La gestión de Macri duplicó la brecha social entre sur y el norte de la Ciudad
Publicado el 29 de Julio de 2011Por
Pese a que tiene un presupuesto similar al de Ámsterdam, el Ejecutivo del PRO utilizó mal los recursos y ahondó las diferencias entre las zonas más pobres y las más ricas. Hace cuatro años, el jefe de gobieno prometió gobernar para los necesitados.
La mortalidad infantil en el norte de la Ciudad de Buenos Aires es del 2,3 por mil, similar a la Holanda; la del sur de la ciudad es del 9,9 por mil, a la par de las provincias más pobres del país.
Antes de llegar Macri al gobierno porteño, en el norte la mortalidad infantil era del 5,3 por mil: en cuatro años cayó un 60%. La del sur era del 9,8 por mil, inferior a la actual.
La diferencia en la mortalidad de los más chicos entre norte y sur es de 4 a 1; en 2006 era de 2 a 1. Si en la zona sur hubiese caído la mortalidad de los niños como en el norte se hubiera evitado la muerte de 400 chicos sólo en 2010. Con datos del gobierno de la Ciudad, de la Nación y de La Fundación para el Análisis de Políticas Públicas, Tiempo Argentino armó el mapa de la desigualdad en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
En los últimos ocho años mejoró fuertemente la distribución de ingresos en el país. El Coeficiente Gini mide ese ítem con cifras que van de 0 a 1. Cuando el coeficiente se acerca a 0, mejora la igualdad; cuando se aproxima a 1, la sociedad es más desigual. En 2003, el Gini nacional era de 5,5; en la actualidad es del 3,9, similar al coeficiente de distribución de la Unión Europea. Durante la gestión de Mauricio Macri en la CABA el coeficiente siguió el camino inverso: pasó de 4,8 a fines de 2006 a 5,5 en diciembre de 2010: la administración Macrista incrementó la brecha entre los que más tienen y los menos favorecidos.
En uno de sus últimos discursos como presidente, el ex mandatario de Brasil, alabado constantemente por la derecha local, aseguró: “gobernar es gobernar para los pobres”. Macri no lo hace. La ampliación de la brecha en las condiciones de vida entre los ciudadanos del norte y del sur de la ciudad porteña estuvo directamente relacionada con las políticas públicas macristas.
La fuerte caída en la participación en el presupuesto de los fondos destinados a desarrollo social, salud, educación y trabajo fue la razón del crecimiento de la desigualdad (ver recuadro).
En el informe “Mapas de la pobreza y los programas en el territorio”, de la Unidad de Información, Monitoreo y Evaluación del Ministerio de Desarrollo Social del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se señala que la incidencia de la pobreza en hogares no supera el 1,3% en las comunas 2, 12, 13 y 14 del norte de la ciudad, que abarcan los barrios de Recoleta, Coghlan, Saavedra, Villa Pueyrredón, Villa Urquiza, Belgrano, Colegiales, Núñez y Palermo. Mientras que en la comuna 8 –Villa Lugano, Villa Riachuelo y Villa Soldati–, que junto con la Comuna 4 conforman el sur de la ciudad, la misma tasa asciende al 17,1%.
El desempleo en la zona norte de la ciudad era del 6,3% en 2006 y bajó al 5,2% en 2010; una caída del 19%. En el sur, en cambio, el desempleo pasó del 9,6% antes de la llegada de Macri al gobierno de la CABA, al 9,3% en diciembre último: sólo bajó un 0,3%. Así, luego de cuatro años de gestión macrista, el desempleo del sur casi duplica al del norte de la ciudad. Por su parte, la subocupación bajó en el mismo período en la zona norte del 9,2% al 7%, mientras que en el sur subió del 11,2% al 11,4%.
Uno de los logros en materia laboral más importantes conseguidos por el gobierno nacional fue la fuerte caída del desempleo juvenil.
En ocho años se crearon 840 mil puestos en la franja etaria que va de los 18 a los 29 años. La desocupación entre los jóvenes disminuyó un 48% en ocho años. La tasa de desempleo juvenil bajó del 35,9% en 2003 al 18,9% en 2010, un registro muy inferior al de la marca de la Unión Europea y la más baja de América Latina.
