Cultura / Apertura en la Costanera Sur
No es chiste, el humor tiene su museo
Con una exposición de Garaycochea, mañana se inaugura el centro permanente que exhibirá las obras de grandes dibujantes
Con un nombre cuyas siglas intentan ser un chiste en sí mismo -MUHU- abrirá el sábado el Museo del Humor de la Ciudad de Buenos Aires, que hará realidad un viejo sueño de grandes dibujantes argentinos como García Ferré, Mordillo, Sábat, Sendra, Quino, Garaycochea y Cascioli.
Desde las paredes de tres salas del elegante edificio donde funcionó la cervecería Munich, en la avenida de los Italianos 861, en la Costanera Sur, los mejores creativos del humor gráfico argentino harán reír con sus ocurrencias a quienes se acerquen al nuevo museo.
Luego de ver los cerca de doscientos dibujos, historietas y caricaturas que se exhiben, el visitante se sorprenderá habiéndose reído de sí mismo y de los otros, del presente y del pasado. Y se sentirá bien.
El sábado, antes y durante el acto de inauguración que comenzará pasadas las 16.30, una Mafalda de unos nueve metros de alto, realizada con tela náutica e inflada con helio, recorrerá los jardines del museo conducida por titiriteros y artistas.
La figura gigante de la pequeña creada por Quino fue realizada a pedido del gobierno porteño por la compañía francesa Les Plasticiens Volants y quedará en el MUHU. Otra creación inflable con forma de carrusel incluirá a varios de los personajes clásicos de las tiras nacionales.
"La Argentina y la ciudad de Buenos Aires tienen una gran historia de humor gráfico a nivel mundial", dijo el coleccionista de dibujos Hugo Maradei, flamante director del MUHU. Destacó que el nuevo espacio cultural contará con un consejo de honorables que "son prestigiosas personalidades en el exterior": Quino, Garaycochea, García Ferré, Sábat y Mordillo.
Para el estreno se preparó la muestra Carlos Garaycochea, Humor en Colores, compuesta por 40 originales de los dibujos de ese artista publicados por la revista El Gráfico, entre otras, y que interactúan con los diseños del piso. Esos mosaicos, de las salas de la planta baja del elegante edificio donde también funciona la Dirección General de Museos de la Ciudad, se combinan con los de los humoristas. En dos vitrinas se exhiben también creaciones de "El otro Garaycochea", que lo muestran en su faceta de artista plástico.
El resto de las piezas exhibidas son también originales y recorren la historia del humor gráfico argentino.
El director del MUHU informó que el patrimonio del nuevo centro se compone de obras prestadas por el Museo de la Ciudad, el Museo Histórico de Saavedra y por él mismo. Maradei es propietario de una colección que, en forma de museo itinerante, recorrió el país en la última década.
Hay obras desde el comienzo del siglo XIX de humor costumbrista, como los Peinotenos de Bacle o irónicos y satíricos dibujos de periódicos como El Mosquito y Don Quijote y de revistas como Caras y Caretas, Fray Mocho, Plus Ultra y El Hogar. Entre ellas se encuentran creaciones de Cao, Sirio, Zavattaro y Málaga Grenet.
También están los originales de las primeras historietas que se leyeron en las míticas publicaciones como Patoruzú, Rico Tipo, Tía Vicenta, Satiricón y Humor.
"Siempre es un orgullo inaugurar un museo", dijo a LA NACION el director general de Museos del gobierno porteño, Pedro Aparicio. "Acá están los dibujos que formaron parte de nuestra infancia y de la historia previa, obviamente. Verlos en un museo y en un contexto muy diferente a cómo uno los recuerda, emociona de forma especial".
El ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, afirmó que la idea original era tener "un lugar permanente donde se expresara el talento vinculado con el humor de los porteños, que refleja una forma de vida y una inteligencia particular".
Lombardi recordó que mantuvo encuentros individuales y grupales con artistas entusiastas en este proyecto. "No quiero olvidar a nadie pero les estoy muy agradecido a Mordillo, García Ferré, Sábat, Quino, Sendra, Andrés Cascioli y Maradei. Cuando buscábamos un nombre creo que fue don Manuel García Ferré que sugirió ponerle MUHU para que esa sigla ya sea un chiste en sí mismo".
Lombardi confía en que el MUHU se convierta en una atracción turística y alude al "encanto especial" que tiene el edificio Munich, como se conoce ese inmueble inaugurado en 1927.
Maradei anticipó que en el microcine del subsuelo se proyectarán joyas de los dibujos animados, como Upa en apuros (desde mañana); se dictarán talleres de dibujo, y se ofrecerán charlas. "Aparte de mostrar e invitar a divertirse queremos promover la educación", planteó.
El antecedente directo del MUHU en Buenos Aires es el Museo de la Caricatura Severo Vaccaro, creado en 1950 por la fundación que lleva el nombre de ese dibujante en el barrio de Constitución
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