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domingo, 22 de abril de 2012

ENTREVISTA EXCLUSIVA A MITCHELL BAKER, RESPONSABLE DE FUNDACION MOZILLA

Los sistemas son dramáticamente más cerrados que hace años”

Anuncia que Argentina será el segundo país, después de Brasil, en usar teléfonos inteligentes administrados por un navegador. “Si uno no puede modificar sus productos, se convierte en un objeto”, dice.
 
 Por Mariano Blejman
Un teléfono funcionando desde un navegador puede revolucionar la telefonía móvil y romper con uno de los riesgos más grandes de la cultura virtual: el de la dependencia tecnológica. Cada navegador (browser) para pasear por Internet viene con una idea de mundo. No es sólo esa ventana que se abre para ingresar a la web, sino la relación que dos mil millones de usuarios tienen con lo que hay detrás. Si el objetivo de Internet Explorer era convertirse en estándar para la venta de licencias de Microsoft Windows y Google-Chrome convive de manera fascinante con el entorno de aplicaciones que ellos han creado, Firefox es una especie de aire fresco. Firefox, el programa más conocido de la Fundación Mozilla, es usado por 500 millones de personas y apuesta por el software libre como método productivo.
El concepto de web abierta, de un espacio colaborativo, pareciera ser un tanto abstracto pero tiene más sentido cuando se compara cómo funcionan los teléfonos inteligentes. En la web, cada lugar tiene una dirección, los espacios se pueden compartir y se puede participar de la construcción no sólo de contenido sino también de aplicaciones. En el mundo móvil, Apple y Google plantean pasar de ser prosumidores a apenas consumidores. Por eso la propuesta que la presidenta (o alma mater) de la Fundación Mozilla, Mitchell Baker, viene a presentar en Argentina es tan sorprendente en su funcionalidad como en la decisión de hacerlo en Argentina y Brasil. “La web debe permanecer abierta”, dice Baker en una larga conversación con Página/12, sentada y abrigada en un cómodo sillón de un complejo céntrico de Buenos Aires. Mozilla organiza un encuentro regional para su comunidad durante cuatro días aquí, de la que participa también el flamante CEO Gary Kovacs y Chris Hofmann, otro gran referente. En estos días, Mozilla anunció que pondrá a disposición dentro de unos meses –junto a Telefónica– el primer teléfono administrado íntegramente desde algo parecido a un navegador, y que su lanzamiento mundial será en Brasil y luego en Argentina.
–¿Por qué están aquí?
–Por una gran cantidad de razones. Nuestra comunidad está creciendo y Mozilla es un poco diferente a otras organizaciones. No vamos a otro lugar a abrir oficinas, construimos alrededor de las personas. Hacemos software que parece propietario pero es sin fines comerciales. En los últimos 18 meses, vimos signos de que en Argentina y en Brasil las comunidades de Mozilla estaban creciendo. Tuvimos una activa comunidad en Argentina por mucho tiempo y en el último año un número de personas vieron nuestro mensaje de que era necesario mantener una web abierta. Esa idea comenzó a tener más sentido.
–¿Por qué?
–La idea de la web abierta es un concepto abstracto. Mucha gente ve a Mozilla Firefox como un producto. Les gusta el proyecto, pero no ven que es una comunidad abierta. Un navegador es una pieza global, y si se mantiene abierta esto hace que la gente pueda participar de la web, crear sus propios espacios. Nuestra visión de que la web debe permanecer abierta empieza a tener sentido al mismo tiempo que el mundo de las computadoras está cambiando. Se está moviendo al mundo móvil, perdiendo muchas de las oportunidades de crear nuestras propias opciones. El consumo en la web ha sido abierto pero si el usuario no puede cambiar o modificar sus productos, uno se convierte en un objeto y empieza a ser ofensivo. Esa idea de apertura que promueve el mundo móvil es irónica para la tecnología y la sociedad, los sistemas son dramáticamente más cerrados que hace años.
–¿Y cuál es la propuesta?
–En Mozilla creemos que podemos traer apertura a los teléfonos móviles. Es bueno que en los aparatos móviles los usuarios tengan control sobre sus programas, sobre su propia vida. Hemos trabajado en la tecnología por nueve meses, pensamos que es la idea correcta y se va a mover rápidamente. En Mozilla tenemos un nombre de código que es Boot To Gecko, un clásico nombre de de-sarrolladores, es gracioso porque no tiene sentido. Oficialmente lo llamamos open web device (dispositivo de web abierta).
–¿Sin nombre comercial?
–No. Creemos que estamos ofreciendo algo que tiene sentido aquí, y tenemos un socio que nos va a ayudar a amplificar esta idea, que es Telefónica. Para distribuir teléfonos necesitamos un creador de hardware y un operador telefónico. No es sólo la tecnología.
–Habría que recordar la triste historia de Meego, el sistema operativo libre desarrollado en Linux junto a Nokia que fue discontinuado después que la empresa finlandesa hiciera un acuerdo con Microsoft.
–Podemos ofrecer Firefox a través de Internet, la gente tiene computadoras de escritorio y laptops, pero con los móviles es más difícil: hemos sido muy afortunados en encontrar a Telefónica, que había llegado a la misma conclusión de que la plataforma móvil debía ser sobre la web. Estamos trabajando en entregar los primeros aparatos este año o el próximo en Brasil y luego en Argentina. Los chips son de Qualcomm, y todavía estamos organizando los acuerdos de hardware.
–¿Y por qué no empiezan en San Francisco, como sucede habitualmente?
–Para los desarrolladores empezó en GitHub (donde se trabaja en el software). Esperamos que mucha gente se involucre, pero Telefónica es el líder. Deutsche Telekom está innovando también pero Telefónica es más rápida, su plan es que el primer teléfono web arrancará en Brasil y Argentina muy pronto. Es un aparato que puede tener buena performance por bajo costo.
–El gran desafío es el tema de la conectividad. Se pierden las conexiones de tarifa plana.
–En Mozilla no resolvemos la conectividad, pero cuando la gente usa teléfonos móviles hay algunas aplicaciones que están conectadas pero la gran parte no lo está. Usamos tecnología para que corran localmente, algunas aplicaciones estarán en el aparato y otras deberán conectarse.
–¿Por qué es esto posible? ¿Qué tecnología permite hacer un teléfono en html?
–Diría que la razón por la que existe un teléfono web es la determinación. No es un problema de tecnología. El modelo Apple funciona muy bien para Apple, tienen una determinación muy grande en lo que están haciendo. Pero en Mozilla tenemos una determinación clara en pensar un aspecto más global, en defender el valor de la web, estamos organizados para ser así. No tenemos fines de lucro. Hay algo que la gente ama del mundo de los móviles y hay algo que ha hecho que la web haya sido exitosa en los últimos 15 años. Estamos mirando cuidadosamente cómo juntamos estos mundos. Tomamos un muy pequeño pedazo de código de Android, que Android tomó de Linux que es la parte de configuración de hardware. Ese pedazo de código que se comunica con el hardware ha sido testeado por millones de aparatos a través de Android. Tomamos eso, y arriba pusimos la web. Nada cerrado, nada de Apple o Google: html5, javascript y css. Y estamos creando algunas cosas como los acelerómetros, nos hacían depender de Google o Apple. Trabajamos en estándares muchos años, tenemos la capacidad de hacerlas disponibles para todos.

