SE ESTRENA GOOGLE FIBER EN KANSAS CITY
La ciudad elegida para iniciar la experiencia de la superfibra óptica es Kansas City (las dos partes, la de Missouri y la de Kansas) que ha estado recibiendo cableado gracias a Google, o como suele llamársele, la fábrica de chocolate, debido al esfuerzo y devoción con la que se dice que trabajan los empleados del gigante de Mountain View. Luego de cablear toda la ciudad motu proprio, después de haber hecho una convocatoria abierta entre más de mil cien ciudades de Estados Unidos, convocó a los vecinos de Kansas para coordinar el último tramo de conectividad de altísima velocidad. Este se realizará a través de un sistema de “fiberhoods” (algo así como barrios de fibra óptica) en función de la demanda que también podrá llegar a escuelas, hospitales, aeropuertos. “Instalaremos Google Fiber donde haya más interés”, dijo Kevin Lo, encargado del departamento de Google Access (o acceso de Google o acceso a Google, o acceso a Internet, lo mismo da).
Según Google, el promedio de velocidad de acceso a Internet en Estados Unidos es de 5,9 megabits por segundo (mbps), mientras que Google ofrecerá 1 gigabit por segundo (mil megas) y lo que es todavía mejor es que la velocidad será simétrica: es decir, que se podrá subir y bajar con la misma rapidez. Para aquellos que tienen que subir grandes volúmenes de datos, como videos, música o grandes archivos, ésta es una gran noticia que los llenará de envidia no sana. Los residentes de Kansas sólo deberán dar sus datos, pagar un depósito de diez dólares y una vez conectados pagarán setenta dólares por mes sólo por Internet y 120 por acceso a la televisión digital en la misma línea. Y como si esto fuera poco –aquí viene la parte de infomercial–, los suscriptores tendrán acceso a un TV Box y una tableta Nexus 7 para usar de control remoto. ¡Aha! Aquellos que estén dispuestos a pagar 300 dólares tendrán Internet gratis durante los próximos siete años a la velocidad actual (lo cual es algo así como un sadismo virtual gratuito).
No se trata de filantropía, no. El proyecto de Google Fiber viene a atar el último cabo en la cadena de identificación de personas desde la compra hasta la casa. No es nuevo, es algo que habían intentado tiempo atrás. Se conoció cuando operarios del auto de Google Street View pasaban identificando direcciones de señales Wifi y fueron “descubiertos” y borrados por la Justicia alemana. “Internet es lo mismo que Google”, dirán las generaciones futuras, que tal vez sólo usen un usuario y una clave para entrar a Facebook. Google se alejó de cuajo de la filantropía, según escribió el sitio británico The Register cuando rechazó la posibilidad de incorporar a la organización no gubernamental Connecting for Good –que busca dar acceso a casas sin Internet–, que quería trabajar con la nueva propuesta de Google.
El gigante buscador estima que pierde ingresos potenciales tanto en los sectores de la población desconectados, en los sectores con baja velocidad, como en aquellos que no navegan todo el tiempo y a toda hora. “La abundancia es mejor que la escasez. La elección es mejor que no tener elección, la competencia y la posibilidad de elegir ayuda a los productos a ser mejores para los usuarios”, escribió el googler Milo Medin en el blog oficial de Google Access, eufórico ante la puesta a punto de su plan para llenar de Internet a Kansas City (a las dos, sí). Usar la fabulosa hiperconexión de Google será como abrazar al Gran Hermano cuando éste llegue a golpear la puerta de casa. Y lo recibiremos felices, porque vendrá rápido.
Máxima velocidad
El gigante buscador de Mountain View presentó un proyecto de conexión disruptivo en Kansas City: Internet a 1 GB de velocidad, doscientas veces más rápida que una conexión argentina.
Por Mariano Blejman
A Google le gustaría ser sinónimo de Internet. Para una gran cantidad de usuarios, la diferencia entre web, navegador y buscador es cada vez más confusa. ¡Es a propósito! Desde hace algunos años Google tiene como vicepresidente al evangelista de Internet Vint Cerf, padre de la red. El pulpo buscador de todos nuestros deseos ha logrado romper las barreras cognitivas para hacerse invisible. Internet es todo eso que está alrededor de Google. Pero hasta ahora, al menos para el usuario residencial, Google se trataba de cosas que pasaban dentro de Internet. Lo que se presentó esta semana en Kansas City representará un cambio radical sobre la percepción que los usuarios tienen de la red y será un evento disruptivo en cuando a la velocidad de conexión para usuarios finales. Se trata de una red de fibra óptica residencial unas cien veces más rápida de la que cualquier ciudadano estadounidense puede haber llegado a conocer, y unas doscientas veces más que la de cualquier argentino.
