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martes, 23 de noviembre de 2010

Un cambio tecnológico y cultural (Por Tristán Bauer)

Son momentos de construcción, momentos donde todo lo que uno adquiere enseguida parece viejo, donde las vías de comunicación se van multiplicando cada vez más, donde la televisión está perdiendo esa fuerza terrible y demoledora de ser quien emitía un mensaje y le proponía al ser humano estupidizarse y quedarse contemplando frente a ella sin reflejo. Más que una televisión al servicio del hombre, como debería ser, pareciera que había triunfado y se hubiera puesto el hombre al servicio de la televisión. Las redes sociales nos demuestran día a día que las maneras de comunicarnos están cambiando y que el camino de ida y vuelta, el rol de emisor y receptor ya no son tan claros. Se abre una dinámica de comunicación mucho más rica, más democrática y para una construcción social más justa. La televisión digital, el nuevo marco legal para las comunicaciones audiovisuales, haber logrado dejar atrás la ley de la dictadura, son pasos extraordinarios que está dando la sociedad argentina.
Una tarde en la Casa de Gobierno, cuando empezábamos a hablar del Canal Encuentro, Néstor Kirchner me dijo: “Los argentinos venimos de la cultura de la muerte impuesta por la dictadura militar. Fue muy lindo el irrumpir de la democracia pero después se instaló la cultura del dinero, de la individualidad, de la falta de solidaridad. Y ahora nosotros tenemos la enorme tarea de construir la cultura de la vida, una cultura social, y en ese sentido el canal que vos y (Daniel) Filmus están encarando es un eje importantísimo por la fuerza que tiene la televisión en este momento”.
En esta era digital donde la tecnología es tan importante para tener un nuevo paradigma cultural y comunicacional, el Estado argentino decidió asumir un rol protagónico. Trabajando con fuerza para tener un sistema de medios públicos de verdadera calidad al servicio del pueblo, bajo las ideas de equidad, justicia, diversidad, fundamentales en el campo de la cultura y de la comunicación.
En este contexto, la tecnología es importantísima pero no tiene el signo positivo ni el negativo. La energía atómica se puede utilizar para alimentar a toda una ciudad, pero en Hiroshima sirvió para arrasar de la tierra 70 mil vidas humanas. Los satélites de comunicación pueden servir para generar señales que contribuyan al mejoramiento humano, para que nos eduquemos, para que trabajemos bajo el signo de la igualdad. O pueden servir para someter al ser humano, como lo hace muchas veces la televisión abierta en la Argentina, que no es ni chatarra ni basura, sino que es pensada para estupidizar, para transformar a las personas en objetos de consumo.
Estamos hablando de un cambio tecnológico, de un cambio en el sistema de medios públicos del país, de un cambio que será sin dudas una transformación cultural. Y que apunta a esto que nos proponía Néstor: iniciar un cambio hacia la cultura de la vida, de la hermandad con los pueblos latinoamericanos.
*Extracto de su discurso en el Foro Internacional de Sociedades Digitales.

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