Celus todoterreno
Los móviles de hoy se parecen al sombrero del Inspector Gadget: llenos de herramientas para hacer de todo (escribir, navegar, mirar, escuchar, jugar, grabar), en el mundo se usan cada vez menos para hablar por teléfono
Liza Colburn usa constantemente su teléfono celular. Para anotar su lista de compras, grabar mensajes de voz, escuchar música en el gimnasio, controlar su ingesta de calorías y para postear frecuentes actualizaciones de sus cuentas de Twitter y Facebook. La única cosa para la que no usa su celular es para hacer llamadas.
"Probablemente sólo hable con alguien por mi celular una vez por semana", dice la señora Colburn, una consultora de marketing de 40 años, de Canton, Massachusetts, que tiene un iPhone.
Para muchos estadounidenses, el teléfono celular se ha convertido en un instrumento irreemplazable para manejar sus vidas y para mantenerse conectados con el mundo exterior, con sus familias y con las redes de amigos on-line. Pero, según lo revelan las últimas investigaciones, eso no implica que hablen mucho por celular. Por ejemplo, aunque ahora casi el 90 por ciento de los hogares estadounidenses tiene celular, el aumento de minutos de voz de los usuarios se ha estancado, según los datos proporcionados por el gobierno y por la propia industria. Y esto ocurre a pesar de que cada año más hogares dan de baja sus líneas telefónicas fijas.
En vez de hablar por sus celulares, la gente usa todas las funciones extras para las que los iPhones, Blackberry y otros teléfonos inteligentes fueron diseñados: navegar por Internet, escuchar música, ver televisión, jugar y mandar e-mails y SMS. El número de mensajes de texto enviados por usuario creció el año pasado casi en un 50 por ciento en los Estados Unidos, según la CTIA, la asociación de la industria inalámbrica. Y por primera vez en esa nación, en 2009 la cantidad de datos en mensajes de texto, mensajes de e-mail, videos bajados de Internet, música y otros servicios de los dispositivos móviles superó la cantidad de datos de voz de llamadas celulares, según reportan los expertos y los ejecutivos de la industria.
"Originalmente, hablar era la única aplicación de los celulares -dice Dan Hesse, director de Sprint Nextel-, pero ahora sólo representa menos de la mitad del tráfico de las redes móviles."
Por supuesto, hablar por celular no es una función que esté desapareciendo por completo. "Cada vez que se trata de algún tema sensible o de algo que no quiero que se reenvíe, llamo por teléfono en vez de enviar un tweet o un mensaje de texto", comenta Kristen Kulinowski, una profesora de química de 41 años que reside en Houston. Y hablar es más barato que nunca debido a la feroz competencia entre los servidores inalámbricos rivales.
Pero las cifras de la CTIA revelan que, en el transcurso de los últimos dos años, el promedio de minutos de voz por usuario ha disminuido en los Estados Unidos. Hasta la industria de diseño de celulares lo ha advertido. Ross Rubin, experto en telecomunicaciones del NPD Group, asegura que los teléfonos celulares equipados con teclado numérico -que facilita digitar un número de teléfono- ya no están de moda. Las pantallas táctiles, o los dispositivos para mensajes rápidos con teclado completo son lo más actual. En los teléfonos de última generación, los usuarios deben oprimir varios botones o pasar por varias pantallas para acceder a la aplicación que les permite hacer llamadas.
"El diseño de los auriculares se ha hecho mucho menos amigable para apoyarlos en la mejilla", dice Rubin.
Hesse, de Sprint, señala que espera que en el curso de los próximos dos años a los usuarios de celulares se les cobre por los datos que usan, no por sus minutos de voz, una predicción repetida por otros ejecutivos de la industria.
Charlas más cortas
Cuando la gente usa el celular para hablar, sus conversaciones son ahora más breves: la duración promedio de una llamada local en los Estados Unidos era de 1,81 minutos en 2009, comparada con el promedio de 2,27 minutos en 2008, según las cifras proporcionadas por CTIA. Para muchos, ha habido un aumento de minutos de voz no usados.
