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miércoles, 29 de febrero de 2012

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El regreso menos pensado de un símbolo de los ’80

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Caracterizados, los integrantes de “Los Graduados”; en el centro, Daniel Hendler, como Andy, ¿o Wálter?
Cuesta creer que Sebastián Ortega no haya conocido a Wálter. Ferviente consumidor y productor de cultura popular, no es posible que la cabeza de Underground haya ignorado la historia de este muchachote de solapas de corderito, campera de jean al borde del nevado, walkman reglamentario e indudable estirpe loser. Los de treintaipico (a esta altura deberíamos decir “casi cuarenta”), como Ortega y yo, nos vimos reflejados en aquel personaje símbolo de los ’80 que la industria publicitaria nos entregó desde aquel 5 de noviembre de 2000, una idea de DDB Argentina para Telefónica de Argentina.
Es extraño que se le haya escapado el dato. Sobre todo si, junto con Endemol y por la pantalla de Telefe (canal propiedad, irónicamente, de Telefónica), se dispone a reavivar las nostalgia ochentosa que sobrevive en la patria treintañera argentina, siempre ávida de rebobinar hasta detenerse en esa década indeleble en la que convivieron el fin de la dictadura genocida, Alfonsín y el inicio del menemato con Carozo y Narizota, The Cure y el Simon. Algo de ese rescate emotivo hay en “Los Graduados”, como surge de la web oficial, o “Graduados”, como aparece en el logo del programa que Telefe estrena en marzo, protagonizado por Nancy Duplaá y Daniel Hendler, el reconocido actor uruguayo que comenzó a transitar la fase más popular de su trayectoria argentina gracias a interpretar al recordado Wálter.
La ineludible similitud de apariencia entre Wálter y Andrés Goddzer, el personaje en su versión retro que encarna Hendler en la nueva tira de Sebastián Ortega y su equipo, resulta una gran excusa para volver a ver a las dos piezas fundamentales de la campaña de Telefónica, dirigidas por el recordado realizador Lucho Bender:




Rodrigo Figueroa Reyes, director creativo de DDB en esos años, y fundador y actual director de FiRe Advertainment, agencia precursora en activaciones no tradicionales, rememora a Wálter: “Fue una de esas campañas que se te escapan de las manos. A la semana de salir al aire ya era de la gente, repitiendo el ‘Mamá, Papá, ¿qué pasó?’, cuando uno nunca había puesto la energía en que sea esa la frase que pegara”. Figueroa Reyes entiende, también, que las distintas aplicaciones de la idea resultaron una verdadera innovación para la época. ”Wálter fue una campaña de 10 comerciales más, pero también fue acompañado por una de las primeras acciones 360º que se hayan conocido, un concepto tan de moda hoy: tuvo su videoclip de 3 minutos en la MTV, se hizo el Wálter Rock Festival en el verano de 2001 en Mar del Plata, presentado por Lalo Mir, con bandas como Virus, Los Twist; tuvo un comercial interactivo en 2 canales a la vez, Telefe y Azul, en el que la gente podía elegir con el control remoto en qué canal quería seguir la historia”, enumera el publicitario.
No fueron los únicos espacios que aquel personaje supo generar. Sigue Figueroa Reyes: ”La anécdota que más me impactó fue cuando cayó De la Rúa y a principios de 2002 parecía que el país retrocedía 20 años. Wálter como personaje estaba tan presente que Ámbito Financiero llegó a crear una columna diaria de Wálter para recordar todos los términos de los ‘80 que estaban volviendo: ‘arbolito’ y decenas de ejemplos. Otra anécdota, esta vez tragicómica para el actor, es cuando Daniel Hendler gana en el festival de cine de Berlín como mejor actor y Clarín tituló: ‘Wálter ganó el Oso de Plata en Berlín’“.
Volviendo al futuro, si las promos de Telefe no engañan, Wálter será uno de los homenajes a la cultura pop que hará “Los Graduados”, junto con la vincha de Mex Urtizberea a la Luke Wilson en “The Royal Tenenbaums” y la gordura adolescente de Isabel Macedo, un evidente guiño a los fanáticos de Monica, el personaje de Courteney Cox en “Friends”.
Esperemos al estreno de “Los Graduados” para saber hasta qué punto Wálter salió una vez más del freezer para acaparar la atención ochentosa en el prime-time de la tele. Cualquier semejanza con la ficción publicitaria, no es pura coincidencia.

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