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martes, 19 de junio de 2012

La insondable contabilidad de las redes sociales

Zynga, Facebook y Groupon utilizan un auditor independiente que a la vez inventa las reglas de la contabilidad de los medios sociales.


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POR Francine Mckenna

Para 26 millones de agricultores digitales que trabajan sus campos y siembras en el popular juego FarmVille, desarrollado por Zynga, comprar un tractor, una sembradora o una cosechadora virtual puede traer aparejada toda una transformación.
El problema es que ganar suficiente dinero en FarmVille lleva tiempo. Pero como otras empresas de juegos sociales, Zynga permite a los usuarios acelerar el proceso convirtiendo dólares reales de sus tarjetas de crédito y cuentas PayPal en moneda FarmVille utilizada para comprar bienes virtuales. Un tractor Hot Rod, por ejemplo, cuesta 55 en moneda Farm, que representan unos US$ 10 reales.
Para Zynga, dueña también de CityVille, Zynga Poker, Mafia Wars y Words With Friends, algunos de los juegos más populares en Facebook, las ventas de los tractores virtuales son un gran negocio. La joven compañía de San Francisco probablemente venda millones de tractores por año (fueron 190.000 los tractores reales vendidos en 2011 en EE. UU. y Canadá, y 4.804 en la Argentina).
Las ventas de bienes virtuales, desde heno FarmVille a rifles de Mafia Wars, representaron prácticamente el total de los US$ 1.100 millones de ingreso en 2011 —y un 12% de los ingresos del distribuidor de Zynga, Facebook—. Lo que hace muy útil que ambos tengan el mismo amigo en el negocio de la contabilidad: Ernst & Young, el auditor público de Zynga y Facebook.
Ernst & Young escribió el manual sobre contabilidad para bienes virtuales, literalmente. La tercera empresa de contabilidad más grande, después de PricewaterhouseCoopers y Deloitte, lidera a sus rivales en el espacio tecnológico y floreciente de los medios sociales.
Ni el Consejo de Normas de Contabilidad Financiera ni la Comisión Nacional de Valores de EE. UU. ha emitido reglas para bienes como las pociones de amor y cibercosechadoras, de manera que el documento de E&Y (actualizado el pasado marzo) establece tres modelos de reconocimiento de ingresos que considera consistente con los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA).




Dichas publicaciones bien valen el esfuerzo de E&Y, ya que su unidad de consultoría de “Mercados de Crecimiento Estratégico” brinda ayuda a las empresas para desarrollar sus sistemas financieros, controles y políticas contables mucho antes de cotizar en bolsa. Lo cual puede tornarse problemático. ¿Una empresa que brinda consultoría en base a reglas contables bizantinas para fuentes de ingreso inusuales y ofrece a la vez servicios de auditoría “independiente” para las mismas compañías? Los fantasmas de Arthur Andersen y Enron se estremecen.

Si bien las leyes prohíben sabiamente que una empresa de contabilidad audite a una empresa que cotiza en bolsa y a la vez le venda sus servicios de consultoría —el tóxico combo que torpedeó a Arthur Andersen y a los miles de inocentes accionistas de Enron—, no impide a una empresa de contabilidad ofrecer servicios de consultoría sobre temas contables técnicos e internos a una nueva empresa de Internet y luego, cuando esa empresa emergente está lista para cotizar en bolsa, pasar a una función como auditor independiente, que podría eventualmente auditar su propio trabajo.