"Tengo miles de minutos acumulados", cuenta Zach Frechette, de 28 años, editor de una revista de Los Angeles, quien explica que solamente llama cuando necesita contactarse con alguien inmediatamente, y que limita esas llamadas a una duración de 30 segundos. "Me pasé al plan que ofrecía la menor cantidad de minutos disponibles y ni siquiera así estoy cerca de llegar a usarlos."
Frechette opina que la razón por la que rara vez habla por su celular es, en parte, porque tiene un iPhone, con su notoria recepción telefónica irregular en ciertas localizaciones. Pero además, agrega, se pasa casi todo el día intercambiando mensajes breves a través de servicios tales como Gmail, Facebook y Twitter. De esa manera, "uno puede responder cuando le resulta cómodo, en vez de imponerles los propios tiempos a otras personas".
Otros dicen que hablar por teléfono es intrusivo y una pérdida de tiempo, mientras que terceros no parecen tener suficiente paciencia como para comunicarse con una sola persona por vez. Prefieren pasar su tiempo moviéndose fluidamente entre varias conversaciones, poniéndose al día con las últimas noticias y actualizaciones por medio de mensajes de texto y en Facebook con varios amigos, en vez de hacerlo tan sólo con uno o dos.
"Aunque en teoría podría llevar más tiempo enviar un mensaje de texto que levantar el teléfono, los textos parecen menos intrusivos que una llamada", dice Jefferson Adams, un escritor free-lance, de 44 años, que reside en San Francisco. Al enviar texto, señala, "es posible mantener dos o tres conversaciones simultáneamente".
Nicole Wahl, gerente de comunicaciones de la Universidad de Toronto, de 35 años, estima que habla por su celular tan sólo alrededor de 10 minutos por mes. "La única razón por la que llamo a alguien alguna vez es porque no tengo su dirección de Twitter o su e-mail -admite Wahl-. Por ejemplo, llamo a mi peluquera para ver si tiene un turno de último momento o a mis padres para avisarles que pasaré a visitarlos."
Los adolescentes estadounidenses fueron los primeros y en cultivar masivamente esta tendencia, convirtiendo sus celulares en máquinas de enviar texto. Más de la mitad de ellos envía alrededor de 1500 mensajes de texto por mes, según un estudio reciente realizado por el Pew Research Center Internet and American Life Project.
Colburn relata que cedió a los ruegos de su hija de 12 años, Abigail, quien quería un teléfono celular para intercambiar mensajes de texto con sus amigas, después de que ella y su esposo descubrieron que esa carencia le estaba impidiendo desarrollar vínculos con sus compañeras de clase. "Nos dimos cuenta de que no había sido invitada a fiestas y de que no estaba al tanto de muchas cosas que hacía su grupo", reconocieron. Colburn agrega que, además, los mensajes de texto se convirtieron en una manera mucho más sencilla de estar en contacto con su hija y de recibir rápidos informes sobre lo que Abigail planea hacer después de la escuela. "Unas noches atrás me envió un mensaje de texto desde su cuarto para hacerme una pregunta de vocabulario -cuenta, riéndose-. Pero en ese punto establecí un límite. Subí a su habitación a responderle."
Por Jenna Wortham (New York Times)
revista@lanacion.com.ar
Traducción: Mirta Rosenberg
Inteligentísimos
Entre los dispositivos que ofrecen servicios que van más allá de las llamadas, los que más se destacan son los smartphones, es decir, los teléfonos de funciones avanzadas.
Por ejemplo, el RIM BlackBerry Bold 9700 ($ 2199, con Claro), que, al igual que el resto de los celulares de esa compañía, incluye un servicio de e-mail, chat y Twitter como base del servicio, algo que también ofrece el Nokia E72 ($ 2499, con Movistar) con el servicio opcional Nokia Messaging (e-mail, chat, Twitter y Facebook). Además, este modelo puede funcionar como un GPS con navegación gratis, sin requerir conexión a Internet.
En un segmento levemente diferente se ubican teléfonos como el Apple iPhone 3GS ($ 1989 el modelo de 16 GB, con Claro) o el Motorola Quench ($ 849, con Personal), que aprovechando su pantalla de mayor tamaño privilegian, entre otras cosas, el acceso a la Web, a la reproducción de videos de YouTube, etcétera (esto mismo también se puede hacer en los otros modelos).
