COMO ACTUAN Y QUE HACEN LAS EMPRESAS DE DURAN BARBA
Manual de operaciones contra simios
Consultor político en todo el continente y asesor
especial de Mauricio Macri, está involucrado en una investigación en los
Tribunales que se abrió con la denuncia del senador Filmus por operaciones
sucias. Esta semana será llamado a declarar junto a dos de sus socios.
En política, “operación”
es una palabra que no viene de la teoría sino de la medicina. Pero los autores
de operaciones suelen disimular que las hacen porque las manipulaciones, la
distorsión o el espionaje no son, se supone, las herramientas más presentables.
Todo esto, claro, hasta que llegó a la Argentina el equipo del consultor Jaime
Durán Barba y ofreció sus servicios inteligentes. Un documento del grupo Durán
Barba, al que tuvo acceso este diario, ofrece directamente lo siguiente:
“Podemos realizar trabajos de forma quirúrgica con los posibles electores”.
Durán Barba es el consultor estrella de
Mauricio Macri y del PRO y en las elecciones de 2011 actuó, por ejemplo, en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en Vicente López, donde triunfó Jorge, primo
de Mauricio.
Esta semana debe declarar ante la Justicia
por una denuncia realizada el año pasado por el senador Daniel Filmus.
El otro costado de la consultoría política
salió a la luz, justamente, cuando el entonces candidato a jefe de Gobierno por
la oposición porteña, Filmus, fue informado de que los electores estaban
recibiendo un mensaje que intentaba relacionar a su padre con el contratista
Sergio Shocklender. Un locutor preguntaba, en un mensaje grabado y ametrallado
sobre los votantes por teléfono, qué pensaría el ciudadano si se comprobara que
esa relación existía. Naturalmente en estos casos no interesa la respuesta. No
importa si hay que discar “uno” o discar “dos”. Lo que vale es el solo hecho de
escuchar una versión que puede despertar sospechas.
Filmus dijo que su padre, un comerciante
de clase media mayor de 80 años, que no es arquitecto como decía la pregunta
construída sobre bases falsas, no tenía nada que ver con Shocklender y al mismo
tiempo hizo la denuncia a la Justicia para ver si el emisor de los mensajes con
forma falsa de pregunta había cometido delito o una infracción a la ley
electoral.
Las elecciones terminaron con una buena
elección de Filmus y una victoria nítida de Macri, que así consiguió la
reelección como jefe de Gobierno. Pero la causa siguió y fue convirtiéndose, de
a poco, en una radiografía de cómo se hacen operaciones. Si son muy sucias,
sucias, un poquito sucias, al margen de la ley o al borde de su violación es
cosa que en algunos casos aún no puede saberse y en otros queda en la
conciencia de quien analice la información.
Bisturí, por favor
La empresa Connectic, del grupo Durán
Barba, ofreció una forma de identificación de votantes que permitiría luego el
envío de mensajes, preguntas o comentarios. El aspecto quirúrgico sería, pues,
tanto el relacionado con los mensajes como la búsqueda misma de un análisis del
comportamiento y las preferencias ya no sólo de los votantes sino de los
ciudadanos, de acuerdo a sus inclinaciones en materia de ideas, sentimientos y
percepciones políticas.
Una muestra serían las preguntas con
presupuestos lógicos falsos que figuran en estas mismas páginas, formuladas por
el grupo de Durán Barba. Es un universo sin duda mucho mayor que la pregunta
original sobre la supuesta relación entre el padre de Filmus y Schoklender, que
irritó al candidato del oficialismo nacional en medio de la campaña y provocó
su curiosidad.
El arte
El año pasado, después del triunfo de
Macri, junto con su vicepresidente ejecutivo Santiago Nieto, Jaime Durán Barba
escribió un libro. Se llama El arte de ganar. Cómo usar el ataque en campañas
electorales exitosas.
Antes de entrar en tema, al que dedicó la
segunda parte del libro, el autor escribió una larga introducción con
pretensiones de explicación simple. Muy simple.
