Pantallas LED: advierten por riesgos en la seguridad vial
Por Nora Sánchez
Cada vez hay más y los expertos dicen que distraen y encandilan a conductores y peatones. Desde el Gobierno porteño aseguran que antes de habilitarlas analizan cuál es el impacto visual y lumínico.
La tentadora caída de la cerveza formando espuma en un vaso o la promesa refrescante de una gaseosa se ven nítidas y luminosas en las pantallas con tecnología LED . En la Ciudad están en zonas como el Obelisco, Cabildo y Juramento y avenida Córdoba y Estado de Israel . Según el gobierno porteño hay siete con permisos vigentes y otras cinco en trámite de otorgamiento o renovación. Y ante su aparición en los últimos años, los expertos en seguridad vial advierten que son peligrosas para el tránsito porque distraen .
El problema, según los expertos, no es la tecnología LED sino el lugar donde se emplazan los carteles. Como Córdoba y Estado de Israel , donde hay uno justo donde se abren estas dos avenidas y hay que decidir por cuál tomar. “Este cartel está muy bajo y casi encima del tránsito –señala Alberto Silveira, de Luchemos por la Vida–. Un auto que va a 60 kilómetros por hora recorre 17 metros por segundo. Si el de adelante frena de golpe o una persona cruza en forma imprevista y el conductor está distraído, puede chocar o arrollar a un peatón. Por otra parte, hay que regular la intensidad del LED. No sólo las de los avisos: las balizas que usa la Policía en sus autos encandilan” .
“Se discute si las pantallas en el habitáculo delantero de los vehículos son peligrosas, pero estos carteles son televisores gigantes –compara Eduardo Bertotti, del Instituto de Seguridad y Educación Vial–. Los LED son distractivos, aunque se puede discutir a la hora de ponderar cuánto distraen”.
Otros especialistas recomiendan adecuar la zona donde se va a colocar el cartel para que no genere riesgos. “No se trata sólo de ponerlo y dejar que la gente se las arregle para no distraerse. Antes hay que hacer estudios de su impacto vial. En los lugares donde se los permite hay que darle más trascendencia a las señales viales para que sean visibles, por ejemplo, reforzando la iluminación vial y utilizando semáforos de LEDs. También hay que restringir las velocidades y mejorar las sendas peatonales. Además, los carteles no tienen que estar regulados en su máxima intensidad de luminosidad, a menos que estén en una zona peatonal”, recomienda Gustavo Brambati, vocero de seguridad vial de ISEV.
La ley 2936 de Publicidad Exterior autoriza las pantallas LED en ciertas áreas centrales y de equipamiento comercial. Y la 4.118 ordena que sus responsables presenten estudios de impacto lumínico al tránsito vehicular y peatonal. En el Gobierno porteño explican que estos carteles no se pueden instalar en parques, zonas lindantes con vías rápidas o áreas residenciales.
Brambati cuestiona los sitios donde funcionan: “El cruce de 9 de Julio y Corrientes es muy peligroso, igual que la esquina de Cabildo y Juramento. Y el cartel de Córdoba y Estado de Israel compite con las señales viales”.
“Quiero que saquen los carteles LED –reclama Ema Cibotti, de la Asociación Civil Trabajar contra la Inseguridad Vial y la Violencia con Acciones Sustentables (ACTIVVAS)–. O por lo menos, que haya un debate sobre el tema. La ley ni siquiera reglamenta los máximos lumínicos que pueden tener. Estas pantallas son extraordinariamente atractivas y distraen. Y las están poniendo en grandes nudos viales, cuando en el mundo están en zonas comerciales y peatonales. Como Times Square, en Nueva York, de donde fueron sacando el tránsito particular y dejando sólo al transporte público , que circula a velocidad mínima. Acá los ponen en puntos como el Obelisco, que es el eje norte-sur de la Ciudad y hay varios carriles”.