El Quench, también, ofrece el servicio Motoblur, que sincroniza el e-mail y los perfiles de Twitter y Facebook con el celular.
Argentina, aún lejos, se asoma a la tendencia
Por Ricardo Sametband
Que el móvil es más que un simple teléfono es un hecho que también se evidencia en la Argentina, aunque no necesariamente en niveles semejantes a los que se ven en los Estados Unidos o el resto del mundo.
Según Lightspeed Research, en 2009, el 13% de los usuarios de telefonía móvil del mundo ya no hacía ni una llamada telefónica; en algunos países, como India, este porcentaje alcanzaba al 30 por ciento.
Según una encuesta reciente de Carrier y Asociados, en la Argentina, la forma más frecuente de comunicación con el celular es el SMS (un 34%), superando a la llamada convencional en un 27%. En lo que sí está demorado nuestro país frente a las tendencias mundiales es en la comunicación que depende de un acceso a Internet en el teléfono, es decir, vía e-mail, mensajero instantáneo, Twitter, Facebook u otras redes sociales.
Es que, de los 10 millones de celulares que se vendieron en la Argentina en 2009, sólo 500.000 (es decir, el 5 por ciento del total) son smartphones, como el Apple iPhone, los BlackBerry de RIM o el Nokia N97. Esto está todavía muy lejos del promedio mundial, que es del 14%, según Gartner.
Fernando del Río, director comercial de Claro, considera que "estamos en la línea de partida de una transformación. Hoy, aproximadamente el 10 por ciento de nuestros equipos se conecta a la red 3G, pero eso está creciendo muchísimo; y un motor muy fuerte de esto son las redes sociales. Aunque el SMS sigue siendo el más popular, y aunque la posibilidad de ver el mail desde el teléfono existe desde hace tiempo, las redes sociales fueron las que lograron que la gente entendiera que podía estar comunicada en forma permanente gracias al teléfono".
Los móviles de hoy se parecen al sombrero del Inspector Gadget: llenos de herramientas para hacer de todo (escribir, navegar, mirar, escuchar, jugar, grabar), en el mundo se usan cada vez menos para hablar por teléfono
Liza Colburn usa constantemente su teléfono celular. Para anotar su lista de compras, grabar mensajes de voz, escuchar música en el gimnasio, controlar su ingesta de calorías y para postear frecuentes actualizaciones de sus cuentas de Twitter y Facebook. La única cosa para la que no usa su celular es para hacer llamadas.
"Probablemente sólo hable con alguien por mi celular una vez por semana", dice la señora Colburn, una consultora de marketing de 40 años, de Canton, Massachusetts, que tiene un iPhone.
Para muchos estadounidenses, el teléfono celular se ha convertido en un instrumento irreemplazable para manejar sus vidas y para mantenerse conectados con el mundo exterior, con sus familias y con las redes de amigos on-line. Pero, según lo revelan las últimas investigaciones, eso no implica que hablen mucho por celular. Por ejemplo, aunque ahora casi el 90 por ciento de los hogares estadounidenses tiene celular, el aumento de minutos de voz de los usuarios se ha estancado, según los datos proporcionados por el gobierno y por la propia industria. Y esto ocurre a pesar de que cada año más hogares dan de baja sus líneas telefónicas fijas.
En vez de hablar por sus celulares, la gente usa todas las funciones extras para las que los iPhones, Blackberry y otros teléfonos inteligentes fueron diseñados: navegar por Internet, escuchar música, ver televisión, jugar y mandar e-mails y SMS. El número de mensajes de texto enviados por usuario creció el año pasado casi en un 50 por ciento en los Estados Unidos, según la CTIA, la asociación de la industria inalámbrica. Y por primera vez en esa nación, en 2009 la cantidad de datos en mensajes de texto, mensajes de e-mail, videos bajados de Internet, música y otros servicios de los dispositivos móviles superó la cantidad de datos de voz de llamadas celulares, según reportan los expertos y los ejecutivos de la industria.
