Adherentes de la pagina

miércoles, 12 de junio de 2013

medios


 MEDIOS Y COMUNICACION

Un sujeto de consumo-indignado

Diego Litvinoff explica que la tensión entre los grandes medios y el Gobierno deja al descubierto la lucha por la constitución de un sujeto de consumo-indignado o de un sujeto crítico.

Final del formulario

http://www.pagina12.com.ar/commons/imgs/go-gris.gif Por Diego Ezequiel Litvinoff *

Responder a la pregunta “¿qué es un diario?” es una tarea un tanto más compleja de lo que, a priori, parece. Definirlo como un medio escrito de comunicación masiva, cuya tirada no tiene otra función que brindar información a sus lectores, no sólo no parece suficiente, sino que además solapa la existencia de otros componentes tan propios como éste. La publicidad es uno de ellos y la creciente relevancia que ha ido adquiriendo durante los últimos años, apareciendo cada vez en una mayor cantidad de páginas y ocupando las posiciones centrales, exige presentarla más allá de su función de financiamiento.

Otra dimensión presente en todo diario es la política. Desde su origen, los diarios se inscribieron en una determinada corriente ideológica, que defendieron abiertamente por medio de sus editoriales. Así lo evidencian, por ejemplo, en nuestra tierra, los diarios La Nación, fundado por Mitre, y Clarín, que respondió a las ambiciones políticas de Noble. Paulatinamente, sin embargo, se ha producido un viraje, por el cual dejaron de ser una plataforma que expresa ideologías políticas para constituirse como un grupo político en sí mismo, que lucha por sus propios intereses.

Resulta interesante, entonces, preguntarse por la relación que existe entre estas tres dimensiones: información, publicidad y política. ¿Hasta qué punto el compromiso comercial con ciertos productos impide la difusión de informaciones que podrían disminuir sus ventas? ¿Cómo se presentan las informaciones de acuerdo con los intereses políticos del diario?

Sugerir que se trata de una simple manipulación de contenidos, no obstante, impide observar lo que se pone en juego durante la lectura de un diario. El lector no es un individuo pasivo que absorbe cualquier discurso que circula. Aquella lectura es una de las prácticas en las que se define su constitución como sujeto. Desde esta perspectiva debe entenderse el despliegue publicitario, por ejemplo. No se trata tanto de vender determinados productos como de colocar al lector en la posición de consumidor. Así, es él quien es vendido, por parte del diario, a las agencias publicitarias. Esto no significa que, con ello, comienza a ser el destinatario de la publicidad. Al contrario, a partir de entonces, se posiciona entre el publicista y las empresas auspiciantes y entre éstas y sus inversores.

En ese mismo sentido deben ser entendidas las transformaciones de la dimensión política del diario. Las noticias que se elige publicar, su organización a partir de prioridades, los énfasis, recortes y comentarios editoriales no son ideas que tienen como destinatario al individuo que las absorbe. Su función es constituir una forma de subjetividad determinada. En el caso de los grandes emporios mediáticos, el despliegue del diario contribuye a configurar la subjetividad del indignado. Este percibe su entorno desde la desconfianza, el miedo y la sospecha constante de la traición. Una vez constituido este tipo de subjetividad, el lector deja de ser el destinatario directo de los mensajes del diario para colocarse como rehén entre éste y los gobiernos de turno, que se convierten entonces en los receptores finales de esos mensajes. Así, el poder ya está en el diario: enfatizar una noticia o marginarla, son sus negociaciones parciales que le permiten no sólo incrementar sus negocios y su influencia en otros medios, sino también de ese modo aumentar su poder. Uno de los principales avances del actual momento histórico consiste en haber instalado la idea de que la política se define más allá de sí misma: en el espacio comunicacional, del cual el diario es uno de sus principales engranajes. Habría ahora que dar el siguiente paso para comprender que, en el diario, como en otros medios de comunicación, aparece una disputa que, a su vez, se juega en otro ámbito: el de la subjetividad. Una vez constituido el sujeto de consumo-indignado se puede mentir, editar, manipular. Lo cierto es que ese sujeto ya está esperando oír eso. De allí la trampa de los acuerdos entre los políticos y los grandes medios: tarde o temprano éstos traicionan. Contribuir a generar un sujeto crítico, que tenga confianza en la política y la conciba como un ámbito donde las transformaciones son posibles, a partir del compromiso, es lo que le quita el poder de extorsión al diario.

Respondiendo así a la pregunta “¿qué es un diario?” puede comprenderse por qué los grandes emporios mediáticos se oponen a los procesos transformadores en América latina. De este modo, la lucha entre el Gobierno y Clarín no sólo aparece como una lucha de poder, en sentido abstracto: lo que en ella está en disputa es algo bien concreto. Es la lucha por la constitución del sujeto.

