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lunes, 1 de noviembre de 2010

IBEROAMéRICA | EL ESPACIO GIECI – COLUMNA DE MIGUEL RITTER

Impostores en las redes sociales: un riesgo en aumento

Miguel Ritter, uno de los miembros fundadores del Grupo Iberoamericano de Estudios de la Comunicación Institucional (GIECI), es una autoridad en el estudio acerca de las virtudes y los defectos de las redes sociales. Consultor en comunicación, en especial de la que circula por la web, refleja en esta columna el grave problema de la usurpación de identidad que padecen por igual Barack Obama y algunos de los más identificados con los nuevos medios, como Bill Gates y Steve Jobs.
  • “El robo de identidad es solo uno de los riesgos inherentes de las redes sociales, pero en el caso de los niños este riesgo es especialmente grave como demostró el del menor que se quitó la vida en el Reino Unido tras ser acosado en la red”, dice Ritter
Con más de 500 millones de usuarios activos, no hay duda de que Facebook es el gigante de las redes sociales. El sitio alberga además de usuarios a miles de páginas de fans de celebridades, empresas y otras organizaciones.
Hace pocos días, Bill Gates reveló que él no es el usuario de Facebook que lleva su nombre. No es el único al que le han suplantado la identidad en esta red. Barack Obama tiene sus sitios “truchos”, al igual que Steve Jobs, Cristina Kirchner, Hitler o el propio Satán.
Michael Arrington, el fundador del célebre blog sobre la Web 2.0, TechCrunch, logró hace poco crear una identidad falsa de Eric Schmidt, el CEO de Google y asesor del presidente norteamericano, engañando con ella incluso a Chad Hurley, el CEO y co-fundador de YouTube (desde 2006 una empresa Google) para ganar su simpatía.
La artimaña de TechCrunch funcionó porque el sistema de Facebook, como el de la mayoría de las redes sociales, permite que los usuarios endosen sitios de otros proponiéndolos como amigos a terceros sin saber que en realidad son cuentas apócrifas que están suplantando la identidad real de quienes dicen ser (que pueden o no tener una cuenta en Facebook), un verdadero problema que persistirá hasta tanto finalmente Facebook se decida a permitir solo el endoso de sitios luego de verificar automáticamente la identidad del propietario mediante la corroboración de su cuenta de correo electrónico en su base de datos.
Aunque el número de usuarios de Facebook sigue aumentando cada día, la invasión de la privacidad continúa siendo el mayor problema de esta red social pese a las sirenas de alarma que han hecho sonar diferentes expertos, incluyendo aquellos en gestión de la reputación.
Para las empresas este tema es igualmente un boleto de acceso a todo tipo de conflictos como lo demostró recientemente el caso de Nestlé en cuyo sitio de fans en Facebook, que tiene más de 128 mil seguidores, recibió un ataque masivo relacionado con la sustentabilidad del uso de aceite de palma –del cual es el mayor comprador del mundo- y el grave problema de la deforestación vinculada a este cultivo.
Según una información del sitio Computerworld.com en abril de este año una página apócrifa de fans de IKEA en Facebook que ofrecía a los usuarios del sitio cupones de regalos de la conocida empresa de muebles por mil dólares cada uno, produjo 40.000 damnificados en un solo día, un mes antes las víctimas habían ascendido a 70.000.
Para participar de la tentadora oferta, los usuarios debían convertirse en fans de la página e invitar a todos sus amigos a hacer lo mismo. Luego eran redirigidos a una página de marketing legítima en la cual –para acceder a la oferta- debían inscribirse aportando toda clase de datos personales. Jamás ninguno de los usuarios accedió a los cupones de regalo.
Según la empresa IdentityGuard.com, cuyo negocio es desde hace 14 años la lucha contra el robo de identidades en Internet, muchas de las páginas apócrifas en MySpace o Facebook están infectadas con códigos maliciosos para el robo de datos. De acuerdo a la empresa, los niños y adolescentes son especialmente vulnerables en estos sitios porque son más propensos a enviar o compartir información personal sin el cuidado necesario.
Si bien otros usuarios pueden denunciar o pedir el bloqueo de una cuenta de terceros que consideren maliciosa o la propia Facebook puede disponerlo por no estar la página en cuestión debidamente verificada, para cuando eso sucede –algo que solo ocasionalmente es el caso- el daño ya esta hecho.
El tema no es menor y de gran preocupación sobre todo para aquellas personas o empresas que tienen una alta exposición pública y mucho que perder en términos de intimidad y reputación.
El sitio falso de Alberto Borrini, el conocido columnista del diario La Nación y autor de innumerables artículos y libros sobre la comunicación empresaria, tiene casi 600 amigos admiradores, convencidos todos ellos de que se trata del real A.B.
Los intentos del periodista de hacer algo al respecto no han dado resultados hasta el momento. A Borrini, que carece de una cuenta auténtica en Facebook, le fue imposible hacer bloquear su sitio apócrifo. Todas las acciones emprendidas resultaron infructuosas… hasta ahora. Mientras tanto, su doble anónimo sigue cosechando incautos amigos en Facebook.
Según ABC News, el año pasado la madre de un adolescente de Illinois entabló una demanda por 50 mil dólares contra cuatro menores que crearon un sitio “trucho” en Facebook con la identidad de su hijo en el cual lo caracterizaron como un individuo racista, homosexual y pervertido.
De acuerdo a las investigaciones realizadas por la compañía Javelin Research en 2008, un 17% de los crímenes de robo de identidad en Internet son perpetrados por personas que la víctima conoce, como amigos o miembros de la familia. Por otra parte, un estudio más reciente realizado por la agencia de crédito Experian encontró que el 55% de los robos de identidad cometidos contra niños fueron cometidos por alguien que la víctima conocía.
En el caso de una demanda judicial, Facebook puede revelar el IP, el protocolo de Internet, un código numérico asignado a cada equipo dentro de la red, con el cual se puede rastrear a los defraudadores.
El robo de identidad es solo uno de los riesgos inherentes de las redes sociales, pero en el caso de los niños este riesgo es especialmente grave como demostró el del menor que se quitó la vida en el Reino Unido tras ser acosado en la red. El hostigamiento, el abuso, el acoso sexual, el fraude y el daño al buen nombre de las personas y organizaciones son delitos que irán aumentando conforme las redes sigan creciendo y los usos de ellas se vayan diversificando, para bien y para mal. Mientras tanto, el riesgo de quedar atrapado en ellas con una doble, triple o múltiple identidad no bajará, todo lo contrario.

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