Adherentes de la pagina

domingo, 19 de julio de 2009

De medios y empresas de Julio Benavidez

Cómo será la comunicación interna en el año 2030?
Como cada mes, Alejandro Formanchuk, presidente de la AACI comparte con nuestros lectores reflexiones de la actividad.
En casi todos mis seminarios sobre comunicación interna invito a los participantes a cerrar los ojos e imaginar el futuro de la disciplina profesional. Los desafío a pensar y debatir cómo creen que será la comunicación interna dentro de 20 años.Este ejercicio es uno de mis favoritos y lo replico en todos mis cursos, ya sea que esté hablando de liderazgo, motivación, equipos o cultura corporativa. La verdad es que no me importa qué tema esté compartiendo en ese momento: me importa la riqueza que brota cuando un grupo abandona el presente y escruta el futuro.Esta tarea no está reservada únicamente a visionarios, intelectuales o escritores de ciencia ficción. Al contario, creo que todos (sin importar nuestra profesión, actividad o edad) tenemos que sondear cuál va a ser el porvenir de nuestro campo de acción para anticipar los cambios y sobre todo para asumir activamente su construcción. Ejes de análisis:La comunicación interna no está aislada del mundo. Si queremos imaginar su futuro, el primer paso es identificar las fuerzas que conforman su universo, la absorben y condicionan su desplazamiento. Estos son los ejes de análisis que considero centrales: Organización: ¿Cómo va a ser una empresa dentro de 20 años? ¿Cuáles van a ser los modelos de organización? ¿Cómo se va a liderar? ¿Cuál va a ser el poder de las corporaciones en el mundo? ¿Cómo se va a producir, dónde y qué cosas? ¿Cómo va a ser la estructura de poder? Trabajo: ¿Cuál será el modelo de trabajo? ¿Cuál será el tiempo de permanencia en las empresas? ¿Cómo será la relación y balance del trabajo y la vida personal? ¿Cómo será el contrato emocional con la empresa, la motivación, las expectativas, el sentido de pertenencia? ¿De qué manera se va a recompensar a la gente?Sociedad y Cultura: ¿Cómo va a ser la estructura familiar, la religión, el sentido del tiempo, el deseo, los valores, el entretenimiento? ¿Cuáles serán los problemas sociales mas graves? ¿Qué generaciones van a surgir, cómo van a convivir los X, los Y, los M, y los que vengan? ¿Cómo se van a construir y conservar las relaciones sociales? ¿Qué pasará con el índice de natalidad y de longevidad? ¿Cuáles serán los estilos de vida? Economía y Política: ¿Cómo será la economía? ¿Qué pasará con las crisis? ¿Qué orden mundial se va a instalar y cuáles van a ser los valores políticos? ¿Qué leyes van a surgir y quiénes la van a votar? ¿A dónde se va a destinar el dinero? ¿Quién va a financiar qué cosas? ¿Cuáles van a ser los bienes, servicios o materias primas más valiosas dentro de 20 años? ¿Quiénes las van a tener? Cada uno de estos ejes abre un abanico inmenso de ideas para reflexionar. Por ejemplo, a mi interesa pensar de qué manera la baja natalidad en Europa puede impactar sobre la cantidad y calidad de profesionales en América Latina. Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) afirma que Italia necesita captar 350.000 inmigrantes por año para mantener su población en edad de trabajar. Caso contario, proyectan que en el año 2050 los italianos van a tener que seguir trabajando hasta los 75 años para que el sistema social no colapse.¿Qué desafíos nos esperan? ¿Cuáles van a ser los mensajes, acciones y planes estratégicos que los comunicadores tendremos que llevar adelante para que la gente se quede en nuestras empresas o al menos en nuestro continente? ¿Qué tendremos que hacer y comunicar para que los americanos no seamos absorbidos por una Europa llena de abuelos sin nietos? Luego de identificar los ejes macro, el segundo paso es reflexionar acerca del campo específico de la comunicación interna. Por ejemplo: Educación: ¿Cuál va ser el futuro de la enseñanza de la comunicación? ¿Cuál va a ser la formación de un comunicador y quién la va a determinar? ¿Qué tendremos que saber, aprender, estudiar, practicar y vivenciar? Capital político: ¿Dónde imaginamos que estará la figura del comunicador dentro de la empresa? ¿Qué capital político va a tener? ¿Cómo lo va a