Su gusto por la construcción de
estereotipos de manera directa o indirecta es evidente, por ejemplo, en la
página 28, dentro de la descripción de la personalidad fuerte y peleadora del
ex presidente Néstor Kirchner.
Dice el texto: “Kirchner peleó siempre.
Nada le vino regalado. De niño tuvo que enfrentar a sus compañeros de escuela
que se burlaban por su ceceo al hablar y su mirada estrábica. Se hizo su
espacio en la vida por la fuerza. Lo que tiene, lo obtuvo luchando y
confrontando. Ingresó al peronismo en la adolescencia, cuando fue presidente
del Consejo Estudiantil del colegio República de Guatemala, en Río Gallegos. Es
un político de casta, cuya carrera refleja la crónica de sus enfrentamientos
permanentes con sus adversarios. Así fueron los grandes caudillos del siglo
pasado: Lázaro Cárdenas, Velasco Ibarra, Perón, Castro, Duvalier, Hitler.
Pelearon hasta el último día por lo que creían o defendían, y ninguno de ellos
dio tregua a sus adversarios”.
Lázaro Cárdenas es el presidente que dio
institucionalidad a la Revolución Mexicana, el intento de transformación social
más extraordinario de las primeras décadas del siglo XX. Perón se supone que es
Juan Perón. Nunca nadie había llamado “caudillo” a Jean Claude Duvalier, el
dictador haitiano, y a Hitler, se supone que Adolfo Hitler, porque el nombre de
pila no figura. En todo caso, el párrafo revela la aparente inclinación de
Durán Barba por las yuxtaposiciones y las mezclas sin mayor explicación, con
nombres lanzados como al azar.
La misma displicencia por el rigor aparece
cuando Durán Barba quiere construir teorías y continentalizarlas. Al consultor
le parecen notables los paralelismos entre la biografía de Kirchner y la de
Andrés Manuel López Obrador, el dirigente del Partido de la Revolución
Democrática, de centroizquierda, a quien los mexicanos apocopan AMLO. “En la
biografía de ambos líderes hay muchas coincidencias curiosas. Para mencionar
algunas digamos que Kirchner nació en 1951, año en el que por primera vez se
hizo una transmisión de radio en su ciudad natal, hecho que ocurrió también en
Tepetitán en 1953, cuando nació AMLO.”
Kirchner, muerto el 27 de octubre de 2010
a los 60 años cumplidos, había nacido el 25 de febrero de 1950 y no en 1951.
Una diferencia nimia, tal vez, pero quizás algo indigna para un teórico ocupado
nada menos que en descubrir la naturaleza de los grandes caudillos populares
del siglo XX como Hitler y Duvalier.
En la página 358, un apartado del libro de
Durán Barba se titula “Debe decir la verdad”. Se refiere al candidato que el
gurú asesora y dice: “Las posibilidades de engañar se han reducido por dos elementos
más: el voyeurismo desatado de los occidentales y el acceso a la tecnología”.
En cuanto a la forma, “lo más importante
en una campaña electoral, y particularmente en un ataque, no es producir
carteles bonitos, sino que las piezas comuniquen el mensaje que pretendemos
transmitir a los electores con claridad”. Y sigue: “Si además son atractivos,
tienen fuerza y están elaborados de manera original, mucho mejor. Es preferible
comunicar lo que queremos de manera rudimentaria, que producir obras de arte incomprensibles,
o que difundan un mensaje equivocado. Si nuestras piezas de publicidad no
cumplen con el propósito requerido, mándelas a un concurso, guárdelas en su
baúl de recuerdos o tírelas a la basura. Algunos pensarán que decimos cosas
obvias, que todo el mundo sabe que esto es así. La práctica nos indica que en
muchas campañas se privilegia la publicidad pintoresca sobre la que consigue
votos, especialmente en países donde aún se piensa que las campañas pueden ser
manejadas por publicistas, que los candidatos son mercaderías, y que necesitan
una marca y algo de marketing para ganar”.
