelan a
varios actores sociales y políticos, pero fundamentalmente a la universidad.
Dada la histórica centralidad en la producción de saberes en la que se
posicionó siempre, estas prácticas articuladas de comunicación fueron siempre
la posibilidad de producir nuevos conceptos y crearon condiciones de un nuevo
pensar en situación.
En la escena del
juicio, los estudiantes de comunicación también son hacedores de prácticas
situadas y de saberes situados, en tanto ese pasado juzgado no es el lugar al
que se acceda, aun juicio mediante, por el recuerdo, sino por la construcción
colectiva que procesa el presente y se imagina el futuro.
Es decir que en la
escena del juicio los estudiantes de Comunicación son visibles a la vez que
visibilizan la problemática, construyendo prácticas y saberes en acción;
prácticas y saberes que a su vez han tomado debida nota de cuando han querido
intervenir desde una centralidad, y la propia agrupación, desde su
institucionalidad identitaria, fue marcando y cuidando que esa intervención no
sea una mera operación, sino un proceso de construcción de prácticas con
sentido, es decir, con posibilidades de visibilización e incidencia en las
problemáticas a trabajar.
Es cierto que estas
prácticas, pensadas en su articulación institucional y política con otros
espacios, públicos o no, suponen prácticas que configuran un proyecto. Pero no
hay prácticas sin sujetos ni proyectos sin políticas. Por lo que en esa
articulación de jóvenes, unos estudiantes de Comunicación, otros integrantes de
la Agrupación H.I.J.O.S. Tucumán, hay un verdadero encuentro cultural y
político que permite pensar en un proceso de aprendizaje donde más allá de la
experiencia y el abordaje por fuera del “profesionalismo” de la comunicación,
se pueda pensar una relación pedagógica como un encuentro de saberes... pero
también de subjetividades.
Porque tan importante
como señalar lo que se hace y construye es reflexionar acerca de cómo es que
les sucede lo que les sucede, quiénes son los que llevan adelante y posibilitan
esos encuentros, de qué manera se es parte de la escena del juicio no como un
engranaje, sino como actores que introducen las diferencias, develan los
enigmas, desnaturalizan lo dado.
Como encuentro en
torno de experiencias por conocer y compartir, las prácticas académicas en
relación con la comunidad dejan por fuera el tradicional concepto de “extensión
universitaria” para focalizarlo en las experiencias de aprendizaje, en la
construcción de conocimiento a partir de los saberes sociales, en una
comunicación para el cambio socio-político-cultural.
Cuanto más si esas
experiencias ayudan a entender lo que nunca debió ocurrir, a reestablecer las
tramas rotas de continuidad histórico-sociales y los desarmados lazos y
vínculos sociales; en fin, todo aquello que nos hace ser y estar en este mundo
dispuestos a honrarlo... transformándolo.
* Licenciada en
Comunicación Social.
MEDIOS Y COMUNICACION
Ciencia sin despecho
Sandra Massoni se refiere a la muestra de Tecnópolis, entendida como
práctica de comunicación de la ciencia, y la nueva ley que obliga a la
divulgación de conocimientos científicos, para afirmar que la comunicación
científica en la Argentina actual es parte de una
política pública.
Por Sandra Massoni *
Desde Rosario
Nos habíamos sentado
a atesorar en nuestras mentes el desfile interminable. En ese momento de
quietud, miré en detalle a cada uno de los integrantes del equipo de docentes e
investigadores con los que ese día hacíamos el recorrido. Teníamos cara de
niños en una juguetería. Y es que estábamos felices por presenciar las
reacciones de la gente en torno de temas de tal complejidad... Neurociencias,
paleontología, astrofísica, genética...
Trabajamos desde hace
años en la Universidad Nacional de Rosario en explorar las conversaciones de la
ciencia y la sociedad desde la comunicación. Muchos años. Y estuvimos allí
cuando nos mandaron con todos los universitarios “a lavar los platos” y
sufrimos juntos cuando tantos colegas despechados se fueron del país en busca
de un lugar donde ser docente investigador fuera mínimamente vivible.
En aquella época en
Argentina no se podía ser científico pretendiendo vivir con dignidad. En todo
caso, ése era un lujo reservado sólo a bohemios o a extranjeros. Quizá por eso
mismo nos apabulló el contraste y nos sentamos –sin decirnos nada– sólo a
mirar... Es que fue –tal como dijo una de mis colegas– “como si nos
estuviéramos comiendo una cucharada de dulce de leche después de una larga
dieta”. En Tecnópolis 2013 nos sentimos integrantes de ese ámbito chispeante e
innovador en torno de lo científico y lo vivimos como una especie de
compensación.
Las personas que
pasaban también tenían cara de niños en una juguetería. Nos detuvimos a
mirarlas cuando salían, entre sorprendidas y encantadas, del stand de
neurociencias. Eran muchas. Los registros marcan más de cuatro millones de
personas visitando el predio de la megamuestra en 2013. Me conmueve pensar que
algunas de ellas se asomaron en ese espacio a cuestionar mínimamente los
dualismos que dominan nuestras vidas cotidianas y a pensar que el mundo no es
lo que parece. Que siempre hay más.
Tecnópolis es la
prueba de que las vinculaciones entre ciencia, tecnología y sociedad en
Argentina se están empezando a habitar desde otros registros comunicacionales.
Ya no se piensa la comunicación científica sólo como un proceso de divulgación;
no se las organiza comunicacionalmente sólo como una transferencia. También
allí hay más.
Desde la Escuela de
Comunicación Estratégica de Rosario sostenemos que la comunicación siempre es
un encuentro sociocultural. Un espacio y un lugar que transforma mientras se
transforma. Sabemos que cuando ocurre un cambio en la modalidad del vínculo
intersubjetivo en cualquier ámbito suele darse también un salto de nivel. Un
cambio completo en el sistema. Tecnópolis y también la ley recientemente
aprobada de información científica son emergentes de un sistema científico y
tecnológico argentino innovador en diálogo con la sociedad, revitalizado en su
comunicación social.
Tecnópolis es un
espacio coinspirador en el que se ha planificado la comunicación asumiendo el
reto de desplegarla en su doble vertiente estratégica: el reconocimiento del
otro y la acción con el otro. La comunicación como espacio de encuentro
sociocultural retoma y pone en escena aquello de lo transversal como agente
multiplicador, del cambio y la innovación sistémicos, en los cuales se constata
que cada componente es responsable a la vez y simultáneamente de que un sistema
completo en un momento dado sufra una mutación creativa.
En la misma
dirección, el Senado de la Nación aprobó recientemente la ley que establece que
las instituciones del sistema nacional de ciencia y tecnología que reciban
financiamiento del Estado nacional deben crear repositorios digitales
institucionales de acceso abierto y gratuito. La nueva ley establece además la
obligatoriedad de publicar los datos de investigación primarios luego de cinco
años para que puedan ser utilizados por otros investigadores. Otra acción
estratégica para el encuentro sociocultural.
Estamos habitando
juegos cruzados, espacios colaborativos de saberes especializados en distintas
áreas del conocimiento como nunca antes en nuestro territorio. La comunicación
científica es hoy una acción común con la alteridad en la política pública
argentina, en la que ya no hay despecho sino respeto.
* Directora de la
Maestría en Comunicación Estratégica UNR.
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