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domingo, 5 de octubre de 2008

Los fanáticos reescriben sus obras predilectas en la Red
Se trata de millares de autores aficionados que reelaboran las historias que más les gustan, como en el caso de Harry Potter. Les cambian la línea argumental o les dan continuidad a sagas que su creador ya había dado por concluidas.
Por: Socorro Estrada
ESPECIAL PARA CLARIN

Cazadores de texto" o fans que "tunean" sus objetos de deseo. Lo cierto es que, más allá de que se los considere ladrones de derechos de autor, fanáticos con exceso de tiempo libre o eslabones de una nueva forma de cultura participativa, existe una enorme cantidad de autores amateurs que crean nuevas historias a partir de los personajes de sus libros, series o películas favoritas, siguiendo o rompiendo con las líneas narrativas del universo inventado por los autores originales. Su producción recibe el nombre de fanfiction (en inglés, ficción creada por fanáticos) y se publica en Internet en diferentes formatos: como tradicionales textos de relatos, en video (fanvids o fanfilms) y hasta ilustrados con dibujos de artistas amateurs (fanarts).Los sitios en Internet que archivan estas obras son cada vez más numerosos. FanFiction.net, considerado el mayor archivo online de ficción escrita por fans y el más visitado entre quienes buscan fanfiction en la Red (con el 34,7% de las visitas que surgen a partir de Google), ya tiene más de 1.300.000 usuarios registrados (entre ellos medio millón de autores) y supera los 900 mil relatos originales en más de 30 idiomas. Sólo en ese sitio, existen más de 346.000 relatos de fanfiction que se inscriben en el universo de Harry Potter. En este contexto, el ejercicio de crear fanfiction dejó de verse como un pasatiempo de adolescentes o personas con problemas de socialización, para ser analizado sobre el fundamento de la transficcionalidad, las nuevas prácticas de lectura y géneros muy próximos a la narrativa posmoderna como las sagas o series novelescas fantásticas. Pocos ignoran que la difusión de esta práctica pone en jaque los conceptos legales de autor y derechos de la propiedad intelectual además de nuevas formas de circulación cultural. Como género, la ficción creada por fans tiene importantes antecedentes. En 1614, Alonso Fernández de Avellaneda escribió el Segundo tomo El Quijote de la Mancha adelantándose un año a la segunda parte escrita por Cervantes, y es sabido que Arthur Conan Doyle debió lidiar con algunas aventuras apócrifas de su famoso Sherlock Holmes. Los diferentes investigadores coinciden en que el fenómeno, que venía creciendo exponencialmente desde la década del 60 a partir de los relatos inspirados en la serie de televisión "Viaje a las estrellas", explotó gracias a Internet.Basta un click para leer cómo Harry Potter y Hermione formalizan como la pareja que J.K. Rowling nunca concretó. Tampoco es difícil encontrar en la Red largos relatos donde los autores especulan con una relación amorosa entre Potter y su amigo Ron, o versiones del octavo libro que Rowling prometió no escribir. De hecho, Francisca Solar, una autora chilena que hoy tiene 22 años, se hizo famosa cuando era una adolescente por su versión paralela del sexto libro de la saga, que fue leída por más de 50 mil internautas y le valió un contrato con Random House Mondadori para sus futuras novelas. Aquélla, apócrifa, no pudo ser llevada al papel porque uno de los elementos fundacionales de la fanfiction es su condición de amateur y no comercial.Para las productoras audiovisuales, las editoriales y algunos autores, la apropiación de sus personajes que hacen los autores de estos relatos violan sus derechos de propiedad intelectual.Quienes defienden la fanfiction en particular --y el reino de los fans (fandom) en general-- señalan que muchos reconocidos escritores han empleado personajes y universos procedentes de otros autores a lo largo de la historia. "La fanfiction es una forma en que la cultura repara el daño causado en un sistema donde los mitos contemporáneos son propiedad de corporaciones en lugar de pertenecer al pueblo", sostiene Henry Jenkins, catedrático del Instituto de Tecnología de Massachusetts, experto en la materia y autor de uno de los primeros libros que se ocupó del fenómeno. Varios autores han autorizado y fomentado estas ficciones, entre ellos J.K. Rowling, que en un comunicado dijo sentirse "halagada" por el deseo de los fanáticos de producir sus propias obras a partir de la saga, de manera amateur , aunque exigió que siempre se haga sin fines de lucro y sin contenido sexual explícito. Anne Rice, en cambio, autora de "Entrevista con un vampiro", figura entre los mayores detractores de la fanfiction. En la categoría de fanfilms "La Guerra de las Galaxias" es uno de los universos que mayor proliferación de materiales producidos por fans ha tenido. Incluso el proyecto "Star Wars revelations" en el que durante tres años, 200 personas vivieron en carne propia el universo de La Guerra de las Galaxias, contó con la aprobación de George Lucas, director y creador de la saga. Otra de las características de la fanfiction es que los propios fans teorizan sobre ella. La catalogan por género, hacen críticas, dan consejos e inician en su actividad a los novatos. Para orientar a los novatos, dividen sus producciones en categorías o subgéneros. Son slash cuando hay relaciones homosexuales; AU cuando coloca a los personajes en universos alternativos; lime y lemon si tienen contenido sexual explícito; y OOC (out of character) cuando el personaje principal tiene características de personalidad diferentes al original. Con la dinámica propia de Internet, las respuestas a estas obras no se hacen esperar. Los lectores, que suelen ser también autores de fanfiction, publican sus propias críticas. Encumbran o denostan los nuevos productos, y hasta alimentan las obras originales influyendo cuando las tramas aún no están cerradas como en el caso de series de tevé o telenovelas.

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