Sociedad
Los profesionales que eligen pasar más tiempo en el trabajo
Quiénes son y por qué lo hacen. El rol de las nuevas tecnologías y las consecuencias.
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Por Jesica Rychter (*) | 13.06.2011 | 13:42
Ellos prefieren prolongar la jornada laboral, aunque no les paguen más por hacerlo. | Foto: Cedoc
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Las nuevas tecnologías, el efecto de las crisis pasadas y un sentimiento de querer demostrar la presencia en la oficina, impulsan una tendencia que afirman los especialistas en temas laborales: son cada vez más los profesionales que eligen prolongar la jornada horaria de trabajo aún cuando no tengan una retribución económica a cambio. Para los expertos, son hombres y mujeres de entre 25 y 40 años que ocupan puestos ejecutivos, aunque esta situación "puede aplicarse a todas las edades y en todas las áreas de gestión de las empresas", según aclara Cristina Mejías, consultora de carrera.
De acuerdo a una de las últimas encuestas realizadas por el Centro Conciliación Familia y Empresa del IAE a gerentes de medianas y grandes empresas, “la forma de ser y la autoexigencia” es la respuesta más seleccionada, con un 71 por ciento, por la que los entrevistados extienden la jornada laboral.
Le siguen “los picos de trabajos difíciles de preveer”, con un 57 y “cambios frecuentes en directivas”, con un 33 por ciento entre otras causas.
Pero existen otros factores: “hay quienes lo hacen para consolidarse en el puesto, otros que quieren lograr una promoción, los que están presionados por su entorno porque todos se quedan tarde, los que hacen lo posible para llegar a su casa y encontrar a los chicos dormidos y los que no saben poner límites”, enumera Gabriel Schwartz, psicólogo laboral. Según opina Alejandro Miralles, socio de la consultora Korn/Ferry Internacional, “no hay una presión formal de parte de las empresas o los jefes para que sus empleados pasen más horas no remuneradas en sus puestos”.
Nadia Rivas, que es líder de proyectos en el área digital de una agencia de publicidad, comenta que su horario laboral es hasta las 18, pero que en los últimos meses se fue a las 22 porque “hay mucho trabajo para hacer y pocas personas para absorberlo. Es la única forma de llegar a cumplir con los pedidos de los clientes.”.
El licenciado César Contino, socio gerente de Cona Consultores, alude a ésta cuestión: “los empleados que extienden el horario laboral lo hacen de forma consciente por la responsabilidad que sienten en el trabajo, quieren entregar un producto final de alta calidad”.
Es el caso de Alejandro (32), que es ingeniero en sistemas y trabaja de lo que estudió, pero confiesa que “al menos tres veces por semana” se queda una hora de más en la empresa. “No lo puedo evitar, cuando algo no me sale se convierte en un desafío y tengo que terminarlo, pero por otra parte también creo que esto me ayuda a progresar en mi carrera”, dice.
Contino también se refiere otro factor, que es “acompañar los objetivos de otros empleados, un principio de trabajo en equipo”. Es la situación de Jonathan Derman, que tiene 23 y es encargado en una financiera. Aparte de ayudar a sus compañeros con sus tareas, Jonathan se refiere a un buen clima laboral. “Me voy tarde porque me quedo charlando con ellos de proyectos de trabajo”.
Sin embargo, Miralles aclara que no en todas las empresas se da la misma situación. “En algunas, trabajar más de la cuenta puede provocar a menudo broncas y sensaciones de la persona que siente que no es valorada, entonces empleado y empleador salen perjudicados”. También subraya que esta tendencia no está necesariamente ligada a una mayor productividad. Mejías coincide y aclara que “este modelo operativo desgasta la energía y creatividad de la fuerza laboral, generando estrés y jaquecas, entre otras cosas”.
El agotamiento de trabajar más de lo debido también impacta en el entorno familiar. De acuerdo al estudio del IAE -que reveló que en el país los profesionales trabajan en promedio 49 horas semanales, al igual que en el resto de Latinoamérica-, el 60 por ciento de los entrevistados admitió que las presiones y demandas laborales lo “alejaba” de las responsabilidades personales y familiares.
En este sentido, las nuevas tecnologías potencian más este distanciamiento. “El sujeto está invadido hasta cuando está en el cine, por los celulares con opción de recibir mails. Esto hace que la persona no se desconecte nunca y que se retire o suspenda eventos familiares”, explica Graciela Filippi, psicóloga y presidenta de la Asociación de Psicólogos Laborales de la República Argentina.