Dictadura benevolente

La cantidad de colaboradores distribuidos por el mundo que aportan código y horas de trabajo a los proyectos de la Fundación Mozilla supera por decenas la cantidad de personas contratadas por la organización. Mozilla tiene proyectos vinculados al navegador pero también al programa de correo, métodos de identificación y programas relacionados con medios de comunicación como Mo-Jo (Mozilla Journalism). En la página oficial de Mozilla, se asegura que esta organización trabaja con la idea de ser una “dictadura benevolente”. La diferencia de los proyectos de software libre con otros es que estas comunidades están basadas en algo así como una meritocracia. Se trata de liderazgo productivo y el respeto por los otros. No es una meritocracia perfecta, los seres humanos se quieren o no se quieren, pero la aspiración es que así lo sea. Si la gente quiere trabajar con vos y seguir tus decisiones, entonces los proyectos crecen. Eso funciona bastante bien.
–¿Pero cuál es la idea de la “dictadura benevolente”?
–Algunos proyectos usan un sistema de dictadura benevolente, que es una persona lo suficientemente respetada y tiene el conocimiento para tomar decisiones. El dictador no es una muy buena palabra, pero se trata de que tomás la mejor decisión. No es como en política, cada comunidad puede irse y tener su rol, pero la “dictadura” tiene que ver con que si nadie toma la decisión alguien tiene que hacerlo. Esa persona lo hará, en una comunidad tenés que tomar decisiones para que la gente quiera seguir. Trabajamos con un sistema de módulos, tenemos responsables de los módulos y finalmente hay dos personas: uno del lado técnico, Brendan Eich, creador del lenguaje javascript, y en la parte no tecnológica estoy yo.
–Y si alguien no quiere participar hace su propia versión.
–De un proyecto de software libre podés irte siempre y hacerlo por tu cuenta. Tal vez si quieres ir por tu cuenta, tengas tu visión particular pero la gente no te sigue. Los proyectos de software libre están pensados para “hacer”. Si no hacés nada es difícil el control o manejar un grupo. Es un tipo de trabajo diferente. Se organizan en quién hace cada cosa y quién es más respetado, la apertura del trabajo hace que todos puedan ver lo que estás haciendo. La apertura es la clave, si escribís código, y es abierto y la gente puede verlo, podés hacer cambios que estén disponibles todo el tiempo. Es fácil para la gente decir “yo quiero trabajar con esa persona”. O, yo puedo ayudar, o puedo mejorarlo, o esta persona no entiende esta parte del mundo que yo sí entiendo. La apertura es la clave, involucrarse es la clave y las comunidades de código abierto; en un sistema de meritocracia la gente gravita hacia la alta calidad. Es cierto que en general a la gente le gusta estar con quien hace un gran trabajo. A veces son competitivos pero, en tecnología, la gente quiere trabajar con los mejores. Así es como aprendés y te mejorás. Los proyectos de código abierto se abren paso si la gente hace cosas interesantes.
@blejman

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