En su recomendación a los candidatos de
que “no se trata de atacar por atacar”, sostiene el texto de Durán Barba que no
calumniar es una conducta deseable desde el punto de vista ético, porque “en la
política democrática deben respetarse normas básicas de comportamiento”, y
también útil desde el punto de vista práctico. “La gente se entera de la verdad
a velocidades inimaginables”, dice el consultor de Macri.
El acuerdo
Tal vez como parte del voyeurismo desatado
de los occidentales, este diario pudo establecer que la Justicia ya tiene en su
poder un “Acuerdo de Confidencialidad y Competencia”. Lo firman Jaime Durán
Barba, Santiago Nieto y Rodrigo Lugones. Los tres figuran en el acuerdo como
“La encuestadora”. El texto aclara que los primeros son de nacionalidad
ecuatoriana y que Lugones es argentino. También cita a otros argentinos,
Guillermo José Garat, Nicolás Marcó y Martín Vicente Peluffo. En el acuerdo
seguirán siendo mencionados como “Call Center”.
Lugones y su equipo tendrían el know how
en las encuestas mientras que Garat tendría el conocimiento y experiencia a
nivel local e internacional del Call Center, como principal accionista de la
sociedad denominada Connectic SRL.
El mismo voyeurismo desatado llevó a este
diario a investigar si Connectic SRL realizó y ofreció trabajos. La conclusión
es que se trata de la misma firma que se presenta con habilidades quirúrgicas.
En una oferta de “identificación de
votantes” para realizar en Vicente López, explicó la empresa que “consiste en
llamar a todos los domicilios de la provincia de Buenos Aires con el fin de
transmitirle un mensaje, solicitar información o consultar sobre sus
preferencias políticas”. Esas llamadas “serán monitoreadas de manera constante
por gente capacitada”.
“La información recolectada en la
identificación será procesada y entregada de manera de poder hacer un
seguimiento y una posterior campaña de persuasión”, prometió Connectis.
El fundamento es el cruce con una base de
datos. Los trabajos realizados “en forma quirúrgica” son productivos por lo
siguiente: “Tenemos información de que grupos familiares comulgan con nuestras
ideas y de esta manera podemos identificar posibles voluntarios en distintos
barrios del conurbano”. Y algo más: “Podemos organizar una red de voluntarios
que abarque las zonas más marginadas, donde de otra manera sería muy difícil
llegar”.
Según consta en las investigaciones
judiciales, los firmantes del Acuerdo de Confidencialidad tienen tarjetas
impresas con indicación de la localización de sus oficinas. El domicilio es
Libertad 1240, que fue uno de los primeros destinos allanados por la Justicia
luego de la denuncia de Filmus, cuando el senador ni siquiera sabía quién había
realizado la pregunta sobre su padre.
Garat y Durán Barba comparten una firma,
Informe Confidencial, y direcciones en Quito, Ecuador, y Curitiba, Brasil.
Peluffo es firmante autorizado de Call and
Contact Center, una de las empresas que realizó la campaña de preguntas con
base falsa en la campaña porteña.
Garat es firmante autorizado de Tag
Continental, otra de las participantes. La dirección de Tag Continental es
Libertad 1240. La misma de Durán Barba y sus socios del acuerdo.
Tanto Peluffo como Garat recibieron pagos
cursados a través del Banco de la Ciudad de Buenos Aires.
En la página 363 del libro, Durán Barba
recomienda: “Invoque a los sentimientos, no a la razón”. Y explica: “Los
humanos somos simios con pretensiones cartesianas”.
Y viene explicación, o
sea una concesión al pobre Renato Descartes, en la página 364: “En política, el
ataque enciende los sentimientos del elector común. No es un tema de razones
sino de pasiones. Debemos tratar de que nuestro mensaje provoque polémica. Más
que perseguir que el ciudadano entienda los problemas, debemos lograr que
sientan indignación, pena, alegría, vergüenza o cualquier otra emoción”.
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