tendencia en alza
En el último año aumentaron casi en un 30% los pedidos para borrarse tatuajes
Por razones laborales o personales (aburrimiento, estética, rupturas amorosas), cada vez más jóvenes acuden a un profesional para someterse a un tratamiento de remoción de tatuajes. Existen opciones quirúrgicas (incluso gratuitas y en hospitales públicos), pero también las hay con tecnología láser. La elección dependerá del tamaño y las características del tatuaje, y del tiempo y dinero del paciente. Cuáles son las alternativas, costos y cuidados posteriores.
Por Cynthia De Simone
Mara Contreras, de 20 años, llevó tatuado durante cinco el símbolo del ying yang en su omóplato izquierdo. Hasta que un día se cansó de no poder lucir vestidos sin que asomaran las “raíces” que tiene el diseño alrededor y decidió quitárselo. “Cuando tenía 15 años estudiaba Bellas Artes y con mis compañeros decidimos hacernos todos el mismo tatuaje”, contó a PERFIL minutos después de someterse a la segunda sesión médica para remover el tatuaje, que se realizó en el Hospital de Clínicas. Allí se dictó un curso de láser para médicos usuarios de esta tecnología ante un auditorio de más de 100 especialistas, donde se presentaron los últimos avances en tratamientos de ese tipo.
Lo más novedoso es el Láser Nodinium Yag (NDYag 1064/532) de pulso corto, que llegó este año a la Argentina. “Este láser es específico para tatuajes, por eso es posible sacar una gran cantidad de pigmentos sin dañar la piel”, explicó el cirujano plástico Ricardo Hoogstra, director de la Clínica de Estética Facial y Corporal y del centro láser que lleva su nombre, y pionero en el uso de esta tecnología. Según Hoogstra, en el último año la demanda en su clínica subió hasta un 30%.
“Con este láser de última generación todo tatuaje se puede remover sin dejar cicatriz ni marca alguna”, aseguró por su parte Francisco Colombo, director de Láser Fem Argentina y del curso anual de la Sociedad Argentina de Medicina Estética.
Tipos. Las condiciones de remoción no quirúrgica de todo tatuaje varían según el tipo de piel, tamaño, tipo de tinta, color y profundidad. El haz de luz (láser) ingresa en la piel, donde se encuentra el pigmento (color) y lo fragmenta, lo que permite que las células del organismo se destruyan por calor, lo fagociten y eliminen. Mientras esto ocurre, la piel no se daña y no queda cicatriz. Existen dos tipos de láser: de pulso corto (su efecto de choque es acústico y no provoca lesiones) y de pulso largo (que acumula calor y lesiona la piel). Los tatuajes más oscuros (negros y azules) y los más superficiales son los que mejor se eliminan porque absorben más energía y por lo tanto su fragmentación es mayor, en cambio los más claros (rojo, amarillo o verde) son más complicados de tratar.
“La tecnología anterior era más agresiva y dejaba más daño residual”, afirmó Colombo y aclaró: “Este nuevo láser no es aconsejable para pacientes de piel oscura, ya que al regenerarse las células puede quedar una mancha más clara. Por eso es conveniente realizar siempre una consulta previa”.
La duración del tratamiento dependerá de las características de la piel y el tatuaje, pero generalmente se requieren alrededor de seis sesiones con intervalos de un mes entre cada una. El costo promedio es de $ 200 la sesión para un tatuaje chico y puede alcanzar los $ 500 y $ 600 por uno de gran tamaño. Dos horas antes de la aplicación se usa un gel anestésico en la zona a tratar. Una vez finalizada la sesión, se coloca una crema antibiótica y antiinflamatoria. “El tratamiento es ambulatorio y las molestias son mínimas”, aseguró la dermatóloga Graciela Migliavacca, a cargo del tratamiento de Mara.
Además del láser, existe otra alternativa no quirúrgica conocida como IPL, que consiste en borrar el tatuaje con luz pulsada intensa y tiene un resultado similar. El costo aproximado por sesión es de $ 100. Y existe la opción de entrar al quirófano (ver recuadro).
