La industria del porno, también en crisis
Millones de consumidores ya no pagan por los contenidos sexuales ya que los consiguen en Internet gratis; cada vez se filma menos
Para los millones de consumidores que ven pornografía, las vidas de los actores hombres puede parecer en cierto sentido una fantasía. ¿Ser pagado por tener sexo con bellas mujeres cinco o seis veces por semana? ¿Qué de eso puede ser desagradable?
Para aquellos que viven esa vida, sin embargo, la realidad es otra. Empezando porque los sueldos no son muy generosos: US$150 por escena. Y ni hablar de pensiones o seguro de salud. El trabajo es difícil aún en tiempos de prosperidad. Y ciertamente estos no son tiempos de prosperidad.La industria del porno hoy está en crisis: sus activos se han reducido por el impacto de las descargas ilegales de sitios web piratas, así como el trabajo de amateurs que cuelgan sus propias escenas pornográficas en páginas pagadas.
El declive de la industria del porno es parte de una tendencia general que afecta a la música, el periodismo impreso y las películas comerciales. Las muchas formas de obtener contenido de forma gratuita han reducido los beneficios monetarios de los profesionales en sus respectivos campos.
Pero así como los consumidores de cine y música tal vez sientan cierta lealtad con Pixar o U2, por ejemplo, y entienden que es importante pagarles por su trabajo, los consumidores de porno no sienten reparo al robarse el producto. Muchos incluso pueden sentir que es más moral no pagar por la pornografía.
Nuevas estrategias
Las intérpretes femeninas han encontrado ingeniosas formas de renovar sus prácticas laborales. El trabajo por webcam es uno de los pocos tipos de contenidos que no pueden ser pirateados, ya que es en vivo e interactivo.Muchas actrices trabajan también como prostitutas para conseguir dinero extra. Mientras una actriz puede ganar entre US$600 y US$800 por una escena completa en una película porno, en una "escena privada" puede ganar el doble, y trabajando menos.
Para muchos, las películas son más un trabajo complementario que sirve de plataforma en su trabajo principal como prostitutas. Y con los sueldos en baja, y los empleos escasos, la presión no cesa.
Las opciones de trabajo para los hombres son incluso más reducidas. Para ellos no hay prostitución ni webcams. Y les pagan menos..
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