Muy pocos gobiernos y casi ningún proveedor de Internet ha tomado en serio el debate mundial sobre la necesidad de que la red sea considerada algo así como un servicio universal o un derecho humano. Lo declaró el relator de las Naciones Unidas Frank La Rue y también lo vieron como un bicho raro, todavía se la están discutiendo. En los órganos de gobernanza de Internet como Icann o el regional Lacnic se debate hace tiempo sobre la cuestión semántica de si se debe considerar Internet un derecho humano o apenas asegurar el acceso universal, algo que también considera el propio Vint Cerf. Lo que ya nadie discute es que se trata de algo parecido a un servicio público y que ya el mundo no puede funcionar sin ella. Pero mientras el mundo lo debate, Google parece dispuesta a lograr la hiperconectividad global a altísima velocidad ipso facto.La ciudad elegida para iniciar la experiencia de la superfibra óptica es Kansas City (las dos partes, la de Missouri y la de Kansas) que ha estado recibiendo cableado gracias a Google, o como suele llamársele, la fábrica de chocolate, debido al esfuerzo y devoción con la que se dice que trabajan los empleados del gigante de Mountain View. Luego de cablear toda la ciudad motu proprio, después de haber hecho una convocatoria abierta entre más de mil cien ciudades de Estados Unidos, convocó a los vecinos de Kansas para coordinar el último tramo de conectividad de altísima velocidad. Este se realizará a través de un sistema de “fiberhoods” (algo así como barrios de fibra óptica) en función de la demanda que también podrá llegar a escuelas, hospitales, aeropuertos. “Instalaremos Google Fiber donde haya más interés”, dijo Kevin Lo, encargado del departamento de Google Access (o acceso de Google o acceso a Google, o acceso a Internet, lo mismo da).
Según Google, el promedio de velocidad de acceso a Internet en Estados Unidos es de 5,9 megabits por segundo (mbps), mientras que Google ofrecerá 1 gigabit por segundo (mil megas) y lo que es todavía mejor es que la velocidad será simétrica: es decir, que se podrá subir y bajar con la misma rapidez. Para aquellos que tienen que subir grandes volúmenes de datos, como videos, música o grandes archivos, ésta es una gran noticia que los llenará de envidia no sana. Los residentes de Kansas sólo deberán dar sus datos, pagar un depósito de diez dólares y una vez conectados pagarán setenta dólares por mes sólo por Internet y 120 por acceso a la televisión digital en la misma línea. Y como si esto fuera poco –aquí viene la parte de infomercial–, los suscriptores tendrán acceso a un TV Box y una tableta Nexus 7 para usar de control remoto. ¡Aha! Aquellos que estén dispuestos a pagar 300 dólares tendrán Internet gratis durante los próximos siete años a la velocidad actual (lo cual es algo así como un sadismo virtual gratuito).
No se trata de filantropía, no. El proyecto de Google Fiber viene a atar el último cabo en la cadena de identificación de personas desde la compra hasta la casa. No es nuevo, es algo que habían intentado tiempo atrás. Se conoció cuando operarios del auto de Google Street View pasaban identificando direcciones de señales Wifi y fueron “descubiertos” y borrados por la Justicia alemana. “Internet es lo mismo que Google”, dirán las generaciones futuras, que tal vez sólo usen un usuario y una clave para entrar a Facebook. Google se alejó de cuajo de la filantropía, según escribió el sitio británico The Register cuando rechazó la posibilidad de incorporar a la organización no gubernamental Connecting for Good –que busca dar acceso a casas sin Internet–, que quería trabajar con la nueva propuesta de Google.
El gigante buscador estima que pierde ingresos potenciales tanto en los sectores de la población desconectados, en los sectores con baja velocidad, como en aquellos que no navegan todo el tiempo y a toda hora. “La abundancia es mejor que la escasez. La elección es mejor que no tener elección, la competencia y la posibilidad de elegir ayuda a los productos a ser mejores para los usuarios”, escribió el googler Milo Medin en el blog oficial de Google Access, eufórico ante la puesta a punto de su plan para llenar de Internet a Kansas City (a las dos, sí). Usar la fabulosa hiperconexión de Google será como abrazar al Gran Hermano cuando éste llegue a golpear la puerta de casa. Y lo recibiremos felices, porque vendrá rápido.
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