Fama. Este verano el brazo derecho plagado de tatuajes de Marcelo Tinelli dio mucho que hablar. Mariano Antonio, fundador de American Tattoo y autor de la “obra”, aseguró que cuando le consultan por la remoción, “el único lugar que recomiendo es una clínica privada de Belgrano, ya que comprobé que no dañan el tejido y se puede tatuar nuevamente. En otros lados usan el mismo láser que para la depilación definitiva y ése no es el adecuado”.
¿Es posible remover un tatuaje como el de Tinelli? “Se puede eliminar cualquier diseño, sobre todo si tiene colores oscuros, el tatuaje es antiguo y fue realizado por un profesional, ya que éste suele colocar la tinta en forma superficial”, explicó Hoogstra. Con todo, el experto señaló que “quitar un tatuaje de la magnitud del de Tinelli puede costar unos $ 3 mil la sesión, y en ese caso sería necesario un mínimo de seis sesiones”.
Para Colombo, “un tatuaje de esas características difícilmente pueda quitarse por completo”
Sigue
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Cirugías gratis en hospitales
A la hora de quitarse un tatuaje también existe la cirugía. En el Instituto del Quemado hay distintas intervenciones, según las características de la piel y el tatuaje, la forma y su localización. Uno de los procedimientos más comunes es la “resección quirúrgica” y se utiliza cuando el tatoo no supera los 2 cm. “Se remueve tejido de la zona tatuada haciendo un cierre ‘simple’ (borde a borde) para evitar una cicatriz mayor”, contó Mercedes Portas, jefa de Cirugía General del Instituto. “Si la superficie es mayor se le extrae al paciente tejido de algún lugar oculto para lograr un resultado más estético”, comentó. Por su parte, en el Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Rivadavia también utilizan el “shaving”: “Se extrae una capa de piel con una ‘navaja’ de cirugía. Es una suerte de raspadura y no se sutura, pero tarda mucho en cicatrizar”.
En ambos hospitales las intervenciones son gratuitas, pero hay listas de espera porque la prioridad es para los pacientes con tumores o para cirugías reparadoras. “En el último año la demanda aumentó un 20%. Hoy, el 60% de los que consultan son hombres y el 40% mujeres”, informó Portas. Y advirtió: “Solemos recibir gente quemada con láser porque el mal uso puede traer secuelas severas”.
En el último año aumentaron casi en un 30% los pedidos para borrarse tatuajes
Por razones laborales o personales (aburrimiento, estética, rupturas amorosas), cada vez más jóvenes acuden a un profesional para someterse a un tratamiento de remoción de tatuajes. Existen opciones quirúrgicas (incluso gratuitas y en hospitales públicos), pero también las hay con tecnología láser. La elección dependerá del tamaño y las características del tatuaje, y del tiempo y dinero del paciente. Cuáles son las alternativas, costos y cuidados posteriores.
Por Cynthia De Simone
Mara Contreras, de 20 años, llevó tatuado durante cinco el símbolo del ying yang en su omóplato izquierdo. Hasta que un día se cansó de no poder lucir vestidos sin que asomaran las “raíces” que tiene el diseño alrededor y decidió quitárselo. “Cuando tenía 15 años estudiaba Bellas Artes y con mis compañeros decidimos hacernos todos el mismo tatuaje”, contó a PERFIL minutos después de someterse a la segunda sesión médica para remover el tatuaje, que se realizó en el Hospital de Clínicas. Allí se dictó un curso de láser para médicos usuarios de esta tecnología ante un auditorio de más de 100 especialistas, donde se presentaron los últimos avances en tratamientos de ese tipo.
Lo más novedoso es el Láser Nodinium Yag (NDYag 1064/532) de pulso corto, que llegó este año a la Argentina. “Este láser es específico para tatuajes, por eso es posible sacar una gran cantidad de pigmentos sin dañar la piel”, explicó el cirujano plástico Ricardo Hoogstra, director de la Clínica de Estética Facial y Corporal y del centro láser que lleva su nombre, y pionero en el uso de esta tecnología. Según Hoogstra, en el último año la demanda en su clínica subió hasta un 30%.
“Con este láser de última generación todo tatuaje se puede remover sin dejar cicatriz ni marca alguna”, aseguró por su parte Francisco Colombo, director de Láser Fem Argentina y del curso anual de la Sociedad Argentina de Medicina Estética.