En la CABA, por el contrario, sólo se redujo el desempleo juvenil un 18%. Pero, además, la baja fue desigual: en la zona norte la desocupación entre los jóvenes bajó del 16,6% en 2006 al 13% el año pasado, una caída del 22%. En el sur en 2006 el desempleo juvenil era del 20,1% y en 2010, del 19,1, una baja de apenas el 5%.
La década de 1990 estuvo signada por la idea de la focalización de las políticas sociales.
Con un Estado ausente, la riqueza se fue concentrando y la cantidad de pobres y marginados creció. Las políticas sociales, entonces, se concentraban en los distintos grupos que fueron quedando afuera del sistema, en el marco de una economía que, vía derrame, se ocuparía del resto. Con la llegada del kirchnerismo, que nunca creyó en el supuesto derrame, comenzaron a implementarse políticas de carácter universal. Macri sigue creyendo que los ricos de la zona norte de la ciudad derramarán lo que ganen sobre el resto de la ciudad. Pero ese fenómeno no se verifica.
El trabajo no registrado, un problema histórico del país, genera enormes desigualdades.
El trabajador en negro no tiene una obra social que le asegure atención médica para él y su familia, ni aportes jubilatorios ni los beneficios que le otorga el sindicato, como turismo y otros ítems. En el país, el empleo no registrado cayó del 52% en 2003 al 34% en la actualidad. En el norte de la Ciudad de Buenos Aires, el trabajo no registrado cayó del 31,3% en 2006 al 26,4% en diciembre último. En el sur subió en el mismo período del 35,1% al 35,2%.
La falta de políticas activas por parte de la Ciudad para incentivar llegada de nuevas empresas a la zona sur de la ciudad derivó en que la mayoría de los empleos de la zona sean de baja calidad, lo que resulta en un bajo nivel de ingresos. En el norte residen las oficinas de las grandes empresas nacionales y extranjeras, las casas centrales de los bancos y otras grandes compañías.
Así, la diferencia en las remuneraciones entre ambas zonas se amplió en los últimos años.
En 2006 el ingreso promedio por habitante en las comunas del norte era de 1696 pesos. En cuatro años aumentó un 105%: es de $ 3471. En el mismo período el ingreso promedio en el sur subió de $ 1144 a $ 1688, una suba del 48%.
Así la brecha de ingresos entre norte y sur se duplicó durante la gestión macrista.
Pese a que tiene un presupuesto similar al de Ámsterdam, el Ejecutivo del PRO utilizó mal los recursos y ahondó las diferencias entre las zonas más pobres y las más ricas. Hace cuatro años, el jefe de gobieno prometió gobernar para los necesitados.
La mortalidad infantil en el norte de la Ciudad de Buenos Aires es del 2,3 por mil, similar a la Holanda; la del sur de la ciudad es del 9,9 por mil, a la par de las provincias más pobres del país.
Antes de llegar Macri al gobierno porteño, en el norte la mortalidad infantil era del 5,3 por mil: en cuatro años cayó un 60%. La del sur era del 9,8 por mil, inferior a la actual.
La diferencia en la mortalidad de los más chicos entre norte y sur es de 4 a 1; en 2006 era de 2 a 1. Si en la zona sur hubiese caído la mortalidad de los niños como en el norte se hubiera evitado la muerte de 400 chicos sólo en 2010. Con datos del gobierno de la Ciudad, de la Nación y de La Fundación para el Análisis de Políticas Públicas, Tiempo Argentino armó el mapa de la desigualdad en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
En los últimos ocho años mejoró fuertemente la distribución de ingresos en el país. El Coeficiente Gini mide ese ítem con cifras que van de 0 a 1. Cuando el coeficiente se acerca a 0, mejora la igualdad; cuando se aproxima a 1, la sociedad es más desigual. En 2003, el Gini nacional era de 5,5; en la actualidad es del 3,9, similar al coeficiente de distribución de la Unión Europea. Durante la gestión de Mauricio Macri en la CABA el coeficiente siguió el camino inverso: pasó de 4,8 a fines de 2006 a 5,5 en diciembre de 2010: la administración Macrista incrementó la brecha entre los que más tienen y los menos favorecidos.
En uno de sus últimos discursos como presidente, el ex mandatario de Brasil, alabado constantemente por la derecha local, aseguró: “gobernar es gobernar para los pobres”. Macri no lo hace. La ampliación de la brecha en las condiciones de vida entre los ciudadanos del norte y del sur de la ciudad porteña estuvo directamente relacionada con las políticas públicas macristas.
