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viernes, 8 de noviembre de 2013

Matar de un susto: ¿la nueva moda de la publicidad?

Matar de un susto: ¿la nueva moda de la publicidad?



La autocrítica no es moneda corriente en la industria publicitaria. La ironía resulta una herramienta muy atractiva si hay que burlarse de los de afuera. Puertas adentro, el sentido del humor merma: la paja en el estereotipo ajeno. Es por eso que quería mostrarles el más reciente trabajo que la agencia canadiense John St. puso a rodar en estos días como parte de una campaña institucional que comunica sus capacidades creativas.
“John st. lanza su división de marketing exFEARiential. Asaltos, secuestros de autos, disturbios. No hay nada que no podamos hacer para que tu marca se destaque“. La frase que juega con la palabra “experiential” a partir de la intromisión de su colega “fear” (miedo) aparece en la home del sitio web de la agencia, acompañada por el siguiente spot:
A pura sátira, con señalamientos puntuales a ideas mundialmente conocidas, el video representa un fuerte crítica a un modo de hacer publicidad que ya es una tendencia consolidada y plantea varias aristas de un interesante debate para agencias y anunciantes: ¿cuáles son los límites de formatos como el prankvertising, ese neologismo creado (uno más) para designar a esas activaciones que sorprenden casi siempre de forma agresiva a personas que, involuntariamente, se convierten en protagonistas de una campaña? ¿Vale la pena recurrir a estas cámaras ocultas publicitarias y correr ciertos riesgos para incrementar la experiencia de los consumidores? ¿No colabora el prankvertising con el aumento de las acciones prefabricadas o truchas?
No es la primera vez que John St. vende su estilo de trabajo a través de críticas a ciertas costumbres instaladas en la industria. En julio de 2011, lanzaron un spot que ironiza los tradicionales videos que las agencias crean para presentar sus casos ante la prensa o los festivales de publicidad, narraciones audiovisuales que casi siempre caen en importantes niveles de exageración. Si pensás que la organización de un cumpleaños infantil no puede ser contada como si fuera uno de estos casos, tenés que ver “Pink ponies: a case study“:

Un tercer ejemplo de los aportes que ha hecho John St. a la generación de cierta discusión sobre determinados usos y costumbres de la publicidad fue bautizado “Catvertising“:

Si quieren ver algunos ejemplos de activaciones espontáneas que comenté en este blog, cliqueen primero aquí para ver cómo una escena de terror en una cafetería sirve para promocionar una película, una idea a la que los canadienses se refieren específicamente en su video; después aquí para ver cómo se siente ser James Bond por unos segundos; o aquí para ver cómo se puede crear una escena de acción en una esquina aparentemente tranquila.

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