Hombres heterosexuales se besan en campaña contra la homofobia de una famosa revista alemana
Famosos heterosexuales posan besándose para una campaña de la revista alemana 'GQ' “La intolerancia contra la que luchan los homosexuales es espantosa”, dice el director de la publicación.
“Una imagen es más efectiva que mil palabras”, reza el refrán popular que muchas veces se aplica con rigor científico en el periodismo. Bajo esta premisa universal, la revista alemana GQ, que se edita en Múnich, inició una espectacular y novedosa campaña para luchar contra la homofobia, una enfermedad social que impera en muchos países del mundo y que ha revivido con peligrosa intensidad en Rusia.
Bajo el título Propaganda oral – Gentlemen contra la homofobia, la revista convenció a un grupo de prominentes actores heterosexuales de la vida cultura y deportiva alemana para que posaran ante una cámara fotográfica besándose en la boca, una forma curiosa e inédita para protestar.
Trece personalidades se mostraron dispuestos a participar en la campaña. Entre ellos, Julius Brink y Jonas Reckermann, dos campeones olímpicos de vóley playa. “Es un deporte que coquetea con la sensualidad, deja mucha piel al descubierto y también hay sol y arena. Por eso decidí participar en la campaña”, admitió el campeón Julius Brink, aunque confesó que él y su colega habían dudado en posar ante la cámara. “Espero que la campaña sirva para cambiar un poco la mentalidad de la gente”, añadió el campeón olímpico.
Por su parte, Jonas Reckermann, quien ya abandonó el deporte activo, fue un poco más lejos y criticó la decisión de los comités respectivos en elegir como sedes de la Olimpiada de Invierno y el Mundial de Fútbol 2022 a dos países homófobos: Rusia y Catar. “Los comités deberían exigir cambios antes de premiarlos como países sedes”, dijo el excampeón.
“Es la primera vez en mi vida que le doy un beso a un hombre”, admitió Herbert Grönemeyer, un famoso cantante alemán, que estuvo dispuesto a besar a August Diehl, uno de los actores de cine más prometedores del país y que dio vida a un oficial nazi en la película Inglorius Bastards, dirigida por Quentin Tarantino.
La campaña, que ha tenido un enorme eco en los medios germanos, también pretende denunciar la violenta propaganda oficial que se está llevando a cabo en Rusia contra los homosexuales, donde se los ha calificado como “personas subnormales”, una discriminación que también afectará a los deportistas que lleguen a Soschi para participar en las Olimpiadas de Invierno.
La revista GQ recuerda en un texto que acompaña la serie de fotos, que en 38 países africanos las relaciones homosexuales son consideradas como un delito y que en Uganda se esta debatiendo la posibilidad de castigar a los homosexuales con la pena de muerte. La homofobia también ha echado raíces en los países árabes y en países europeos, Hungría y Serbia están en camino de imitar la represión que impera en Rusia. “Siempre es la misma historia: miedo a algo que no se entiende”, señala el actor August Diehl, citado por la revista. “Estoy muy contento de haber hecho algo en contra y, además, con una foto muy hermosa”.
La campaña de GQ responde a una iniciativa de su director, José Redondo-Vega, quien se mostró dispuesto a posar frente a la cámara besando a su colega Andreas Laux, editor de la versión online de la revista. “Su barba me hacía cosquillas”, dijo el periodista, quien admitió que muchos personajes de la vida artística y deportiva del país habían rechazado participar en la campaña. “La intolerancia contra la que luchan los homosexuales es espantosa”, dijo el director, al justificar la iniciativa. “Con esto queremos enviar un claro mensaje a una sociedad libre”.
Bajo el título Propaganda oral – Gentlemen contra la homofobia, la revista convenció a un grupo de prominentes actores heterosexuales de la vida cultura y deportiva alemana para que posaran ante una cámara fotográfica besándose en la boca, una forma curiosa e inédita para protestar.
Trece personalidades se mostraron dispuestos a participar en la campaña. Entre ellos, Julius Brink y Jonas Reckermann, dos campeones olímpicos de vóley playa. “Es un deporte que coquetea con la sensualidad, deja mucha piel al descubierto y también hay sol y arena. Por eso decidí participar en la campaña”, admitió el campeón Julius Brink, aunque confesó que él y su colega habían dudado en posar ante la cámara. “Espero que la campaña sirva para cambiar un poco la mentalidad de la gente”, añadió el campeón olímpico.
Por su parte, Jonas Reckermann, quien ya abandonó el deporte activo, fue un poco más lejos y criticó la decisión de los comités respectivos en elegir como sedes de la Olimpiada de Invierno y el Mundial de Fútbol 2022 a dos países homófobos: Rusia y Catar. “Los comités deberían exigir cambios antes de premiarlos como países sedes”, dijo el excampeón.
“Es la primera vez en mi vida que le doy un beso a un hombre”, admitió Herbert Grönemeyer, un famoso cantante alemán, que estuvo dispuesto a besar a August Diehl, uno de los actores de cine más prometedores del país y que dio vida a un oficial nazi en la película Inglorius Bastards, dirigida por Quentin Tarantino.
La campaña, que ha tenido un enorme eco en los medios germanos, también pretende denunciar la violenta propaganda oficial que se está llevando a cabo en Rusia contra los homosexuales, donde se los ha calificado como “personas subnormales”, una discriminación que también afectará a los deportistas que lleguen a Soschi para participar en las Olimpiadas de Invierno.
La revista GQ recuerda en un texto que acompaña la serie de fotos, que en 38 países africanos las relaciones homosexuales son consideradas como un delito y que en Uganda se esta debatiendo la posibilidad de castigar a los homosexuales con la pena de muerte. La homofobia también ha echado raíces en los países árabes y en países europeos, Hungría y Serbia están en camino de imitar la represión que impera en Rusia. “Siempre es la misma historia: miedo a algo que no se entiende”, señala el actor August Diehl, citado por la revista. “Estoy muy contento de haber hecho algo en contra y, además, con una foto muy hermosa”.
La campaña de GQ responde a una iniciativa de su director, José Redondo-Vega, quien se mostró dispuesto a posar frente a la cámara besando a su colega Andreas Laux, editor de la versión online de la revista. “Su barba me hacía cosquillas”, dijo el periodista, quien admitió que muchos personajes de la vida artística y deportiva del país habían rechazado participar en la campaña. “La intolerancia contra la que luchan los homosexuales es espantosa”, dijo el director, al justificar la iniciativa. “Con esto queremos enviar un claro mensaje a una sociedad libre”.
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