En el Obelisco, en junio de 2010 colocaron la pantalla LED más grande de Sudamérica, un cartel de Coca Cola de 567 m2. Funcionó 15 días y el entonces juez Roberto Gallardo ordenó apagarla, alegando riesgo para la seguridad vial. Finalmente disminuyeron los niveles de iluminación y volvió a ser encendida el 8 de julio. “Se hicieron los análisis necesarios, como medir el impacto visual y lumínico –dice el ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Diego Santilli–. Lo mismo que con el resto de los carteles. Como en Times Square, en nuestro microcentro buscamos la restricción para vehículos particulares y estamos avanzando en la peatonalización de calles”.
El problema, según los expertos, no es la tecnología LED sino el lugar donde se emplazan los carteles. Como Córdoba y Estado de Israel , donde hay uno justo donde se abren estas dos avenidas y hay que decidir por cuál tomar. “Este cartel está muy bajo y casi encima del tránsito –señala Alberto Silveira, de Luchemos por la Vida–. Un auto que va a 60 kilómetros por hora recorre 17 metros por segundo. Si el de adelante frena de golpe o una persona cruza en forma imprevista y el conductor está distraído, puede chocar o arrollar a un peatón. Por otra parte, hay que regular la intensidad del LED. No sólo las de los avisos: las balizas que usa la Policía en sus autos encandilan” .
“Se discute si las pantallas en el habitáculo delantero de los vehículos son peligrosas, pero estos carteles son televisores gigantes –compara Eduardo Bertotti, del Instituto de Seguridad y Educación Vial–. Los LED son distractivos, aunque se puede discutir a la hora de ponderar cuánto distraen”.
Otros especialistas recomiendan adecuar la zona donde se va a colocar el cartel para que no genere riesgos. “No se trata sólo de ponerlo y dejar que la gente se las arregle para no distraerse. Antes hay que hacer estudios de su impacto vial. En los lugares donde se los permite hay que darle más trascendencia a las señales viales para que sean visibles, por ejemplo, reforzando la iluminación vial y utilizando semáforos de LEDs. También hay que restringir las velocidades y mejorar las sendas peatonales. Además, los carteles no tienen que estar regulados en su máxima intensidad de luminosidad, a menos que estén en una zona peatonal”, recomienda Gustavo Brambati, vocero de seguridad vial de ISEV.
La ley 2936 de Publicidad Exterior autoriza las pantallas LED en ciertas áreas centrales y de equipamiento comercial. Y la 4.118 ordena que sus responsables presenten estudios de impacto lumínico al tránsito vehicular y peatonal. En el Gobierno porteño explican que estos carteles no se pueden instalar en parques, zonas lindantes con vías rápidas o áreas residenciales.
Brambati cuestiona los sitios donde funcionan: “El cruce de 9 de Julio y Corrientes es muy peligroso, igual que la esquina de Cabildo y Juramento. Y el cartel de Córdoba y Estado de Israel compite con las señales viales”.
“Quiero que saquen los carteles LED –reclama Ema Cibotti, de la Asociación Civil Trabajar contra la Inseguridad Vial y la Violencia con Acciones Sustentables (ACTIVVAS)–. O por lo menos, que haya un debate sobre el tema. La ley ni siquiera reglamenta los máximos lumínicos que pueden tener. Estas pantallas son extraordinariamente atractivas y distraen. Y las están poniendo en grandes nudos viales, cuando en el mundo están en zonas comerciales y peatonales. Como Times Square, en Nueva York, de donde fueron sacando el tránsito particular y dejando sólo al transporte público , que circula a velocidad mínima. Acá los ponen en puntos como el Obelisco, que es el eje norte-sur de la Ciudad y hay varios carriles”.
En el Obelisco, en junio de 2010 colocaron la pantalla LED más grande de Sudamérica, un cartel de Coca Cola de 567 m2. Funcionó 15 días y el entonces juez Roberto Gallardo ordenó apagarla, alegando riesgo para la seguridad vial. Finalmente disminuyeron los niveles de iluminación y volvió a ser encendida el 8 de julio. “Se hicieron los análisis necesarios, como medir el impacto visual y lumínico –dice el ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Diego Santilli–. Lo mismo que con el resto de los carteles. Como en Times Square, en nuestro microcentro buscamos la restricción para vehículos particulares y estamos avanzando en la peatonalización de calles”.
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