La fuerte caída en la participación en el presupuesto de los fondos destinados a desarrollo social, salud, educación y trabajo fue la razón del crecimiento de la desigualdad (ver recuadro).
En el informe “Mapas de la pobreza y los programas en el territorio”, de la Unidad de Información, Monitoreo y Evaluación del Ministerio de Desarrollo Social del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se señala que la incidencia de la pobreza en hogares no supera el 1,3% en las comunas 2, 12, 13 y 14 del norte de la ciudad, que abarcan los barrios de Recoleta, Coghlan, Saavedra, Villa Pueyrredón, Villa Urquiza, Belgrano, Colegiales, Núñez y Palermo. Mientras que en la comuna 8 –Villa Lugano, Villa Riachuelo y Villa Soldati–, que junto con la Comuna 4 conforman el sur de la ciudad, la misma tasa asciende al 17,1%.
El desempleo en la zona norte de la ciudad era del 6,3% en 2006 y bajó al 5,2% en 2010; una caída del 19%. En el sur, en cambio, el desempleo pasó del 9,6% antes de la llegada de Macri al gobierno de la CABA, al 9,3% en diciembre último: sólo bajó un 0,3%. Así, luego de cuatro años de gestión macrista, el desempleo del sur casi duplica al del norte de la ciudad. Por su parte, la subocupación bajó en el mismo período en la zona norte del 9,2% al 7%, mientras que en el sur subió del 11,2% al 11,4%.
Uno de los logros en materia laboral más importantes conseguidos por el gobierno nacional fue la fuerte caída del desempleo juvenil.
En ocho años se crearon 840 mil puestos en la franja etaria que va de los 18 a los 29 años. La desocupación entre los jóvenes disminuyó un 48% en ocho años. La tasa de desempleo juvenil bajó del 35,9% en 2003 al 18,9% en 2010, un registro muy inferior al de la marca de la Unión Europea y la más baja de América Latina.
En la CABA, por el contrario, sólo se redujo el desempleo juvenil un 18%. Pero, además, la baja fue desigual: en la zona norte la desocupación entre los jóvenes bajó del 16,6% en 2006 al 13% el año pasado, una caída del 22%. En el sur en 2006 el desempleo juvenil era del 20,1% y en 2010, del 19,1, una baja de apenas el 5%.
La década de 1990 estuvo signada por la idea de la focalización de las políticas sociales.
Con un Estado ausente, la riqueza se fue concentrando y la cantidad de pobres y marginados creció. Las políticas sociales, entonces, se concentraban en los distintos grupos que fueron quedando afuera del sistema, en el marco de una economía que, vía derrame, se ocuparía del resto. Con la llegada del kirchnerismo, que nunca creyó en el supuesto derrame, comenzaron a implementarse políticas de carácter universal. Macri sigue creyendo que los ricos de la zona norte de la ciudad derramarán lo que ganen sobre el resto de la ciudad. Pero ese fenómeno no se verifica.
El trabajo no registrado, un problema histórico del país, genera enormes desigualdades.
El trabajador en negro no tiene una obra social que le asegure atención médica para él y su familia, ni aportes jubilatorios ni los beneficios que le otorga el sindicato, como turismo y otros ítems. En el país, el empleo no registrado cayó del 52% en 2003 al 34% en la actualidad. En el norte de la Ciudad de Buenos Aires, el trabajo no registrado cayó del 31,3% en 2006 al 26,4% en diciembre último. En el sur subió en el mismo período del 35,1% al 35,2%.
La falta de políticas activas por parte de la Ciudad para incentivar llegada de nuevas empresas a la zona sur de la ciudad derivó en que la mayoría de los empleos de la zona sean de baja calidad, lo que resulta en un bajo nivel de ingresos. En el norte residen las oficinas de las grandes empresas nacionales y extranjeras, las casas centrales de los bancos y otras grandes compañías.
Así, la diferencia en las remuneraciones entre ambas zonas se amplió en los últimos años.
En 2006 el ingreso promedio por habitante en las comunas del norte era de 1696 pesos. En cuatro años aumentó un 105%: es de $ 3471. En el mismo período el ingreso promedio en el sur subió de $ 1144 a $ 1688, una suba del 48%.
Así la brecha de ingresos entre norte y sur se duplicó durante la gestión macrista.
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