Fatty: “No hay que subestimar al público de Internet’”
Desde hacer bailar al futbolista Román Riquelme hasta filmar para una marca con un tono inusual, la realidad es que Fatty Iastrebner se las ingenia para hacer de cada relato una experiencia intensa. Con trabajos recientes para Knorr y tras haber filmado el primer comercial de la historia de Boca Juniors, Fatty Iastrebner dialogó con Filmlatina.com sobre su visión y experiencias en el mercado.
“A mí me gusta relatar, me gusta que todo sea en función de una historia. Hay directores que son más gráficos, y los admiro muchísimo. Pero yo soy de los que cuentan historias, de los que les gusta manejarse con actores o gente común y corriente, y a través de ello tratar de transmitir diferentes cosas”. Así se autodefine Fatty Iastrebner, quien desde hace siete años es director en Muu Cine.
Desde hacer bailar al futbolista Román Riquelme hasta filmar para una marca con un tono inusual, la realidad es que Fatty Iastrebner se las ingenia para hacer de cada relato una experiencia intensa. Con trabajos recientes para Knorr y tras haber filmado el primer comercial de la historia de Boca Juniors, Fatty Iastrebner dialogó con Filmlatina.com sobre su visión y experiencias en el mercado.
“A mí me gusta relatar, me gusta que todo sea en función de una historia. Hay directores que son más gráficos, y los admiro muchísimo. Pero yo soy de los que cuentan historias, de los que les gusta manejarse con actores o gente común y corriente, y a través de ello tratar de transmitir diferentes cosas”. Así se autodefine Fatty Iastrebner, quien desde hace siete años es director en Muu Cine.
Su talento le valió grandes satisfacciones, que incluyen un suceso que, de un día para otro, hizo que su carrera naciente diera un brusco giro. “Un día me fui de una gráfica en la que trabajaba y les dije a mis compañeros: ‘Hoy voy a ganarme un concurso que me va a cambiar la vida’. Y algunos todavía se acuerdan”, comenta. Se trató de una pequeña competencia organizada por un programa de televisión en la que había que realizar un comercial sobre el sida. En ese entonces, Fatty tendría unos 27 años y era estudiante de cine en una de las pocas escuelas que había en ese momento en Buenos Aires. Junto a un amigo, sacó el primer premio con un video filmado caseramente en súper VHS, actuado por conocidos en un departamento prestado. “Lo que ganó fue la idea, obviamente. Y a mí me cambió la vida, me fui a estudiar becado a Nueva York, a la NY Film Academy”.
Ese énfasis en la idea, que marcó sus comienzos en el cine publicitario, es lo que hoy en día define el trabajo de Fatty. Para él, un comercial nunca debe partir de la tecnología que se utilizará para ejecutarlo. Por el contrario, todo lo que se haga debe estar supeditado al relato, y la función de las técnicas será siempre potenciarlo. “Acá tenemos los recursos para producir estereoscopía, por ejemplo, y sería excelente trabajar en 3D. Pero la idea tiene que justificar cualquier cosa que se haga, y no usar las técnicas porque sí”.
El sueño del pibe
Cuando era niño, Fatty iba con su abuela a ver partidos de fútbol a la cancha de Boca Juniors, equipo del que es hincha. Las vueltas de la vida hicieron que recientemente haya sido el encargado de filmar el primer comercial que el club de fútbol hizo en su historia (creado por DDB). “Fue el sueño del pibe. Yo soy de Boca desde siempre y la verdad que es un orgullo haber filmado el comercial. Fue encontrarme con algo sumamente popular, algo que sabíamos que iba a tener mucha repercusión en las redes, y que el resultado de la propuesta se iba a sentir en el día a día y en el boca a boca de las personas. Tuve la alegría de verlo en pantalla gigante en la Bombonera, y realmente fue muy lindo”.
Hace un año, no obstante, Fatty ya había tenido una experiencia única con su equipo: dirigió una ya mítica publicidad con el delantero estrella Román Riquelme, para Pepsico. “¿Riquelme está feliz?” se instaló en la cultura popular hasta el punto de que la presidenta del país hizo referencia a la frase en uno de sus discursos. “Fue algo muy grande. Realmente tomamos dimensión de lo que significó ahora, un año después. Cuando lo hicimos nos gustó mucho. Pero estábamos subidos en esa ola de excitación de recibir llamados de los medios que trascendían ampliamente lo que es el ámbito publicitario. Yo recuerdo que recibía llamados de ESPN y no sabía qué hacer. Era otra cosa. Pero hoy, un año después, cuando uno ve que grandes comerciales tienen tal cantidad de views, y piensa que el de Riquelme tuvo un millón en una semana, nos damos cuenta de que es muy difícil de repetir. Hacer algo popular tiene un ida y vuelta con la gente que no se logra con otra cosa”, cuenta Fatty.
-¿Cómo es la experiencia de filmar comerciales con este tipo de ídolos?
-Yo me acuerdo que, al igual que me pasó cuando filmamos con Juan Martín Del Potro (también para Pepsico), volvía del rodaje cansado, después de trabajar muchísimo, pero absolutamente feliz, diciendo “qué gran día de filmación que tuve”. Y tanto Riquelme como Del Potro superaron las expectativas que teníamos con ellos. No sabíamos cómo iban a reaccionar, cómo iban a responder, pero con los dos fue una sorpresa, y conseguimos contenerlos e irlos llevando para que hicieran cosas que ni ellos mismos se imaginaban. Es lo bueno de trabajar con personas que no son actores, hay que ver cómo transmitirles la seguridad necesaria para que se suelten, encontrarle a cada uno el estímulo que necesita para hacer las cosas. Y después está lo bueno, que es que te pregunten ‘¿Cómo hiciste?’.
-Recientemente filmó el comercial Maleducados, para Knorr, que marca un tono de comunicación un tanto diferente al que la marca sostiene desde hace tiempo. ¿Cómo fue el proceso para cuidar el mensaje de la marca?
-A mí me gustó mucho la propuesta de una marca como Knorr, para la cual yo ya había trabajado. Es una marca clásica, pero para el lanzamiento de sus pastas, tuvieron un cambio en su comunicación, y asociaron el producto a la “mala educación” de comer con ganas. Desde que leímos el guión sentimos que era algo lindo de llevar a cabo, estaba bueno el desafío. Ni bien lo vi supe que iba a haber casting, puesta de cámara y todas esas cosas que son las que más me gustan. Trabajamos mucho para encontrarle el tono justo, y creo que se logró bastante bien. Nosotros nos enfocamos en contar las buenas historias que hay en los guiones, trabajamos mucho en las ideas que nos traen los creativos. Y en este caso, nos pareció que todo tenía que tener el cuidado que Knorr siempre tiene: cercanía con el consumidor, calidez en la cocina. Pero estos “maleducados” lo que tenían es que no podían resistir la tentación de comer la pasta como hay que comerla.
-¿Tiene proyectos personales en cine?
-Me gustaría hacer mi película. Aún no tengo guión, pero ya está la semilla. A este trabajo uno le pone mucha cabeza y mucha dedicación, hasta al comercial más pequeño. Por eso se hace difícil tener el tiempo de dedicarse a otra cosa. Pero será cuestión de armarme el espacio de a poco, para recorrer esos caminos que la publicidad en sí no te deja. Pero todo tiene su momento.
-Con respecto a la revolución que Internet genera a nivel audiovisual, ¿cómo siente que cambió la dinámica de los directores?
-Yo creo que Internet nos cambió a todos, pero que todavía no tenemos dimensión, no somos realmente concientes de los cambios. Hoy tenemos una información al alcance de la mano que antes no teníamos. Estamos en una etapa en la que los offline están en mayor calidad que los online, y para subir al aire hay que bajar la calidad. Esto antes era al revés. Por eso, creo que aunque la gente ya tiene más dimensión de lo que Internet significa, la industria todavía no termina de adaptarse. Es difícil, porque es un medio que tiene su anarquía y tiene sus reparos hacia el mercado. No quiere la tanda. Entonces la industria va a tener que adaptarse a sus reglas. Y tenemos todo para poder hacerlo. Es importante, de todas formas, que el cliente entienda que el hecho de que Internet sea gratis no quiere decir que producir para él lo sea. Al contrario, no hay que subestimar al público de Internet porque es el que más elige qué ver y qué no. Hay darle los mejores contenidos posibles.
-¿Cómo es la situación actual de la productora?
-Estamos en un gran momento. Yo creo que Muu Cine está muy madura, al igual que nosotros: los años no vienen solos. Y tenemos una productora que está sólida en este momento, trabajando mucho, con muchas ganas, impulsando directores jóvenes como Deby Soifer y Ale Rey, que están trabajando junto con Javier Lourenço (de Flamboyant Paradise) para poder cubrir diferentes áreas y expresarnos de distintas maneras. Y a veces uno se empieza a ver cómo las productoras, cuando van pasando muchos años se van volviendo más serias. Estamos maduros, y eso está bueno. Porque a su vez tratamos de tener directores frescos, que puedan agregarle frescura a la madurez, y eso resulta en un buen mix.
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