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domingo, 9 de agosto de 2009

TENDENCIAS 2


Dos de cada diez adultos aún conservan juguetes de su niñez
Y todos los tienen guardados en su memoria. Según una encuesta exclusiva, la mayoría de las mujeres recuerdan una muñeca; y los varones, un autito de colección o un tren. Cuatro escritores cuentan qué juguetes dejaron huellas en sus vidas.
Por: Graciela Gioberchio
Jugar por el placer de jugar. Horas, días, años de puro placer y diversión junto a ese autito, ese bebote, la bici o los bloques para armar. Precisamente por ese disfrute que han brindado, integran la lista de los juguetes favoritos de varias generaciones. A pesar del paso del tiempo, todos los adultos argentinos atesoran esos chiches en su memoria y dos de cada diez aún lo conservan.Los datos surgen de una encuesta realizada por D'Alessio Irol, en exclusiva para Clarín, en el festejo del Día del Niño que se realiza hoy. El trabajo indagó acerca de los juguetes de la infancia en adultos de todo el país."Conservarlo en el recuerdo ya es importante. Más allá del objeto en sí que es el juguete, lo que trasciende es el modo en el que el niño jugó con él, la felicidad que le dio", apunta la psicopedagoga Alejandra Rabuini, vicepresidente para Latinoamérica de IPA Asociación Internacional por el Derecho del Niño a Jugar. Trenes a control remoto, muñecas, pelotas, soldaditos de plomo, patines... Todos han dejado una huella en el corazón del 99,5 por ciento de los encuestados porque ninguno de ellos borró el más placentero recuerdo de su niñez, según la encuesta."Conservar o no el juguete tiene mucho que ver con la perdurabilidad del objeto, con la calidad de sus materiales y también con la disponibilidad de espacio en el hogar", explica la psicóloga Paulette De Racco, coordinadora del Laboratorio de Investigación y Diseño del Juego y del Juguete.Para Rabuini, además, la elección de poner a resguardo determinado chiche "en la mayoría de los casos la hacen los padres; los chicos no tienen conciencia del acontecer del paso de tiempo, ése es un pensamiento del adulto".En cuanto a los sentimientos y sensaciones que generaban esos juguetes, en la encuesta las mujeres mencionan el amor y el cariño (tal vez por ese rol maternal innato canalizado en muñecas y bebotes); los hombres, en cambio, recuerdan sensaciones cercanas a la aventura y el orgullo, más ligados a los medios de transporte y a la pelota. La encuesta también muestra cómo cambió la forma de jugar de los chicos en las últimas décadas, producto de espacios más reducidos, mayor temor a la inseguridad y adultos que trabajan muchas horas al día. Un ejemplo: la elección de la pelota y de la bicicleta como juguetes favoritos, clásicos de la vereda, la plaza o el potrero, cae cerca de 10 puntos entre las respuesta de los mayores de 55 años y los que tienen entre 18 y 24 años. "En contrapartida -dice el trabajo de D'Alessio Irol- comienzan a ganar terreno los videojuegos, desconocidos en la niñez de los mayores de 40 años. Y, por influencia de la TV y la publicidad, en los más jóvenes suben las menciones a muñecos que representan personajes de dibujos animados. "Recordar ese juguete es muy importante. Y si no se pudo conservar, hay algo que es tan o más valioso: reproducir ese juego placentero de la niñez con los hijos o los nietos. Es un traspaso cultural invalorable", concluye Rabuini.

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