ganar? ¿Cómo va a interactuar con otras áreas? ¿Qué pasará con la jerarquía y el espacio de acción? ¿Cómo construirá poder?Herramientas y medios: ¿Cuáles van a ser las herramientas o medios de comunicación interna dentro de 20 años? ¿Qué va a pasar con el universo digital? ¿En que se va a transformar el 2.0? Cultura: ¿Cómo se va a construir, compartir y transmitir la cultura corporativa? ¿Cuál será el modelo de “buen empleado” y buen “líder”? ¿Cómo se medirá el clima, la cultura, el éxito de una gestión? ¿Qué va a pasar con las jerarquías, cómo se va a ascender, cuáles serán los valores a comunicar? Planificación: ¿Cómo será un plan de comunicación? ¿De qué va a depender? ¿Las crisis se volverán constantes y obligarán a planes cada vez más cortos? ¿Habrá que planificar con extintores de incendio en la mano? ¿Habrá que hacer planes, sub-planes y contra-planes? Interpersonal: ¿Cuál va a ser el papel de la comunicación interpersonal en la sociedad y en la empresa del futuro? ¿Qué va a pasar con la comunicación informal? ¿“Radio-pasillo” o “Blog-pasillo”? ¿Cómo van a ser las reuniones de trabajo? ¿Habrá alguien sentado frente a otro? ¿Cómo se va a armar y fortalecer un equipo? ¿Cómo se va a liderar?Generación y circulación: ¿Cómo va a circular la comunicación en una empresa? ¿Qué va a pasar con lo ascendente, descendente y horizontal? ¿Quién va a producir la información y quién la va a comunicar? ¿El modelo “Wiki” se va a extender y el saber será generado en forma compartida y por cualquiera? ¿La información seguirá siendo poder o va a primar la capacidad de comprensión? Predicciones y extrapolaciones Como mencioné al inicio de este texto, en cada uno de mis seminarios les pido a los participantes que imaginen cuál va a ser el futuro de su actividad. Tengo mucho material recolectado, muchos “Informes de Predicción” (así los llamo) y quizá algún día los edite y los publique en un libro. Algunos de estos informes son fantasías super futuristas: empresas ubicadas bajo el mar o en la Luna, comunicaciones internas telepáticas donde sea imposible ocultar lo que se piensa, etc. Otras predicciones son a corto plazo y son descripciones de “embriones” que se están gestando aquí y ahora. A continuación presento un “embrión” que me gusta mucho y que me lo compartió un alumno de la Universidad de Buenos Aires durante una clase. Se trata, ni más ni menos, que de la descripción que hizo de su trabajo:En primer lugar, el alumno me dijo que trabaja para un “híbrido”: dos empresas europeas (una finlandesa y otra alemana) fusionaron dos unidades de negocio y crearon esta tercera compañía. El primer día que llegó a la empresa tuvo que ir a buscar su notebook para poder comenzar a trabajar. Literalmente fue hasta una ventanilla, se presentó, le tomaron los datos y le entregaron la máquina.No tiene oficina fija. La empresa cuenta con cuatro pisos y él puede conectar su computadora dónde quiera. Es más: lo alientan a que se mude constantemente para que de este modo conozca a otros compañeros.Su jefe directo trabaja en Colombia y jamás lo vio personalmente. Se conectan todos los días por MSN, correo electrónico o teléfono. Pero nunca se dieron la mano.Participa de muchos proyectos globales y lo hace en forma simultánea. Cada uno de estos proyectos tiene un líder. Así que durante un mes puede tener que reportarle a 4 personas diferentes desparramadas por el mundo y formar parte de diversos equipos virtuales. En la oficina de Buenos Aires trabajan 600 personas. Sólo 200 son empleados contratados en forma directa por la empresa. El resto proviene de consultoras, son tercerizados. En su área trabajan cinco personas. El jefe, el que está en Colombia, es el único que está contratado. Él y sus compañeros son de consultoras… pero de cuatro diferentes.El 30% del personal es extranjero. Algunos están por 3 días en el país y luego se van, otros se quedan 3 meses, algunos un poco más. Todo el tiempo entra y sale gente. Algunos argentinos también se van y están todo el año liderando proyectos en distintos países, a razón de un mes por país en promedio. Para contrarrestar el efecto “Babel”, la empresa decidió que absolutamente todas las comunicaciones internas sean en Inglés. Los empleados