Argentina exporta know how igualitario
Un grupo de parlamentarios y organizaciones de la diversidad presentaron un proyecto de enmienda constitucional para introducir el casamiento entre personas del mismo sexo. En el acto en Brasilia estuvieron activistas argentinos de la diversidad y la diputada Vilma Ibarra.
Por Emilio Ruchansky
El grupo brasileño junto a Ibarra (en el centro), Paulón (a la derecha) y Bimbi (camisa a cuadros).
El proyecto fue redactado por el diputado federal por Río de Janeiro Jean Wyllys, el primer político de su país en hablar abiertamente sobre su homosexualidad. Wyllys pertenece al Partido Socialismo y Libertad, un desprendimiento del oficialista Partido de los Trabajadores (PT). Como el resto de sus pares, llegó este año al recinto y tiene mandato hasta 2015; las bases de su campaña electoral fueron la defensa de los derechos humanos, la lucha contra la discriminación y el avance de leyes reclamadas por las minorías. En verdad, en Brasil se lo conoce por haber ganado la quinta edición del reality show Gran Hermano.
A diferencia de la Argentina, donde la Carta Magna sólo menciona el casamiento como uno de los derechos de los inmigrantes en suelo nacional, la Constitución de Brasil, en su artículo 226, señala varios puntos al respecto. Establece que “el casamiento es civil y su celebración es gratuita” y que “el casamiento religioso tiene efecto civil”, es decir, que el Estado reconoce legalmente el matrimonio por iglesia, lo que no ocurre en Argentina. Solo uno de los apartados distingue entre los sexos.
“Para efectos de protección del Estado, se reconoce la unión estable entre el hombre y la mujer como entidad familiar, debiendo la ley facilitar su conversión en casamiento”, dice este inciso, que equipara al concubinato heterosexual con el matrimonio, en cuanto a derechos. Tras ser analizado por Wyllys y sus asesores, entre ellos Bimbi, se decidió proponer una enmienda constitucional, que de aprobarse modificaría automáticamente el Código Civil de Brasil.
El primer inciso diría: “El casamiento es civil y su celebración es gratuita. Será realizado entre dos personas y, en cualquier caso, tendrá los mismos requisitos y efectos si los cónyuges son del mismo o de diferente sexo”. El tercero usaría una forma similar. Para lograr este cambio, la votación parlamentaria requiere de una mayoría especial, de tres quintos, y no de una asamblea constituyente, como ocurre en Argentina, ya que la modificación no se haría sobre artículos “petreos” o centrales de la Constitución brasileña.
“La composición parlamentaria es favorable. Si se suman los votos del PT, el Partido Comunista y la oposición de izquierda, más un sector de los socialdemócratas, que son liberales y apoyan, puede decirse que en estos temas, políticamente, el congreso de Brasil está más a la izquierda que el argentino”, aseguró Bimbi, autor del libro Matrimonio Igualitario, donde se describe la trama detrás de la histórica votación en Argentina. Wyllys está encargado de coordinar el avance en la Cámara de Diputados, mientras que en el Senado hará lo propio la vicepresidenta de ese cuerpo legislativo, Marta Suplicy, una dirigente oficialista de primera línea. Además, la ministra de Derechos Humanos, María Do Rosário, expresó públicamente su apoyo a la enmienda.
La influencia de la sanción del matrimonio igualitario en Argentina el año pasado fue crucial en el debate brasileño, como también lo fue la aprobación de una iniciativa similar en Portugal por los lazos culturales entre ambos países. La diferencia también se nota en el punto de partida: el proyecto argentino partió con la firma de 25 diputados, el brasileño tiene 171. La estrategia de instalación del tema, según comentó Bimbi, será similar: se buscará respaldo entre las figuras públicas y también se iniciarán amparos en los registros civiles para presionar a la Justicia.
“Políticamente están cerca, sobre todo en el Senado, el problema creo que es lograr la aceptación social”, evaluó ayer el rosarino Esteban Paulón, presidente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt). Este militante también fue invitado al encuentro en el congreso brasileño y contó las consultas que recibió por parte de algunos de los 171 diputados y senadores que conformaron el Frente Parlamentario Mixto por la Igualdad y la Ciudadanía de la Diversidad Sexual.
Según Paulón, preguntaron por las oposiciones que aparecerán y como sortearlas, también cómo publicitar el tema. “Los evangélicos tienen un frente de 100 legisladores y mucha influencia, sobre todo la vertiente pentecostal, que es la rama más reaccionaria y a la que pertenece la diputada (argentina) Silvia Hotton”, señaló el titular de la Falgbt. Su recomendación fue capitalizar los valores sociales positivos del cambio: “La libertad, la igualdad, la felicidad, la inclusión, la familia y el amor contra el apartheid, el discriminación, el odio y el miedo”.
El lunes pasado en un debate televisivo ocurrió un hecho que ya marcó la pauta que lo que vendrá. “Hubo un debate en televisión y en un momento –recordó Paulón– el invitado evangélico dijo: ‘Que un hijo se case con una negra es como que se case con una prostituta’. Se le inició un proceso legal pero el tipo al otro día aseguró que él quiso decir que si ‘un hijo suyo se casa con una negra es como que si se casara con un homosexual’. Dijo eso porque la homofobia no está penada como el racismo.”
La iglesia católica en Brasil tiene una fuerte impronta de la Teología de la Liberación, explicó este activista. Por este motivo, hay varios curas que apoyan la enmienda constitucional y hasta plantearon su voluntad de casar a gays y lesbianas por iglesia. Además, un diputado federal que es sacerdote firmó el proyecto de Wyllys. Por otra parte, el Tribunal Superior de Justicia viene emitiendo fallos a favor. “Sobre 78 derechos que da el casamiento igualitario, reconoció 30, incluida la herencia y la adopción. Los parlamentarios confían que los amparos sean favorables y eso impulse el debate legislativo.”
Lo preocupante, agregó el titular de la Falgbt, es que la línea editorial de los grandes medios de comunicación, como O Globo, es contraria a la reforma. “Pero esa línea no es la de los periodistas. Va a ser todo un desafío para ellos, que tendrán que romper muchos preconceptos”, dijo Paulón. Mientras tanto, la Asociación Brasileña de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis y Transexuales (Abglt) sigue tentando a artistas famosos para que vayan al Registro Civil y pidan turno para casarse con sus parejas. O que viajen a la Argentina, se casen, vuelvan a Brasil y reclamen que se les reconozca el matrimonio. Todo suma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario