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martes, 28 de julio de 2009

ESTADOS UNIDOS PERTENECEN CASI TODOS AL PARTIDO DEMÓCRATA
Legisladores opuestos a los avisos de medicamentos por TV, de nuevo al ataque
La lucha está abierta desde hace muchos años, pero hasta ahora no logró el objetivo de prohibir los mensajes. Los críticos dicen que estos avisos crean presión sobre los médicos y favorecen el autodiagnóstico. Estados Unidos es el único país, junto a Nueva Zelandia, que permite a la publicidad internarse en el terreno del direct-to-consumer de medicamentos en todos los medios.
Un grupo de legisladores estadounidenses se ha reunido para decir no a los comerciales televisivos para drogas de venta bajo receta. Los políticos están apuntando directamente a los spots de 60 segundos que han instruido a los televidentes en enfermedades de lo más variadas, desde las urgencias urinarias masculinas y las pestañas deficientes, para no hablar de los efectos no deseados de los medicamentos contra las disfunciones eréctiles.
James P. Morgan, representante demócrata por Virginia, está fogoneando un proyecto de ley en su cámara que prohibiría los avisos para combatir estos últimos desórdenes, como el Viagra y Levitra, entre otros, del horario prime time en TV, basándose en argumentos de “decencia”. Otro demócrata, Henry A. Waxman, de California, dijo apoyar medidas que doten a la Food and Drug Administration de poderes para prohibir comerciales de nuevas drogas en el período que sigue inmediatamente a su aprobación por parte del organismo, hasta que haya “real experiencia mundial” en torno a esas medicinas.
Entretanto, Jerrold Nadler, representante demócrata por Nueva York, propuso la declaración llamada “Say No to Drug Ads Act”. De salir aprobada, la ley corregiría el código federal para que las compañías farmacéuticas no puedan deducir de sus impuestos el costo de sus avisos direct-to-consumer como un simple “gasto de negocios”.
“Usted no debería ir a un médico diciendo ‘Tengo el síndrome de las piernas inquietas’ –sea lo que fuera ese engendro- o ir diciendo ‘Tengo los mumps’”, dijo Nadler en una reciente entrevista. “Es que usted no debería ser diagnosticado por un vendedor de televisión que no lo conoce a usted de ningún lado”.

En medio de la reforma
En el contexto de la batalla sobre la reforma del sistema de salud en Washington, la guerra contra los avisos televisivos de drogas puede representar tal vez una pequeña escaramuza. Son muchos los años que han pasado desde que los legisladores presentan y ven fracasar intenciones como las descriptas más arriba.
Esas medidas nunca llegan demasiado lejos porque entran en conflicto con los derechos a la libre expresión, dijo Billy Tauzin, presidente de la Pharmaceutical Researchers and Manufacturers of América, un grupo de lobby de la industria.
Mientras los legisladores siguen discutiendo el tema de cómo financiar la reforma del sistema de salud, Nadler dice que espera que su proyecto logre encontrar una audiencia. “Basado en la Primera Enmienda, no voy a decir que prohibiremos (esa publicidad) –dice el representante de partes de Manhattan y Brooklyn-. Pero ellos no deberían ser capaces de hacer que los contribuyentes los subsidien”.
A su vez, Daniel Lipinski, demócrata por Illinois, empuja su propio proyecto que terminaría con la deducción de impuestos a las compañías farmacéuticas que gasten en publicidad.
Para algunos legisladores y asesores de los consumidores, los avisos constituyen un recordatorio diario de lo dislocado que está en sistema de salud. Los críticos alegan que la publicidad de medicinas procura impulsar a la gente a diagnosticarse a sí misma de problemas crónicos de calidad de vida, como insomnio o “piernas inquietas”, y mueven a presionar a los médicos para conseguir recetas para medicamentos de alto precio que traten esas condiciones. Por lo mismo, alejan a la gente de consumir productos genéricos, de mucho menor precio.
Como dicen los críticos, esos avisos pueden exagerar los beneficios y disminuir los efectos laterales, que pueden ser inclusive totalmente desconocidos en la actualidad.
Algunos estudios académicos indicaron que esa publicidad puede ayudar al público que necesita tratamiento a empezar a utilizar las drogas adecuadas, y seguir consumiéndolas, como dijo Julie Donohue, de la University of Pittsburg.
El año pasado, los fabricantes de medicamentos gastaron unos 4.800 millones de dólares en publicidad direct-to-consumer por TV, radio, revistas y diarios. “Algunas compañías derivan mucho más dinero en marketing directo hacia los médicos”, puntualizó Robert Ehrlich, un ejecutivo de marketing de la industria farmacéutica, defendiendo la inversión.
En los hechos, la publicidad ha hecho subir el número de recetas y los ingresos por venta de medicamentos. De los 235.000 millones de dólares gastados en drogas prescriptas en Estados Unidos el año pasado, se estima que 8.000 millones han sido el resultado de la acción de los avisos directos.
Estados Unidos es, junto a únicamente Nueva Zelandia, el país que permite la publicidad direct-to-consumer de medicamentos. En Nueva Zelandia hace algunos años hubo intentos gubernamentales por prohibir ese mecanismo, sin alcanzar su objetivo.
De todas maneras, vale aclarar que en Estados Unidos los remedios deben incluir una lista de efectos laterales conocidos en su envase. Y bajo la actual legislación, los laboratorios deben enviar voluntariamente sus nuevos avisos a la FDA para que esta los apruebe o vete antes de aparecer en los medios.

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