Smart Car nos trae libertad
El auto compacto Smart Car buscó distinguirse de su competencia con este spot en el que se intenta demostrar que su funcionalidad y ligereza pueden ser una ventaja frente a otros vehículos bastante sobrecargados. Sin embargo, la idea de mostrar las cosas del hogar como lo que persigue al personaje (en lugar de los implementos de su auto) es una hábil maniobra de distracción para disimular las pocas prestaciones que el vehículo ofrece.
El Smart Car no es un auto elegante ni bien equipado y, probablemente, no puede competir con los compactos de marcas más prestigiosas. Por eso, busca deslumbrar con esta pieza apuntando a un público que busca un auto ligero y con pocas complicaciones. Quizá centrarse más en el vehículo y menos en el ataque del monstruo mutante, hubiese sido una mejor estrategia. Aunque entiendo el atractivo de distraer al espectador con una idea tan vistosa.
En lo personal, discrepo severamente con este tipo de piezas ya que no constituyen una campaña sino un truco. Son solo algo entretenido y simpático, pero que no tienen un concepto real que pueda llevarse a otros medios de forma exitosa. Entiendo bien que si Smart Car solo va a lanzar un spot de televisión, el concepto no resulta demasiado importante.
Como sea, la empresa apunta a generar algo recordable, que el público pueda asociar con su marca y que le permita superar los problemas de su producto.
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