E-book
Viernes 15 de junio de 2012 | 02:20Las máquinas son un antídoto para el libro electrónico
Varias librerías experimentan con el uso de la Espresso Book machine, que permite imprimir un libro en el momento y en la librería misma, desde títulos de autor a obras de dominio público
WASHINGTON - Clare Dickens solamente quería compartir su historia para ayudar a otros. Pero, en el proceso, se convirtió en una exitosa autora independiente (con la ayuda de una librería local y de la máquina para armar e imprimir libros instantánea que dicho negocio posee).
Dickens escribió Un regalo peligroso ("A Dangerous Gift", en idioma inglés) con su hijo Titus, las memorias de sus vidas conviviendo con el trastorno bipolar de su hijo. Ella terminó la novela después de que Titus se quitó la vida a los 25 años, en 2006.A pesar de que Dickens encontró una editorial en Islandia para lanzar el libro en el año 2007, quiso lograr un alcance mayor. La Espresso Book Machine (una máquina para armar e imprimir libros rápidamente), en Politics and Prose, en Washington, le permitió llevar sus memorias a las librerías locales y más allá también.
Desde entonces, su libro se convirtió en el título autoeditado que mejor se ha vendido en la librería local y en su sitio en Internet. "No esperaba vender ninguno", dijo Dickens. "No quería ser un best-seller. Realmente, deseo contar la historia de mi hijo y ayudar a otras personas".
Libros autoeditados, títulos agotados
La autoedición ha sido más fácil desde que la Espresso Book Machine, de On Demand Books, hizo su debut en 2006. La máquina también puede hacer copias de ediciones agotadas.En la Argentina también hay editoriales que se dedican a la autoedición de libros , pero al estilo tradicional y no -como se explica aquí- como una impresión bajo demanda.
La primera máquina fue instalada por poco tiempo en la librería del Banco Mundial. A través de una asociación con Xerox, la compañía ahora posee máquinas en alrededor de 70 librerías y bibliotecas en muchos lugares del mundo, como por ejemplo: Londres; Tokio; Ámsterdam; Abu Dhabi, en Emiratos Árabes Unidos; Melbourne, en Australia; y Alejandría, en Egipto.
Thor Sigvaldason, el jefe de tecnología de On Demand Books, con base en Nueva York, dijo que el sistema podría ayudar a los minoristas de libros de dos maneras. "Podría proporcionarles un enorme inventario virtual, de modo que podrían tener tantos libros como tiene Amazon, todo en una pequeña librería", expresó. "Esto convierte a las librerías independientes en lugares en los cuales se pueden editar libros. Es algo nuevo para hacer en una librería: no solamente se pueden vender libros, sino que también, en realidad, se los puede crear".
La impresión del libro de Dickens cuesta 10,38 dólares (8,23 euros), y se vende a 16 dólares. Bill Leggett, un vendedor de libros que también maneja la máquina, dijo que se vendía aproximadamente una docena de copias por mes. "Esa cifra es mejor que lo que venden muchos autores que tienen editoriales más importantes", señaló.
Politics and Prose ha producido casi 5.000 libros en edición rústica (algunos en hasta solamente cinco minutos) desde que recibió la máquina para hacer libros, cuyo apodo es "Opus", en noviembre del año último. Leggett afirmó que aproximadamente el 90 por ciento de los libros impresos en la máquina eran trabajos autoeditados por autores locales.
Las otras son ediciones agotadas que están disponibles en el dominio público a través de sitios como Google Books, y en formatos digitales con licencias de editoriales importantes, entre las cuales se incluye a Harper Collins.
Alfred Morgan Jr. pudo obtener una copia de la guía de aviación de 1923 de su padre, denominada Cómo construir un planeador biplano de 20 pies ("How to Build a 20-foot Bi-Plane Glider", en idioma inglés), cuya edición estaba agotada. Dicho ejemplar se pudo imprimir en la máquina por 8 dólares. El volumen estuvo en Google Books.
"Muchos admitirían que la realidad física de un libro en tus manos ofrece algo que no puedes obtener de los libros en una computadora o en una tablet", dijo Morgan, un médico que está próximo a jubilarse, quien también es un ferviente lector en Kindle.
Él guarda la copia de la edición rústica del libro de su padre en la oficina que posee en su casa. "Mi padre estaba adelantado para su época en muchos aspectos. Es como un recuerdo de familia", expresó Morgan sobre el libro.
