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domingo, 19 de junio de 2011

LAS NOTICIAS Y LAS REDES SOCIALES

Retorno al futuro

Por Eliseo Veron
19/06/11 - 12:16

Un síntoma de que la cultura profesional del periodismo sigue siendo para mí, hasta cierto punto, un enigma es que la acumulación de noticias importantes no me excita, sino que me abruma. El escándalo Schoklender. La doble paliza a Berlusconi. Los primeros pasos del juicio por acoso sexual a quien hubiera podido ser el próximo presidente (¡socialista!) de Francia. Borges en todos los medios por el vigésimoquinto aniversario de su muerte. La situación económica internacional, cada vez más preocupante, que reactiva la memoria de la crisis de 2008. La entrevista a Ismael Viñas en este diario el sábado 11 pasado, que reactualiza la muerte de su hermano David en marzo. Imágenes que tienen que ver con mi propia vida, mezcladas con sentimientos políticos y enojos conceptuales. Y por si fuera poco, otra vez las cenizas de un volcán. Sé que lo anterior, a propósito de la actualidad en un momento dado, es una descripción de trayectorias mentales que responden a una lógica individual que nada tiene que ver con la lógica mediática. No entraré en ese tema. Aunque parezca absurdo, voy a usar la constelación de noticias de estos últimos días para imaginar un futuro que no llegaré a conocer.
Mi columna del último domingo de diciembre 2050:
“En pocos días entraremos en la segunda mitad del siglo, con un capitalismo global fuertemente integrado y un equilibrio político cada vez más inestable entre China, India y los Estados Unidos. La autonomía de los actores económicos globales con respecto a los Estados nacionales ha vuelto el control político de la especulación financiera una misión definitivamente imposible. Por las mismas razones, las integraciones regionales han fracasado una tras otra. La Unión Europea abandonó el euro hace más de treinta años. Los países árabes se han incorporado por fin al capitalismo mundial con regímenes democráticos, pero cuya sustentabilidad nadie puede garantizar y que son tan injustos y productores de desigualdad como los ‘occidentales’.
”Están surgiendo instancias transnacionales de carácter técnico-profesional, que comienzan a acumular poder. Ante el grado de corrupción e impunidad a que llegaron las clases políticas de la mayoría de los países en la primera mitad del siglo, terminando muchas de ellas asociadas al mercado global de las drogas, la instancia que más rápidamente se ha concretado es la policía mundial, tras acuerdos secretos entre los principales servicios de Inteligencia. Como resultado de las catástrofes, cada vez más frecuentes, producidas por el cambio climático, el control del agua pasó ya a manos de un organismo internacional que está logrando rápidamente legitimidad planetaria, a medida que los gobiernos nacionales, uno tras otro, reconocen su incapacidad para resolver las crisis de abastecimiento. Lo mismo ha ocurrido con la energía, donde la creación de un ente multinacional fue facilitada por el abandono definitivo de las centrales nucleares. Aunque India y Rusia siguen negándose a participar, está en discusión el organismo internacional que será responsable de la producción y distribución de alimentos. El gran tema hoy es que las corporaciones buscan, de manera cada vez más explícita, controlar esos organismos supuestamente técnicos, que ellas ven como enormes negocios a la espera de sus operadores. En consecuencia, para la segunda mitad del siglo muchos analistas anticipan la formación de un gobierno mundial ‘apolítico’, que nadie piensa capaz de enfrentar al lobby corporativo.
”Ese probable escenario es el enemigo número uno de la llamada Resistencia. En las redes sociales que la sustentan, los sectores expulsados del sistema, cuyo crecimiento es constante –los millones de migrantes, de jóvenes desocupados o con empleos precarios y de jubilados definitivamente abandonados por la seguridad social– tienen cada vez más peso. Ningún ente planetario, sea cual fuere, parece poder controlar lo que se ha convertido en una gigantesca cybercultura de intercambio incesante y donde no hay intelectuales, ni expertos, ni autores de ‘libros’.
”Las ocupaciones pacíficas de los espacios públicos organizadas desde la Red pueden ya paralizar las actividades de toda una región. No ha habido todavía movilizaciones propiamente mundiales, pero la que logró evitar el colapso ecológico final de la cuenca amazónica no estuvo muy lejos. Como si la Red fuera el último espacio donde las nociones de igualdad, de libertad y de bienes públicos tienen todavía algún sentido.”

*Profesor plenario, Universidad de San Andrés.

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