¿Entonces E&Y brindó servicios de consultoría a Facebook y Zynga antes de transformarse en su auditor independiente? No lo revelará. Stephen Blowers, el vicepresidente de Independencia en América para E&Y sí revela que antes de que un cliente de auditoría cotice en bolsa, su equipo lleva a cabo una exhaustiva revisión de todo el trabajo realizado por E&Y para la empresa durante los tres años de estados financieros auditados en el mercado de valores de oferta pública inicial, además de un año extra previo a ello, para garantizar que haya cumplido con todas las normas.
Facebook, Zynga y Groupon, otro cliente de auditoría de E&Y recientemente examinado por su agresiva contabilidad (ver recuadro), tampoco quisieron revelar qué tipo de servicios de consultoría E&Y les facilitó previo a ser su auditor.
En su informe anual de 2011, Zynga cita la guía de E&Y amplia y literalmente al explicar la razón por la cual reconoce los ingresos de la venta de bienes virtuales “durables” como los tractores de FarmVille a largo plazo, y los dólares de la venta de “insumos” como la energía de forma inmediata.
El denominador común en las nuevas reglas de contabilidad de Ernst & Young para los juegos sociales parecería ser que se deja un gran margen de discreción a la gerencia a la hora de calcular el momento del reconocimiento de ingresos. E&Y básicamente puede establecer las reglas en esta nueva área a medida que avanza. Y esas reglas son las que mueven el valor de las acciones.
Así es como se juega el juego de contabilidad de los bienes virtuales. Si uno compra y retiene créditos de Facebook (utilizados para comprar bienes virtuales en Facebook), Facebook toma dicha compra como ingreso diferido —de la misma manera en que un minorista ingresaría la venta de una tarjeta de regalo— hasta el momento en que se gastan los créditos. Al comprar un tractor Hot Rod de FarmVille, se utilizan los créditos de Facebook o se gastan US$ 10 (que, sin que uno lo vea, compra 100 créditos de Facebook que se convierten en 55 moneda Farm). Facebook envía US$ 7 a Zynga y retiene un 30% —US$ 3— como cargo de procesamiento, pasando los US$ 3 de ingreso diferido a ingreso corriente.
¿Cuándo puede reconocer Zynga sus US$ 7 de ingreso? El Consejo de Normas de Contabilidad Financiera de EE. UU. asegura que no cuenta con normas para medios sociales, pero sus lineamientos generales indican que los ingresos no deben reconocerse hasta que se realicen (o sean realizables) y se ganen. En otras palabras, incluso en el caso de que una empresa tenga el efectivo en mano, no puede contarse como ingreso corriente hasta que la misma haya entregado el producto o servicio por el que se le paga.
E&Y entró en el vacío, proponiendo tres modelos diferentes para que las empresas de juegos sociales elijan: El modelo basado en el juego, en donde el ingreso se reconoce muy lentamente, durante la vida del juego; el basado en el usuario, un esquema más rápido que dura el tiempo durante el cual un usuario típico se mantiene en el juego; y uno veloz basado en el objeto, originado en las propiedades de bienes virtuales específicos. Mediante el último método, Zynga reconoce ingresos de “insumos” virtuales como la energía de forma inmediata e ingresos de bienes “durables” como los tractores durante el tiempo que se proyecta que el jugador se mantendrá en el juego.
Al analizarlo, tiene sentido. Pero la elección del método contable es sólo una parte del juego. Todos estos métodos de reconocimiento de ingresos dependen de las estimaciones que realice la gerencia sobre la vida del juego, un cliente o un objeto virtual. Retocar las estimaciones puede significar una gran diferencia en el resultado final.
Por ejemplo, en su cuarta declaración de registro modificada, presentada ante la Comisión Nacional de Valores en octubre de 2011, Zynga indicó que durante el primer semestre del año pasado había estimado que la combinación de vida de un jugador que paga promedio en un juego era de 15 meses, cuando el año anterior había sido de 19 meses. La vida más corta de un jugador incrementó los ingresos según los PCGA en el semestre en US$ 27,3 millones, transformando la pérdida del semestre finalizado el 30 de junio de 2011 en una ganancia neta de US$ 18,1 millones. Este cambio se produjo justo antes de que Zynga comenzara a cotizar en bolsa a mediados de diciembre a US$ 10 la acción.
“Desde nuestro punto de vista, la aplicación inconsistente de vidas útiles y consecuente depreciación sólo confunden la economía del negocio —sostiene Rick Summer, analista jefe de Morningstar—, y también resulta un mal indicador de flujo de caja”.
Summers prefiere un indicador no PCGA diferente, “reservas”, que a Zynga tanto le gusta promocionar en sus comunicados de prensa y que registraron un récord de US$ 1.160 millones, con un incremento de un 38% con respecto al mismo período del año anterior —produciendo un ingreso neto no PCGA de US$ 303 millones.
Dicha flexibilidad prueba por qué un auditor independiente es indispensable para los accionistas. Sin embargo, E&Y es la más descarada en la forma de comunicar sus relaciones. La hoja de ruta de PricewaterhouseCoopers para una guía de oferta pública inicial, por ejemplo, subraya la importancia de la independencia del auditor, mencionándolo cinco veces. Por el contrario, la última “Guía para Cotizar en Bolsa” de Ernst & Young enfatiza su función como asesor empresarial y defensor del cliente, sin mencionar ni una sola vez la independencia del auditor. El mensaje es claro: defender primero, auditar después.
Mientras que empresas como E&Y tengan un amplio margen para determinar las reglas contables en las compañías en donde pueden haber creado legalmente esas creativas estructuras, la confusión crecerá tan rápido como el kudzú virtual de FarmVille.

Nota Revista Forbes

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