Tipos. Las condiciones de remoción no quirúrgica de todo tatuaje varían según el tipo de piel, tamaño, tipo de tinta, color y profundidad. El haz de luz (láser) ingresa en la piel, donde se encuentra el pigmento (color) y lo fragmenta, lo que permite que las células del organismo se destruyan por calor, lo fagociten y eliminen. Mientras esto ocurre, la piel no se daña y no queda cicatriz. Existen dos tipos de láser: de pulso corto (su efecto de choque es acústico y no provoca lesiones) y de pulso largo (que acumula calor y lesiona la piel). Los tatuajes más oscuros (negros y azules) y los más superficiales son los que mejor se eliminan porque absorben más energía y por lo tanto su fragmentación es mayor, en cambio los más claros (rojo, amarillo o verde) son más complicados de tratar.
“La tecnología anterior era más agresiva y dejaba más daño residual”, afirmó Colombo y aclaró: “Este nuevo láser no es aconsejable para pacientes de piel oscura, ya que al regenerarse las células puede quedar una mancha más clara. Por eso es conveniente realizar siempre una consulta previa”.
La duración del tratamiento dependerá de las características de la piel y el tatuaje, pero generalmente se requieren alrededor de seis sesiones con intervalos de un mes entre cada una. El costo promedio es de $ 200 la sesión para un tatuaje chico y puede alcanzar los $ 500 y $ 600 por uno de gran tamaño. Dos horas antes de la aplicación se usa un gel anestésico en la zona a tratar. Una vez finalizada la sesión, se coloca una crema antibiótica y antiinflamatoria. “El tratamiento es ambulatorio y las molestias son mínimas”, aseguró la dermatóloga Graciela Migliavacca, a cargo del tratamiento de Mara.
Además del láser, existe otra alternativa no quirúrgica conocida como IPL, que consiste en borrar el tatuaje con luz pulsada intensa y tiene un resultado similar. El costo aproximado por sesión es de $ 100. Y existe la opción de entrar al quirófano (ver recuadro).
Fama. Este verano el brazo derecho plagado de tatuajes de Marcelo Tinelli dio mucho que hablar. Mariano Antonio, fundador de American Tattoo y autor de la “obra”, aseguró que cuando le consultan por la remoción, “el único lugar que recomiendo es una clínica privada de Belgrano, ya que comprobé que no dañan el tejido y se puede tatuar nuevamente. En otros lados usan el mismo láser que para la depilación definitiva y ése no es el adecuado”.
¿Es posible remover un tatuaje como el de Tinelli? “Se puede eliminar cualquier diseño, sobre todo si tiene colores oscuros, el tatuaje es antiguo y fue realizado por un profesional, ya que éste suele colocar la tinta en forma superficial”, explicó Hoogstra. Con todo, el experto señaló que “quitar un tatuaje de la magnitud del de Tinelli puede costar unos $ 3 mil la sesión, y en ese caso sería necesario un mínimo de seis sesiones”.
Para Colombo, “un tatuaje de esas características difícilmente pueda quitarse por completo”
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Cirugías gratis en hospitales
A la hora de quitarse un tatuaje también existe la cirugía. En el Instituto del Quemado hay distintas intervenciones, según las características de la piel y el tatuaje, la forma y su localización. Uno de los procedimientos más comunes es la “resección quirúrgica” y se utiliza cuando el tatoo no supera los 2 cm. “Se remueve tejido de la zona tatuada haciendo un cierre ‘simple’ (borde a borde) para evitar una cicatriz mayor”, contó Mercedes Portas, jefa de Cirugía General del Instituto. “Si la superficie es mayor se le extrae al paciente tejido de algún lugar oculto para lograr un resultado más estético”, comentó. Por su parte, en el Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Rivadavia también utilizan el “shaving”: “Se extrae una capa de piel con una ‘navaja’ de cirugía. Es una suerte de raspadura y no se sutura, pero tarda mucho en cicatrizar”.
En ambos hospitales las intervenciones son gratuitas, pero hay listas de espera porque la prioridad es para los pacientes con tumores o para cirugías reparadoras. “En el último año la demanda aumentó un 20%. Hoy, el 60% de los que consultan son hombres y el 40% mujeres”, informó Portas. Y advirtió: “Solemos recibir gente quemada con láser porque el mal uso puede traer secuelas severas”.
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