"Originalmente, hablar era la única aplicación de los celulares -dice Dan Hesse, director de Sprint Nextel-, pero ahora sólo representa menos de la mitad del tráfico de las redes móviles."
Por supuesto, hablar por celular no es una función que esté desapareciendo por completo. "Cada vez que se trata de algún tema sensible o de algo que no quiero que se reenvíe, llamo por teléfono en vez de enviar un tweet o un mensaje de texto", comenta Kristen Kulinowski, una profesora de química de 41 años que reside en Houston. Y hablar es más barato que nunca debido a la feroz competencia entre los servidores inalámbricos rivales.
Pero las cifras de la CTIA revelan que, en el transcurso de los últimos dos años, el promedio de minutos de voz por usuario ha disminuido en los Estados Unidos. Hasta la industria de diseño de celulares lo ha advertido. Ross Rubin, experto en telecomunicaciones del NPD Group, asegura que los teléfonos celulares equipados con teclado numérico -que facilita digitar un número de teléfono- ya no están de moda. Las pantallas táctiles, o los dispositivos para mensajes rápidos con teclado completo son lo más actual. En los teléfonos de última generación, los usuarios deben oprimir varios botones o pasar por varias pantallas para acceder a la aplicación que les permite hacer llamadas.
"El diseño de los auriculares se ha hecho mucho menos amigable para apoyarlos en la mejilla", dice Rubin.
Hesse, de Sprint, señala que espera que en el curso de los próximos dos años a los usuarios de celulares se les cobre por los datos que usan, no por sus minutos de voz, una predicción repetida por otros ejecutivos de la industria.
Charlas más cortas
Cuando la gente usa el celular para hablar, sus conversaciones son ahora más breves: la duración promedio de una llamada local en los Estados Unidos era de 1,81 minutos en 2009, comparada con el promedio de 2,27 minutos en 2008, según las cifras proporcionadas por CTIA. Para muchos, ha habido un aumento de minutos de voz no usados.
"Tengo miles de minutos acumulados", cuenta Zach Frechette, de 28 años, editor de una revista de Los Angeles, quien explica que solamente llama cuando necesita contactarse con alguien inmediatamente, y que limita esas llamadas a una duración de 30 segundos. "Me pasé al plan que ofrecía la menor cantidad de minutos disponibles y ni siquiera así estoy cerca de llegar a usarlos."
Frechette opina que la razón por la que rara vez habla por su celular es, en parte, porque tiene un iPhone, con su notoria recepción telefónica irregular en ciertas localizaciones. Pero además, agrega, se pasa casi todo el día intercambiando mensajes breves a través de servicios tales como Gmail, Facebook y Twitter. De esa manera, "uno puede responder cuando le resulta cómodo, en vez de imponerles los propios tiempos a otras personas".
Otros dicen que hablar por teléfono es intrusivo y una pérdida de tiempo, mientras que terceros no parecen tener suficiente paciencia como para comunicarse con una sola persona por vez. Prefieren pasar su tiempo moviéndose fluidamente entre varias conversaciones, poniéndose al día con las últimas noticias y actualizaciones por medio de mensajes de texto y en Facebook con varios amigos, en vez de hacerlo tan sólo con uno o dos.
"Aunque en teoría podría llevar más tiempo enviar un mensaje de texto que levantar el teléfono, los textos parecen menos intrusivos que una llamada", dice Jefferson Adams, un escritor free-lance, de 44 años, que reside en San Francisco. Al enviar texto, señala, "es posible mantener dos o tres conversaciones simultáneamente".
Nicole Wahl, gerente de comunicaciones de la Universidad de Toronto, de 35 años, estima que habla por su celular tan sólo alrededor de 10 minutos por mes. "La única razón por la que llamo a alguien alguna vez es porque no tengo su dirección de Twitter o su e-mail -admite Wahl-. Por ejemplo, llamo a mi peluquera para ver si tiene un turno de último momento o a mis padres para avisarles que pasaré a visitarlos."