deben redactar sus mails en ese idioma por más que el destinatario sea argentino. El idioma Español o local sólo está permitido para las comunicaciones informales.Esta empresa no es del año 2020 ni está en California o Tokio. Está en Argentina en el año 2010. Aquí y ahora. Este “embrión” brinda una oportunidad genial para jugar con escenarios especulativos, elaborar simulacros y ejercitar el cerebro, que es por ahora él único órgano que puede percibir el futuro. Extrapolemos esta realidad existente y pensemos cómo sería gestionar la comunicación interna en una empresa del presente-futuro dónde la gente:No tiene oficinas fijas ni está reunida en un sólo lugar.Nunca vio ni va a ver a su jefe directo.Reporta a muchos líderes diferentes en muchos lugares del planeta con equipos globales que se arman y desarman con facilidad.Puede liderar proyectos y dirigir hoy al que hasta ayer era su “jefe”.Tiene responsabilidades y jerarquías transitorias que derrumban los conglomerados burocráticos.Está comprometida con su proyecto, no con la empresa ni con su cargo. Tiene tantos compañeros de trabajo como proyectos en los que participa.Tiene 2 clases de compañeros de trabajo: a los que ve personalmente y a los que nunca vio ni va a ver en su vida.Convive con compañeros que van de los 18 a los 75 años.Recibe 15 propuestas de trabajo por mes para irse a Europa. Establece únicamente comunicaciones mediadas y digitales. Incluso a los compañeros que están sentados a un metro les manda un micro-mensaje a través de algún dispositivo minúsculo. No tiene comunicaciones cara a cara salvo eventos super especiales.Se encuentra en foros digitales, las reuniones son únicamente virtuales. Se siente observada constantemente. La empresa reemplaza el panóptico arquitectónico por el digital. Debe hablar en un solo idioma. Por ahora el Inglés. Pero se especula que pronto será una versión simplificada del Chino Mandarín.Tiene más conexión que comunicación, más contactos que amistades, y más circulación que caminata.Establece comunicaciones “twitterizadas” y sus mensajes nunca pueden superar los 200 caracteres. No acumula información porque es imposible y estúpido hacerlo. Está obligada a estar 24 horas conectada, visible, disponible y ubicable. Estima que va a permanecer en la empresa no más de 18 meses. Se considera así mismo como una “empresa unipersonal” que brinda servicios.No establece ningún contrato emocional con la compañía que eventualmente la contrata.Estima que su próximo empleo todavía no fue inventado.Puede ser toda su vida un trabajador “tercerizado”Prioriza su vida personal a la laboral. Este es un futuro cercano, un presente embrionario, una tendencia que puede convertirse en estándar. ¿Qué oportunidades, amenazas, fortalezas o debilidades puede representar esta realidad para un comunicador interno? Seamos realistas: necesitamos visionariosEs difícil dibujar el mapa de una geografía que desconocemos y que está siendo continuamente reformada. Pero esto no nos tiene que desanimar. Alvin Toffler, en su brillante libro “El Shock del Futuro”, afirma que “tener una vaga idea de lo que nos puede esperar es mejor que no tener ninguna y, en muchos casos, la exactitud extrema es completamente innecesaria”.Por consiguiente, lo importante no es acertar en la predicción sino ejercitar la visión. Pero en especial, como mencioné al comienzo, es importante asumir nuestra responsabilidad como constructores porque el mañana no sólo se espera, también se hace. Y de nosotros depende que ese futuro “probable” se parezca al “deseable”. Entonces tal vez la última pregunta que podemos y debemos hacernos es: ¿cómo queremos que sea la comunicación interna y qué estamos dispuestos a hacer para alcanzar esa visión? (*) Alejandro FormanchukLicenciado en Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Especialista en comunicación organizacional y desarrollo humano. Director de Formanchuk & Asociados. Presidente de la Asociación Argentina de Comunicación Interna. Llevó adelante acciones de comunicación y capacitación para más de 250 compañías de América latina. Conferencista internacional en empresas, congresos y universidades. Docente de Comunicación Empresarial en la UBA

No hay comentarios: