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domingo, 1 de agosto de 2010

notas

Cómo aprovechar las netbooks
Por Alejandro Artopoulos*
Desde que fue presentada la netbook, en enero de 2005, países en vías de desarrollo como Tailandia, China, Uruguay, Nigeria, India, Chile, Ruanda, Perú, y ahora Argentina se han lanzado a implementar el modelo “una computadora por chico” en su educación. Se trata de una buena noticia que con trabajo se puede convertir en una muy buena, e incluso en una excelente noticia. Hay que tener cuidado, la historia de la computadora personal (PC) nos ha demostrado que la compra de equipos por sí sola no da resultados y hasta puede ser perjudicial si no se producen cambios en el comportamiento de los usuarios y en la organización del trabajo.
Durante sus primeros años de existencia, la PC se usó casi como una consola de videojuegos: la Commodore 64 sólo daba para eso. No fue sino hasta que apareció la primera planilla de cálculo, el legendario Lotus 1-2-3, que contadores e ingenieros pudieron sacarle provecho a la PC, una vez que abandonaron las calculadoras, y con una computadora en cada escritorio fue posible iniciar la revolución de las bases de datos que permitieron manejar los números de toda una compañía.
Podríamos decir que en las escuelas está sucediendo algo similar, sólo que en vez de PCs tenemos netbooks. Muchos han intentado hacer lo mismo que en las oficinas usando los programas como el Word, Excell y Power Point. La experiencia muestra que no ha dado resultado porque con la tiza y el papel se puede hacer lo mismo pero mejor. Otros dicen que con Internet, ahora sí, todo cambió. Sin embargo, el chat y YouTube parecen tener poco que aportar a la escuela. Entonces, ¿por qué es tan difícil emplear computadoras en la escuela? ¿Qué trabas hay para que la tecnología también sirva para enseñar y aprender? ¿Cuál puede ser el Lotus 1-2-3 de la educación?
Nora Sabelli, investigadora argentina de destacada labor en los EE.UU., explicó recientemente en una presentación en el Ministerio de Educación que no hay una sola y mágica solución. Para cada disciplina y para cada unidad de la currícula puede haber un programa, una simulación o incluso una plataforma que se puede utilizar. Estas aplicaciones representan más de diez años de investigación y trabajo de colaboración entre escuelas y universidades en los países centrales. Es decir, en la educación también incluir computadoras implica toda una reorganización del trabajo, pero sobre lo que no cabe duda es que el cambio es sobre los modos de enseñar. Para eso la pieza clave nos son las máquinas sino los docentes.
*Profesor e investigador, Universidad de San Andrés

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