* Sociólogo (UBA). diegolitvinoff@yahoo.com.ar

 › MEDIOS Y COMUNICACION

Formación en comunicación

Marcos Muñoz advierte sobre la necesidad de actualizar los planes de estudio de las carreras de comunicación en las universidades públicas a la luz de las enseñanzas que surgen de la actual situación política y social.

Final del formulario

http://www.pagina12.com.ar/commons/imgs/go-gris.gif Por Marcos Muñoz *

Que la historia sea letra viva. La historia del periodismo en Argentina, en el presente, expresa la posibilidad de que puedan ser rescatadas experiencias y prácticas de aquellos actores vinculados con esta compleja actividad. Del análisis de la realidad surgen en distintos ámbitos, como los académicos, o en la superficie de los temas que aborda la prensa, o en algunas definiciones o aproximaciones de definiciones de dirigentes políticos y de referentes culturales, reflexiones sobre el devenir de la historia en Argentina y de cómo estamos hoy en relación con otras épocas. Se habla, se escribe, vemos y vivimos cómo nuestra propia cosmovisión de mundo y nuestros propios quehaceres se han modificado. Se seguirán modificando.

Pero, ¿qué hacemos nosotros con esa realidad? ¿Qué hacemos con nuestra práctica social? ¿Y qué hacemos con ese conocimiento social producto de la práctica?

Analizar la dinámica empresarial y sus intervenciones en el debate público de cada época, investigar los diferentes períodos por los que atravesó el periodismo en Argentina, en América latina y en otros espacios geopolíticos, tener presente el accionar de los gobiernos nacionales, provinciales y municipales, revisar los pactos internacionales que intervengan en la cuestión, leer y releer teorías de aquellas disciplinas que puedan aportar elementos a este tema y rescatar herramientas que sirvan a un mejor entendimiento sobre las actuales tensiones políticas, económicas y culturales que conlleva la lucha permanente de aquel sector que busca la aplicabilidad de la ley de medios de la democracia como de aquel otro sector que prefiere la concentración de los medios, y que la prefiere en manos exclusivas de privados por sobre el Estado y las organizaciones sociales.

¿Es posible no sentirse interpelado en este escenario político? Puedo pensar en dos figuras a modo de ejemplo: ser televidentes de este presente con un pasado y con un futuro o ser un sujeto presente en el análisis del pasado, con una intencionalidad de estructurar otro futuro.

Desde las carreras vinculadas con la comunicación, docentes, graduados y estudiantes tienen la posibilidad de ser parte de un debate que arroje nuevas miradas y análisis que signifiquen aportar mayor claridad a un tema denso, complejo y estructurador de un futuro político institucional que se tensiona en un presente ávido de madurar y hacer un futuro más plural y que aporte mayor grado de desarrollo para todos los interesados en una comunicación pensada para y por una democracia más equitativa. Este contexto debe servir de fuente para observar con mucho detenimiento ¿qué está pasando con los planes de estudio de las carreras de comunicación en las universidades nacionales y qué perfil de graduado se está construyendo? ¿Es viable la revisión de los planes de estudio?

Los conocimientos sociales acumulados durante décadas, la capacidad de análisis y de reflexión en torno de esa compleja manifestación de vivencias políticas (subjetividades) más esos hechos reales a los que muchas veces nos empecinamos en decir que son objetivos, están allí, a nuestro alcance para ser amasados, reconstruidos y puestos a disposición para construir algo mejor.

Este planteo deja abierta esa posibilidad de conversar con los actuales docentes y directores de carrera de comunicación para consultarles qué opinan por el actual perfil de los graduados y los planes de estudios de las carreras vinculadas con la comunicación. Por ejemplo, ¿el plan de estudio de una carrera de comunicación de los ’80, de los ’90 hasta llegar a la actualidad es lo mismo? ¿Podemos dejar de lado, olvidarlos, no prestarles atención a todos los acontecimientos sociales y políticos vividos en Argentina y el mundo, más los enormes e impactantes desarrollos tecnológicos que se siguen dando? Entonces, ¿qué perfil de graduados buscamos? ¿Qué más podemos hacer por una ciudadanía que se muestra cada vez más curiosa sobre una realidad multifacética y apasionante en términos políticos? Lo empírico puede ser el mejor escenario o, ciertamente, es el escenario que tenemos, para poder revisar qué tipo de formación brindan las universidades y su vinculación con dinámicas históricas tan vivas, tan reales, con un presente que nos impulsa a seguir creyendo en términos de proyectos políticos con voluntad social. Un presente histórico que es mucho más que el aquí y el ahora del momento televisivo diario.

* Licenciado en Comunicación Social, UNCuyo. Secretario de Extensión de la Facultad de Humanidades de la UNComahue y coordinador del Nodo Comahue.

 

No hay comentarios: