POR QUE TUVO TANTA REPERCUSION EL CASO; DEBATE SOBRE
EL PAPEL DE LOS MEDIOS
Entre el crimen y el show mediático
La exposición mediática desmedida puede perjudicar y
entorpecer la investigación, advierten especialistas. Y critican que se tome el
hecho como un caso de inseguridad. El análisis de Eva Giberti, Nora Schulman y
el fiscal Andrés Devoto.
¿Cuál fue el papel de los medios en el
caso Candela? ¿La alta exposición mediática favoreció la búsqueda de la niña o
pudo haber entorpecido la investigación judicial? ¿Por qué concitó la atención
de las cámaras y de un amplio sector de la población más que otros casos en los
que familiares buscan chicas, chicos o adolescentes que han desaparecido de su
hogar? La horrible muerte de Candela abrió una serie de interrogantes más allá
de las dudas en torno de la autoría del crimen. Página/12 consultó a distintos
especialistas, entre ellas a Eva Giberti, Nora Schulman y dos investigadores
judiciales, que sumaron sus miradas al debate. En principio, Giberti y Schulman
coincidieron en reclamar que no se confunda este dramático caso con un hecho de
inseguridad y condenaron un aprovechamiento de sectores políticos de la
tragedia. “No cualquier chica o chico puede ser Candela”, observó Giberti, al
aludir a las particularidades de las circunstancias en las que habría sido
secuestrada y que al parecer estarían relacionadas con un pase de factura a su
familia. “Es un caso policial y nada más. No es un tema de seguridad”, enfatizó
Schulman. Tanto Giberti como Schulman condenaron “el show mediático” montado en
torno del caso.
Para Giberti, coordinadora del programa
Las Víctimas contra las Violencias, del Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos, se conjugaron dos situaciones que contribuyeron a que el caso tuviera
tanta repercusión: “Es un momento político y social en el que todas las
sensibilidades están muy expuestas y la figura de una niña, de 11 años, es la
de la víctima propiciatoria, y que inmediatamente convoca la imagen de la
trata, que es un tema que está en la superficie. Afortunadamente ya se instaló
en el imaginario social la existencia de la trata de mujeres, pero en este caso
la imaginación derrapó porque no se trataba de un secuestro de redes que
explotan mujeres. Hay una sensibilización reactiva de la comunidad ante
estímulos espantosos como éste. Como si Candela hubiera sintetizado las cosas
horribles que pensamos que nos pasan, que en realidad no le pasan a todos”,
observó Giberti.
“Hubo un circo mediático. Los chicos que
se pierden o extravían no se encuentran por la fotito en diarios y la
exposición en la televisión. La información en estos casos debe tomarse con
prudencia”, opinó Nora Schulman, coordinadora del Comité de Seguimiento de la
Convención Internacional de los Derechos del Niño. En un sentido similar se
pronunció la coordinadora del Registro Nacional de Información de Personas
Menores Extraviadas, Cristina Fernández: “Hubo un papel vergonzoso de los
medios. No se puede difundir una foto de los chicos porque hay derechos que
deben ser cuidados”, explicó la titular del organismo que depende del
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
¿Sirve difundir la foto
de la niña, niño o adolescente que de- saparece de su hogar? Consultado por
Página/12, el fiscal general adjunto de Avellaneda, Andrés Devoto, consideró
que en un primer momento puede ayudar a encontrarla. Pero si a las 48 horas no
apareció, la presión mediática puede entorpecer la investigación. Desde que se
denunció la desaparición de Candela, las cámaras de televisión registraron casi
cada paso que se daba en la búsqueda policial, al punto que un día la gente del
barrio de Hurlin-gham sabía que iba a haber un rastrillaje en la zona y ponía a
su disposición las casas para que los efectivos policiales ingresaran y la
busquen allí. Las cámaras estuvieron presentes incluso en el momento en que la
mamá de Candela, Carola Labrador, hizo el miércoles el reconocimiento del
cuerpo de su hija, dentro de una bolsa de plástico negra. “No es bueno que
quien secuestra sepa la actividad investigativa de la Justicia y la policía.
Que la gente supiera cada movimiento fue un sinsentido. Si la idea era
comunicar todo para darle transparencia a la investigación es un error. En ese
momento lo primero, segundo y tercero es salvar la vida, no mostrar supuesta
eficiencia y sobreactividad”, opinó otro investigador judicial con experiencia
en casos de secuestro y trata. “En algunos casos de secuestros extorsivos
largos y que el secuestrador dejó de comunicarse por una semana o más tiempo,
algunos fiscales federales usaron los medios de comunicación para difundir
alguna noticia falsa acerca de un pago de rescate, para motivar a los captores
a que restablezcan el diálogo. Pero nunca las pistas del caso y la
investigación se develan hacia afuera hasta que el caso se concluye”, resumió.
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