Telepolítica
por Fernando Kohutiak
El 28 de junio de este año los argentinos concurrirán nuevamente a las urnas. Esta vez no solo bombardeados por publicidad callejera y televisiva sino también por el creciente protagonismo de las nuevas tecnologías, las cuales, por ejemplo han tenido una importante presencia en la campaña del electo presidente Barak Obama.El pensador, político, jurista e historiador francés Alexis de Tocqueville (1805-1859) fascinado por la política norteamericana, escribió un análisis político y social, Democracy in America (1835 y 1840).En este estudio de la política estadounidense analiza a la religión como un organismo de cohesión. Pero hoy en día con el laicismo de las distintas sociedades este espacio ha quedado vacante. Ante lo cual los medios de comunicación han sabido ocupar ese lugar o simplemente lo han heredado.Las personas fueron y son espectadores de este protagonismo que han tomado los medios de comunicación. En cambio, los políticos han tenido la tarea extra de saber explotar los nuevos recursos y saberlos utilizar para ganar la confianza de ciertos sectores de poder y capturar potenciales votantes de manera masiva.La investigadora argentina Susana Velleggia atribuye este fenómeno, denominado telepolítica, a la expansión de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación que han renovado los modos de construcción social, en especial los que conciernen al campo político.Según Velleggia esta estrategia de seducción, la que se ven obligadas a manipular los políticos, adopta dos dinámicas. Una la de procurar erigir en dirigentes políticos a personajes populares del espectáculo, el deporte y el quehacer intelectual o social. Aunque ajenas a la formación que reclama la política.En esta línea la Argentina ha dicho presente con Lidia "Pinky" Satragno, Ramón “Palito” Ortega, Irma Roy, Carlos Reutemann y Daniel Scioli, ente muchos otros. Pero hubo precursores. Volviendo a Tocqueville y a Estados Unidos podemos citar a los actores Ronald Reagan, Arnold Schwarzenegger y Clint Eastwood. Presidente, gobernador de California y alcalde del Carmel respectivamente.En las próximas elecciones legislativas de la Argentina dicen presente la actriz Clotilde Acosta, más conocida como Nacha Guevara; y el regatista olímpico Carlos Espínola.La otra dinámica a la que hace mención Velleggia es la producción de efectos estratégicos diseñados desde la política en armonía con la lógica del impacto emotivo de los sistemas de comunicación especialmente de la televisión. Por eso es muy importante para los políticos estar en la pantalla chica, no por sus ideas, sino para captar los réditos que proporciona la televisión como ente de cohesión moderno. El uso de este recurso lleva a ser parte o no de la memoria, no solo visual, del votante a la hora de emitir su sufragio.Pero en este siglo XXI la televisión, aún de protagonismo absoluto, tiene que comenzar a compartir la escena con redes sociales como Facebook o Sonico, así como otras tecnologías nacientes a partir del creciente uso de los teléfonos celulares. Elementos que Barak Obama supo utilizar con eficacia, mientras que los políticos argentinos aún las están aprendiendo a utilizar y todavía las miran con cierta desconfianza respecto de su competencia
por Fernando Kohutiak
El 28 de junio de este año los argentinos concurrirán nuevamente a las urnas. Esta vez no solo bombardeados por publicidad callejera y televisiva sino también por el creciente protagonismo de las nuevas tecnologías, las cuales, por ejemplo han tenido una importante presencia en la campaña del electo presidente Barak Obama.El pensador, político, jurista e historiador francés Alexis de Tocqueville (1805-1859) fascinado por la política norteamericana, escribió un análisis político y social, Democracy in America (1835 y 1840).En este estudio de la política estadounidense analiza a la religión como un organismo de cohesión. Pero hoy en día con el laicismo de las distintas sociedades este espacio ha quedado vacante. Ante lo cual los medios de comunicación han sabido ocupar ese lugar o simplemente lo han heredado.Las personas fueron y son espectadores de este protagonismo que han tomado los medios de comunicación. En cambio, los políticos han tenido la tarea extra de saber explotar los nuevos recursos y saberlos utilizar para ganar la confianza de ciertos sectores de poder y capturar potenciales votantes de manera masiva.La investigadora argentina Susana Velleggia atribuye este fenómeno, denominado telepolítica, a la expansión de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación que han renovado los modos de construcción social, en especial los que conciernen al campo político.Según Velleggia esta estrategia de seducción, la que se ven obligadas a manipular los políticos, adopta dos dinámicas. Una la de procurar erigir en dirigentes políticos a personajes populares del espectáculo, el deporte y el quehacer intelectual o social. Aunque ajenas a la formación que reclama la política.En esta línea la Argentina ha dicho presente con Lidia "Pinky" Satragno, Ramón “Palito” Ortega, Irma Roy, Carlos Reutemann y Daniel Scioli, ente muchos otros. Pero hubo precursores. Volviendo a Tocqueville y a Estados Unidos podemos citar a los actores Ronald Reagan, Arnold Schwarzenegger y Clint Eastwood. Presidente, gobernador de California y alcalde del Carmel respectivamente.En las próximas elecciones legislativas de la Argentina dicen presente la actriz Clotilde Acosta, más conocida como Nacha Guevara; y el regatista olímpico Carlos Espínola.La otra dinámica a la que hace mención Velleggia es la producción de efectos estratégicos diseñados desde la política en armonía con la lógica del impacto emotivo de los sistemas de comunicación especialmente de la televisión. Por eso es muy importante para los políticos estar en la pantalla chica, no por sus ideas, sino para captar los réditos que proporciona la televisión como ente de cohesión moderno. El uso de este recurso lleva a ser parte o no de la memoria, no solo visual, del votante a la hora de emitir su sufragio.Pero en este siglo XXI la televisión, aún de protagonismo absoluto, tiene que comenzar a compartir la escena con redes sociales como Facebook o Sonico, así como otras tecnologías nacientes a partir del creciente uso de los teléfonos celulares. Elementos que Barak Obama supo utilizar con eficacia, mientras que los políticos argentinos aún las están aprendiendo a utilizar y todavía las miran con cierta desconfianza respecto de su competencia
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