GRAN BRETAñA PERO HAY UN SENTIMIENTO DE IDENTIFICACIÓN CON LAS VICTIMAS ESTADOUNIDENSES
Para los británicos, British Petroleum no es tan mala
(Advertising Age) - En su país de origen, la gente piensa que la compañía que produjo el derrame petrolero en Estados Unidos “está haciendo lo mejor posible en una situación muy difícil”.
British Petroleum se ha creado muchos enemigos en todo el mundo como resultado del derrame de petróleo en el Golfo de México, pero los británicos no están ni lamentando la pérdida de reputación de la compañía ni defendiéndola contra los ataques vitriólicos de Barack Obama. Del otro lado del Atlántico, el desastre no se percibe como una culpa exclusiva de BP.
“Es un peligro ocupacional de la exploración. BP es una compañía de calidad, y si algo sale mal no se lo ve como una consecuencia de su incompetencia”, dijo John Woodward, director de planeamiento global de Publicis Worldwide. “BP está visto como haciendo lo mejor posible en una situación dificultosa”.
No obstante, Woodward apunta que la exploración en esas aguas profundas “está en el límite de lo que puede hacerse”, y traza un paralelo con los banqueros negociando con subproductos que no comprenden.
La marca petrolera significa poco para la mayoría de los británicos, que no la ven como una representante global de la industria de su país, pero sí como un conglomerado respetado, aunque sin rostro, creado por múltiples adquisiciones; un par de Shell y Exxon, pese a que los activistas ambientalistas de Gran Bretaña han bautizado a BP desde hace mucho como “Bugger the Planet” , “Big Profit” o “Big Polluter”.
“Es una compañía petrolera grande, repugnante y ambiciosa”, dijo Chris Arnold, un especialista de marketing ambiental y fundador de la agencia independiente Creative Orchestra, “pero los consumidores son en general hipócritas respecto de este tema. La gente está preparada para hacer la vista gorda a las empresas petroleras porque quieren petróleo para sus autos. Los consumidores hablan de los valores ambientales en forma hueca, pero los cambiarían muy rápido para manejar un auto o parecer 10 años más jóvenes”.
Hay, no obstante, un sentimiento de que los ataques de Obama sobre BP se parecen más a la búsqueda de un chivo expiatorio y por ganar puntos en un momento crucial del ciclo electoral. La visión es que la codicia de los americanos por el petróleo estaba en el núcleo de la decisión de permitir la exploración tan cercana a la costa, y aunque eso no exonera de culpa a BP, igual apunta con un dedo al gobierno norteamericano por no monitorear de cerca de los subcontratistas.
La creencia es que, a pesar de algunos desafortunados y vanos comentarios de su CEO Tony Hayward, la respuesta de las comunicaciones de BP ha sido relativamente buena, porque asumió inmediata responsabilidad por el desastre y ha prometido gastar lo que sea necesario para limpiar la zona.
“Tony Hayward debería ser felicitado por aceptar ser el vocero, y no ocultarse detrás de nadie y de nada. Es una tarea casi irrealizable para cualquier individuo, pero él la tomó estoicamente, y está preparado para eso”, dijo Hugh Robertson, co-fundador de la agencia creativa independiente RPM, de Londres.
No amenazan su existencia
Las consecuencias a largo plazo para la marca BP serán significativas, según las opiniones recogidas, pero no amenazan su existencia. Sacha Deshmukh, CEO de la agencia independiente de comunicaciones de marketing Engine Group, dijo: “Es un desastre operativo, no un desastre de comunicaciones. Hay muy pocas comunicaciones más que podían haberse hecho. La imagen total de la industria petroquímica ha sido dañada, pero las repercusiones para BP serán menores a nivel marca y mayores a nivel contratos cuando vayan a hacer acuerdos”.
Arnold, de Creative Orchestra, cree que BP “rindió su condición británica en 2001 cuando adoptó la tagline ‘Beyond Petroleum’. Muchos pueden ignorar que es una empresa británica”.
La cobertura noticiosa de los eventos, no obstante, ha expandido considerablemente el conocimiento de BP en Inglaterra. La gente sabe ahora que las acciones de la empresa son un componente importante de millones de fondos de pensión, y que durante 20 años esas acciones han tenido un buen desempeño. Los británicos también saben que BP contribuyó el año pasado con casi 9.000 millones de dólares en impuestos dentro del Reino Unido, un dato muy importante dados los cortes planeados por el nuevo gobierno.
“La gente de acá tiende a no ser nacionalista en materia de fusiones de compañías, y se identifica más con los negocios más pequeños y locales, o, en el caso de Virgin y Dyson, con aquellos que están conducidos por empresarios admirados”, dijo Deshmukh.
“Más que identificarse con BP –concluyó Deshmukh- los británicos tienden a identificarse con las víctimas americanas del desastre. El Reino Unido es una nación isleña; aquí nadie vive lejos de las costas. Por eso impresiona mucho la idea de que las costas sean arruinadas”.
Para los británicos, British Petroleum no es tan mala
(Advertising Age) - En su país de origen, la gente piensa que la compañía que produjo el derrame petrolero en Estados Unidos “está haciendo lo mejor posible en una situación muy difícil”.
British Petroleum se ha creado muchos enemigos en todo el mundo como resultado del derrame de petróleo en el Golfo de México, pero los británicos no están ni lamentando la pérdida de reputación de la compañía ni defendiéndola contra los ataques vitriólicos de Barack Obama. Del otro lado del Atlántico, el desastre no se percibe como una culpa exclusiva de BP.
“Es un peligro ocupacional de la exploración. BP es una compañía de calidad, y si algo sale mal no se lo ve como una consecuencia de su incompetencia”, dijo John Woodward, director de planeamiento global de Publicis Worldwide. “BP está visto como haciendo lo mejor posible en una situación dificultosa”.
No obstante, Woodward apunta que la exploración en esas aguas profundas “está en el límite de lo que puede hacerse”, y traza un paralelo con los banqueros negociando con subproductos que no comprenden.
La marca petrolera significa poco para la mayoría de los británicos, que no la ven como una representante global de la industria de su país, pero sí como un conglomerado respetado, aunque sin rostro, creado por múltiples adquisiciones; un par de Shell y Exxon, pese a que los activistas ambientalistas de Gran Bretaña han bautizado a BP desde hace mucho como “Bugger the Planet” , “Big Profit” o “Big Polluter”.
“Es una compañía petrolera grande, repugnante y ambiciosa”, dijo Chris Arnold, un especialista de marketing ambiental y fundador de la agencia independiente Creative Orchestra, “pero los consumidores son en general hipócritas respecto de este tema. La gente está preparada para hacer la vista gorda a las empresas petroleras porque quieren petróleo para sus autos. Los consumidores hablan de los valores ambientales en forma hueca, pero los cambiarían muy rápido para manejar un auto o parecer 10 años más jóvenes”.
Hay, no obstante, un sentimiento de que los ataques de Obama sobre BP se parecen más a la búsqueda de un chivo expiatorio y por ganar puntos en un momento crucial del ciclo electoral. La visión es que la codicia de los americanos por el petróleo estaba en el núcleo de la decisión de permitir la exploración tan cercana a la costa, y aunque eso no exonera de culpa a BP, igual apunta con un dedo al gobierno norteamericano por no monitorear de cerca de los subcontratistas.
La creencia es que, a pesar de algunos desafortunados y vanos comentarios de su CEO Tony Hayward, la respuesta de las comunicaciones de BP ha sido relativamente buena, porque asumió inmediata responsabilidad por el desastre y ha prometido gastar lo que sea necesario para limpiar la zona.
“Tony Hayward debería ser felicitado por aceptar ser el vocero, y no ocultarse detrás de nadie y de nada. Es una tarea casi irrealizable para cualquier individuo, pero él la tomó estoicamente, y está preparado para eso”, dijo Hugh Robertson, co-fundador de la agencia creativa independiente RPM, de Londres.
No amenazan su existencia
Las consecuencias a largo plazo para la marca BP serán significativas, según las opiniones recogidas, pero no amenazan su existencia. Sacha Deshmukh, CEO de la agencia independiente de comunicaciones de marketing Engine Group, dijo: “Es un desastre operativo, no un desastre de comunicaciones. Hay muy pocas comunicaciones más que podían haberse hecho. La imagen total de la industria petroquímica ha sido dañada, pero las repercusiones para BP serán menores a nivel marca y mayores a nivel contratos cuando vayan a hacer acuerdos”.
Arnold, de Creative Orchestra, cree que BP “rindió su condición británica en 2001 cuando adoptó la tagline ‘Beyond Petroleum’. Muchos pueden ignorar que es una empresa británica”.
La cobertura noticiosa de los eventos, no obstante, ha expandido considerablemente el conocimiento de BP en Inglaterra. La gente sabe ahora que las acciones de la empresa son un componente importante de millones de fondos de pensión, y que durante 20 años esas acciones han tenido un buen desempeño. Los británicos también saben que BP contribuyó el año pasado con casi 9.000 millones de dólares en impuestos dentro del Reino Unido, un dato muy importante dados los cortes planeados por el nuevo gobierno.
“La gente de acá tiende a no ser nacionalista en materia de fusiones de compañías, y se identifica más con los negocios más pequeños y locales, o, en el caso de Virgin y Dyson, con aquellos que están conducidos por empresarios admirados”, dijo Deshmukh.
“Más que identificarse con BP –concluyó Deshmukh- los británicos tienden a identificarse con las víctimas americanas del desastre. El Reino Unido es una nación isleña; aquí nadie vive lejos de las costas. Por eso impresiona mucho la idea de que las costas sean arruinadas”.
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