Por otra parte, la computadora posibilita que los empleados trabajen desde la casa, lo que puede prolongar la jornada laboral. Melina (28), que es programador senior en una consultora de sistemas y que trabaja una vez por semana desde su casa, lo corrobora: “trabajo más de la cuenta porque no estoy pendiente de los tiempos”.
De acuerdo a una de las últimas encuestas realizadas por el Centro Conciliación Familia y Empresa del IAE a gerentes de medianas y grandes empresas, “la forma de ser y la autoexigencia” es la respuesta más seleccionada, con un 71 por ciento, por la que los entrevistados extienden la jornada laboral.
Le siguen “los picos de trabajos difíciles de preveer”, con un 57 y “cambios frecuentes en directivas”, con un 33 por ciento entre otras causas.
Pero existen otros factores: “hay quienes lo hacen para consolidarse en el puesto, otros que quieren lograr una promoción, los que están presionados por su entorno porque todos se quedan tarde, los que hacen lo posible para llegar a su casa y encontrar a los chicos dormidos y los que no saben poner límites”, enumera Gabriel Schwartz, psicólogo laboral. Según opina Alejandro Miralles, socio de la consultora Korn/Ferry Internacional, “no hay una presión formal de parte de las empresas o los jefes para que sus empleados pasen más horas no remuneradas en sus puestos”.
Nadia Rivas, que es líder de proyectos en el área digital de una agencia de publicidad, comenta que su horario laboral es hasta las 18, pero que en los últimos meses se fue a las 22 porque “hay mucho trabajo para hacer y pocas personas para absorberlo. Es la única forma de llegar a cumplir con los pedidos de los clientes.”.
El licenciado César Contino, socio gerente de Cona Consultores, alude a ésta cuestión: “los empleados que extienden el horario laboral lo hacen de forma consciente por la responsabilidad que sienten en el trabajo, quieren entregar un producto final de alta calidad”.
Es el caso de Alejandro (32), que es ingeniero en sistemas y trabaja de lo que estudió, pero confiesa que “al menos tres veces por semana” se queda una hora de más en la empresa. “No lo puedo evitar, cuando algo no me sale se convierte en un desafío y tengo que terminarlo, pero por otra parte también creo que esto me ayuda a progresar en mi carrera”, dice.
Contino también se refiere otro factor, que es “acompañar los objetivos de otros empleados, un principio de trabajo en equipo”. Es la situación de Jonathan Derman, que tiene 23 y es encargado en una financiera. Aparte de ayudar a sus compañeros con sus tareas, Jonathan se refiere a un buen clima laboral. “Me voy tarde porque me quedo charlando con ellos de proyectos de trabajo”.
Sin embargo, Miralles aclara que no en todas las empresas se da la misma situación. “En algunas, trabajar más de la cuenta puede provocar a menudo broncas y sensaciones de la persona que siente que no es valorada, entonces empleado y empleador salen perjudicados”. También subraya que esta tendencia no está necesariamente ligada a una mayor productividad. Mejías coincide y aclara que “este modelo operativo desgasta la energía y creatividad de la fuerza laboral, generando estrés y jaquecas, entre otras cosas”.
El agotamiento de trabajar más de lo debido también impacta en el entorno familiar. De acuerdo al estudio del IAE -que reveló que en el país los profesionales trabajan en promedio 49 horas semanales, al igual que en el resto de Latinoamérica-, el 60 por ciento de los entrevistados admitió que las presiones y demandas laborales lo “alejaba” de las responsabilidades personales y familiares.
En este sentido, las nuevas tecnologías potencian más este distanciamiento. “El sujeto está invadido hasta cuando está en el cine, por los celulares con opción de recibir mails. Esto hace que la persona no se desconecte nunca y que se retire o suspenda eventos familiares”, explica Graciela Filippi, psicóloga y presidenta de la Asociación de Psicólogos Laborales de la República Argentina.
Por otra parte, la computadora posibilita que los empleados trabajen desde la casa, lo que puede prolongar la jornada laboral. Melina (28), que es programador senior en una consultora de sistemas y que trabaja una vez por semana desde su casa, lo corrobora: “trabajo más de la cuenta porque no estoy pendiente de los tiempos”.
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