La creatividad es contagiosa

Por Orlando C. Aprile.
Los que frecuentan esta sección ya habrán advertido que la creatividad está en la categoría de visitante frecuente. Hay dos razones que la alientan. Primero y principal, que en la agenda publicitaria la creatividad está siempre en el primer lugar del ranking. Segundo, y en consecuencia, las editoriales la toman muy en cuenta y multiplican los títulos que la abordan. Nuestro aporte al respecto es tratar de vislumbrar qué hay detrás de los festivales y husmear qué recursos tienen a mano lo creativos.
En este libro, la autora define el proceso creativo y las reglas fundamentales para promoverlo. En ese contexto le otorga un rol decisivo a la autoestima y a la práctica continua. Luego considera las actitudes y los mecanismos personales y de las organizaciones para producir la innovación y el cambio. A continuación, desarrolla una serie de competencias creativas imprescindibles, sobre todo para esta época de incertidumbre. Por último, y como habilidad-síntesis, encara el ejercicio del liderazgo creativo.
Ya en el comienzo del libro se enuncian dos tipos de creatividad. La creatividad primaria que es y se corresponde con el niño interior que todos tenemos: esencialmente, es la genuina curiosidad que se multiplica en propuestas y en asociaciones. Y la creatividad secundaria, que elabora y desarrolla racionalmente los materiales provistos por la inspiración.
Aunque Cañeque toma principalmente en cuenta a los directivos y empresarios, sus aportes y recomendaciones también resultan de mucha utilidad para los ejecutivos de cuenta, los planners y, por supuesto, los mismos creativos. Puesto que además de analizar el valioso aporte de la creatividad al marketing y a la gestión empresaria, la autora destaca la función de la creatividad para enfrentar y resolver los procesos de cambio que se están dando en nuestra sociedad. “En una época de cambio tan veloz como la que transcurre es imprescindible tener la cintura creativa necesaria para generar diferentes y rápidos movimientos en el espacio y en el tiempo (...) Los cambios son, sin duda, los promotores del progreso”.
La creatividad es, asimismo, un recurso decisivo para solucionar problemas y conflictos. “Gran parte del producto creativo de una sociedad es resultado de prevenir o de enfrentar problemas”. Puesto que, casi siempre, el problema es un desafío que debe ser resuelto. Pero, también, el problema suele activar recursos inesperados y aporta su generosa ganancia de aprendizaje.
Otros aportes del libro son la interesante enumeración de casos, como el de Martín Churba, y la generosa cantidad de citas citables y de autores convocados.

“La persona creativa se caracteriza por tener una serie de rasgos específicos: atracción por el misterio, disposición a abandonar determinados modelos mentales, posibilidad de detectar problemas, espíritu de aventura, facilidad para los movimientos, incluyendo hasta los más arriesgados. Pero también objetividad, proyección hacia lo probable, conciencia de objetivos, valentía para ser diferente a los demás y capacidad de decisión, entre otros”.

Hilda Cañeque se ha destacado por sus aportes en los ámbitos de la creatividad, el juego y el liderazgo. Es docente universitaria, directora y coordinadora de talleres y consultora de empresas. Además de este libro, es autora de otros cinco sobre temas de su especialidad.