Top Five: jóvenes y alocadas del cine
Espectáculos
Porque no solo se trata de Vanessa Hudgens y Selena Gomez en Spring Breakers; recordá otros personajes femeninos impredecibles y un poco fuera de control
1. MATHILDA LANDO EN EL PERFECTO ASESINO (1994, Luc Besson)
La película de Luc Besson no solo sobrevivió al test del tiempo por su solidez argumental y su peculiar mirada sobre la camaradería sino también, y en relación a esto último, por la extraordinaria actuación de Natalie Portman, quien al sacar a relucir su costado menos tibio, consigue interpretaciones trascendentales (como lo haría luego con El cisne negro) . Portman logra hacer de Mathilda, esa niña de doce años que hace un pacto con Leon (un no menos extraordinario Jean Reno) para poder vengar la muerte de su familia, un personaje tan bad ass como vulnerable. Más allá de las secuencias perturbadoras o de cómo Besson aborda el acercamiento de Mathilda a un mundo que le era ajeno (aún habiendo sido su padre parte del mismo), El perfecto asesino encuentra su punto fuerte en su mirada sobre la soledad de dos personas que se reúnen, para acompañarse, en circunstancias extraordinarias. Dos personas que, gracias a Portman y Reno, alcanzan una tesitura, un espesor, y una complejidad inolvidables.
Leon le da unas clases bastante particulares a Mathilda en El perfecto asesino
2. DANIELA RAMÍREZ EN JOVEN Y ALOCADA (2012, Marialy Rivas)
La sorprendente película de Marialy Rivas -cuyo título pedí prestado para el Top Five que nos ocupa- es una de las pruebas de que, contrario a lo que se pueda creer, el cine chileno goza de una indiscutible vitalidad. Y esto lo podemos trasladar tanto a la primera película de dicho país en ser nominada al Oscar ( No, de Pablo Larraín, además productor del film de Rivas ) como a las historias coming of age de Che Sandoval, las viñetas sobre el amor (y el tiempo del amor) de Matias Bize, y el reciente ensayo cinéfilo de Alberto Fuguet . Joven y alocada es una película que no se parece a ninguna otra, y que se centra en Daniela, una joven de diecisiete años criada en una conservadora familia evangélica; quien oscila entre cumplir con los deberes que le impone su madre y su desbocada necesidad por amar y ser amada (tanto por hombres como por mujeres). Daniela deja fluir sus reflexiones sobre el sexo en un blog titulado, justamente, Joven y alocada, donde expone esa puja entre los dos mundos en los que se encuentra. Melancólica, dura, pero siempre con una irreverencia en el lenguaje, Joven y alocada es una de las mejores miradas sobre lo que es verdaderamente estar perdida y no saber en qué creer.
El trailer de Joven y alocada
3. TIFFANY MAXWELL EN EL LADO LUMINOSO DE LA VIDA (2012, David O. Russell)
La parábola sobre todo lo que implica estar detenido en el pasado y la imposibilidad de avanzar pocas veces encontró mejor exponente como en El lado luminoso de la vida (y sus escenas a las corridas). En el film tenemos a Pat (Bradley Cooper), un hombre que descubre que es bipolar luego de un episodio que lo aleja de su mujer; y a Tiffany (Jennifer Lawrence, insuperable), una joven viuda que tras la muerte de su esposo descarga su tristeza en el sexo con todos sus compañeros de trabajo. Lo que desemboca en su despido. Ambos se reconocen "en busca de una estrategia" y, sin embargo, será ella quien lo incite a él a correr (literalmente), a mirar hacia adelante y a no continuar con su vida siendo un conformista con miedo a experimentar el amor como él quiere hacerlo. Con un baile, con una mentira, con su honestidad, Tiffany le hará a conocer a Pat, canción de Johnny Cash y Bob Dylan mediante, el verdadero significado de la palabra "sentimiento".
Tiffany dice las cosas cómo son
4. CLEMENTINE KRUCZYNSKI EN ETERNO RESPLANDOR DE UNA MENTE SIN RECUERDOS (2004, Michel Gondry)
Con Clementine, el guionista Charlie Kaufman hizo la movida perfecta: creó un personaje para hablar sobre el olvido que es, paradójicamente, imposible de olvidar. Porque para que sintamos lo mismo que Joel, para que podamos captar enteramente sus plegarias a Lacuna Inc., antes tenemos que saber de dónde proviene ese deseo tan imperioso por eliminar los recuerdos. Y ese deseo viene de la intensidad con la que Clementine afectó su vida, con la que alteró su existencia, con todo lo bueno y lo malo de una personalidad tan avasallante como la del personaje (acaso el mejor) de Kate Winslet. Clementine se cambia el color de pelo continuamente, reacciona de modo inesperado (e inexplicable), es extremadamente sentenciosa ("no necesito alguien 'bueno'", "no soy un concepto"), pero al mismo tiempo no deja de ser una joven hipersensible que le confiesa a Joel su baja autoestima en una de las escenas más simples y bellas de la película de Gondry que pueden ver aquí abajo.
El costado vulnerable de Clementine
5. LAYLA EN BUFFALO '66 (1998, Vincent Gallo)
El personaje de Layla que compone con cierta ternura y excentricidad Christina Ricci en el film de Vincent Gallo no parece, a simple vista, demasiado alocado. Se trata de una bailarina cuya vida da un giro cuando es secuestrada por Billy (el propio Gallo), para hacerla pasar por su esposa ante la mirada de sus padres. De todos modos, lo que hace el director en Buffalo '66 es posar la atención sobre Layla y toda esa faceta que ella tenía escondida y que sale a la superficie al conocer a Billy, ese ex convicto que la desafía, la maltrata, y la controla de modo irracional. Sin embargo, Layla se queda a su lado, quizás porque ve mucho de sí misma en él, o quizás porque, en el fondo, siempre buscó una oportunidad para cambiar de vida. Gallo corre al personaje de Ricci de lo unidimensional y lo convierte, paulatinamente, en el eje de la existencia de un hombre traumado que encuentra en una mujer de aparente serenidad un nuevo impulso para el futuro.
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