Los clientes de Politics and Prose también han realizado impresiones de ediciones raras, o "ediciones que han dejado que se agoten", dijo Leggett, escritas por Henry David Thoreau, Ralph Waldo Emerson y William Shakespeare. Una edición agotada de La tragedia de Pudd'nhead Wilson , ("The Tragedy of Pudd'nhead Wilson", en idioma inglés), de Mark Twain, con tapa simple y más de 400 páginas, cuesta aproximadamente 12 dólares.
La Espresso Book Machine utiliza dos PDF; uno para la tapa y el otro para el texto. La tapa y el texto, ambos generados a partir de archivos digitales, se imprimen simultáneamente en lados opuestos de la máquina. Luego, se unen en la sección del medio de la misma, donde son encuadernados antes de caer, literalmente, a una sección ubicada en la parte inferior, en la cual les dan los últimos retoques. Por último, el libro es despachado a través de una rampa.
El interés por la producción de libros en papel llega en un momento de crecimiento sustancial en la industria de los libros electrónicos. La Asociación de Editoriales Estadounidense informó que el año último se vendieron 3,4 millones de e-books (libros electrónicos) en Estados Unidos, una cifra mayor que el 300 por ciento registrado en el año 2010. Sin embargo, las ganancias que se obtienen de las ventas de los libros electrónicos representaron una pequeña fracción de las ganancias correspondientes a los libros impresos (21,5 millones de dólares y 335,9 millones de dólares, respectivamente), informó la asociación.Las librerías continúan cerrando sus puertas, "heridas" por los e-books y los dispositivos de lectura digital; pero cada vez más de ellas están adoptando la Espresso Book Machine.
Northshire Bookstore, en Manchester Center, Vermont, ha producido alrededor de 5.500 libros al año en la Espresso Book Machine, desde 2008. La cadena inglesa Blackwell también la implementó hace unos años .
Un nuevo vínculo con los lectores
Debbi Wraga, quien es la coordinadora de la máquina para fabricar libros, dijo que aproximadamente el 85 por ciento de sus clientes la utilizaban para la edición de libros de manera independiente. Los demás la emplean para producir libros raros o libros personalizados, como los que incluyen villancicos de Navidad con inscripciones y fotos familiares."Además de que es una novedad, para nosotros, el hecho de que los clientes vengan y entablen una conversación es una manera de captar verdaderamente a nuestro público y avanzar y hallar una forma creativa de vender los libros", dijo Wraga. "Es un sentimiento maravilloso cuando lo sacas de la prensa y se lo entregas al autor. Puedes oler el pegamento y el libro todavía está tibio. Es casi como entregar un recién nacido a su mamá".
Wraga señaló que la máquina para fabricar libros representó prácticamente el 4 por ciento de las ganancias de las librerías en el año 2011 y que ganó una gran publicidad, mucho más que lo que el negocio podía pagar en anuncios.
Powell's Books, en Portland, Oregon, que comenzó a utilizar la Espresso Book Machine a principios de mayo, ya tiene un flujo constante de clientes que usan la nueva tecnología. Hace poco tiempo, un cliente realizó reproducciones de un libro sobre genealogía con el fin de regalárselo a los miembros de su familia.
Emily Powell, la presidente y jefa ejecutiva de la librería, dijo que la máquina era compatible con su misión de conectar a los lectores y escritores, ya que "con seguridad, da testimonio de que nuestra comunidad no está compuesta únicamente por lectores, sino también por escritores y nosotros tenemos la capacidad para ofrecerles el servicio de ayudarlos a comenzar a editar".
McNally Jackson Books, en Nueva York, que instaló la máquina en enero de 2011, tiene, en promedio, casi un cliente nuevo por día que realiza una autoedición.
Leggett, de Politics and Prose, en Washington, afirmó que los clientes ahora tenían control sobre el proceso de edición, que podían decidir desde las dimensiones físicas y la tapa y el diseño del libro, hasta cuánto desean pagarlo.
"Es una manera de que la gente que comúnmente no podría tener un libro en las librerías sí pueda hacerlo", dijo. "Es una manera de que la comunidad incremente la cantidad de personas que pueden expresar sus ideas".
Traducción de Angela Atadía de Borghett
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