Los adolescentes estadounidenses fueron los primeros y en cultivar masivamente esta tendencia, convirtiendo sus celulares en máquinas de enviar texto. Más de la mitad de ellos envía alrededor de 1500 mensajes de texto por mes, según un estudio reciente realizado por el Pew Research Center Internet and American Life Project.
Colburn relata que cedió a los ruegos de su hija de 12 años, Abigail, quien quería un teléfono celular para intercambiar mensajes de texto con sus amigas, después de que ella y su esposo descubrieron que esa carencia le estaba impidiendo desarrollar vínculos con sus compañeras de clase. "Nos dimos cuenta de que no había sido invitada a fiestas y de que no estaba al tanto de muchas cosas que hacía su grupo", reconocieron. Colburn agrega que, además, los mensajes de texto se convirtieron en una manera mucho más sencilla de estar en contacto con su hija y de recibir rápidos informes sobre lo que Abigail planea hacer después de la escuela. "Unas noches atrás me envió un mensaje de texto desde su cuarto para hacerme una pregunta de vocabulario -cuenta, riéndose-. Pero en ese punto establecí un límite. Subí a su habitación a responderle."
Por Jenna Wortham (New York Times)
revista@lanacion.com.ar
Traducción: Mirta Rosenberg
Inteligentísimos
Entre los dispositivos que ofrecen servicios que van más allá de las llamadas, los que más se destacan son los smartphones, es decir, los teléfonos de funciones avanzadas.
Por ejemplo, el RIM BlackBerry Bold 9700 ($ 2199, con Claro), que, al igual que el resto de los celulares de esa compañía, incluye un servicio de e-mail, chat y Twitter como base del servicio, algo que también ofrece el Nokia E72 ($ 2499, con Movistar) con el servicio opcional Nokia Messaging (e-mail, chat, Twitter y Facebook). Además, este modelo puede funcionar como un GPS con navegación gratis, sin requerir conexión a Internet.
En un segmento levemente diferente se ubican teléfonos como el Apple iPhone 3GS ($ 1989 el modelo de 16 GB, con Claro) o el Motorola Quench ($ 849, con Personal), que aprovechando su pantalla de mayor tamaño privilegian, entre otras cosas, el acceso a la Web, a la reproducción de videos de YouTube, etcétera (esto mismo también se puede hacer en los otros modelos).
El Quench, también, ofrece el servicio Motoblur, que sincroniza el e-mail y los perfiles de Twitter y Facebook con el celular.
Argentina, aún lejos, se asoma a la tendencia
Por Ricardo Sametband
Que el móvil es más que un simple teléfono es un hecho que también se evidencia en la Argentina, aunque no necesariamente en niveles semejantes a los que se ven en los Estados Unidos o el resto del mundo.
Según Lightspeed Research, en 2009, el 13% de los usuarios de telefonía móvil del mundo ya no hacía ni una llamada telefónica; en algunos países, como India, este porcentaje alcanzaba al 30 por ciento.
Según una encuesta reciente de Carrier y Asociados, en la Argentina, la forma más frecuente de comunicación con el celular es el SMS (un 34%), superando a la llamada convencional en un 27%. En lo que sí está demorado nuestro país frente a las tendencias mundiales es en la comunicación que depende de un acceso a Internet en el teléfono, es decir, vía e-mail, mensajero instantáneo, Twitter, Facebook u otras redes sociales.
Es que, de los 10 millones de celulares que se vendieron en la Argentina en 2009, sólo 500.000 (es decir, el 5 por ciento del total) son smartphones, como el Apple iPhone, los BlackBerry de RIM o el Nokia N97. Esto está todavía muy lejos del promedio mundial, que es del 14%, según Gartner.
Fernando del Río, director comercial de Claro, considera que "estamos en la línea de partida de una transformación. Hoy, aproximadamente el 10 por ciento de nuestros equipos se conecta a la red 3G, pero eso está creciendo muchísimo; y un motor muy fuerte de esto son las redes sociales. Aunque el SMS sigue siendo el más popular, y aunque la posibilidad de ver el mail desde el teléfono existe desde hace tiempo, las redes sociales fueron las que lograron que la gente entendiera que podía estar comunicada en forma permanente gracias al teléfono".
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