ARGENTINA EL LIBRO RECOMENDADO - POR ORLANDO C. APRILE
La industria del entretenimiento
La cultura del entretenimiento. Fenómeno mundial. El caso argentino. Autor: Antonio Ambrosini. Con prólogo de Al Lieberman. Colección Management y Marketing. Buenos Aires: Nobuko, 2008. (124 páginas).
La industria cultural, y especialmente la del entretenimiento, están creciendo en proporciones geométricas. Las constantes innovaciones tecnológicas siguen creando y renovando la oferta mediática vinculada con el entretenimiento. Por su parte, los cambios sociales y el ocio recreativo van acompañando este formidable desarrollo de las industrias culturales.
Para el 2007 estas industrias generarán un volumen de negocios de 1.400.000 dólares. Y a este mismo ritmo es probable que para el 2010 se lleguen a superar los 2 billones, incluyendo los aportes comerciales y publicitarios.
La tríada Tiempo – Recursos – Tecnología catapultó a la industria del entretenimiento a un primerísimo primer plano al punto que su extraordinario desarrollo parece no tener límites en cantidad, diversidad y calidad. La publicidad, obviamente, no está al margen de este fenómeno mediático, aunque este maridaje está aún en la etapa de noviazgo.
Este libro de Ambrosini tiene dos capítulos principales. En el primero, se describen y analizan los cambios que la tecnología está generando en la sociedad actual, particularmente en la industria de las comunicaciones y del entretenimiento. En el segundo capítulo se estudia el mercado argentino en relación con los medios, y se proponen algunas hipótesis en relación con su desarrollo. Ambos capítulos se complementan con uno sobre el deporte y otro sobre las licencias.
En la primera parte se ofrece un valioso repaso de todo cuanto está aconteciendo en el entretenimiento en relación con el mundo mediático. Los temas encarados llevan atractivos subtítulos que atrapan su lectura. La agonía del diario en papel, El mundo digital, YouYube que estás en los cielos, Aguante la ficción, Colgarse de la red y Nosotros ya no somos los mismos.
En la segunda parte, concentrada en la Argentina, se vincula el entretenimiento con los medios, desde los tradicionales hasta los nuevos e innovadores como los videojuegos y los eventos que ofrecen las marcas. Aquí abundan los datos sobre los consumos culturales, la generación multimedia, los nuevos modelos de negocios y el advergaming.
Hemos intentado explicar que actividades humanas como el placer de la música, la interactividad lúdica, la lectura, el goce visual, los deportes y el teatro, por citar solo algunos, fueron, son y seguirán siendo necesidades que hay que satisfacer. La cuestión pasa por entender que lo permanente son estas necesidades y no tanto los soportes sobre los que en un momento histórico determinado son cubiertas. - Antonio Ambrosini
Antonio Ambrosini es el coordinador académico de Entretenimiento y Medios de la Universidad de Palermo. Es miembro fundador de Instituto de Comunicación Institucional del Grupo Iberoamericano de Comunicación Institucional y de la Cámara de Control de Medios de Audiencias.
Para este trabajo contó con la colaboración de Francisco Aguiar, Ezequiel Respettino y Martín Raposo.
La industria del entretenimiento
La cultura del entretenimiento. Fenómeno mundial. El caso argentino. Autor: Antonio Ambrosini. Con prólogo de Al Lieberman. Colección Management y Marketing. Buenos Aires: Nobuko, 2008. (124 páginas).
La industria cultural, y especialmente la del entretenimiento, están creciendo en proporciones geométricas. Las constantes innovaciones tecnológicas siguen creando y renovando la oferta mediática vinculada con el entretenimiento. Por su parte, los cambios sociales y el ocio recreativo van acompañando este formidable desarrollo de las industrias culturales.
Para el 2007 estas industrias generarán un volumen de negocios de 1.400.000 dólares. Y a este mismo ritmo es probable que para el 2010 se lleguen a superar los 2 billones, incluyendo los aportes comerciales y publicitarios.
La tríada Tiempo – Recursos – Tecnología catapultó a la industria del entretenimiento a un primerísimo primer plano al punto que su extraordinario desarrollo parece no tener límites en cantidad, diversidad y calidad. La publicidad, obviamente, no está al margen de este fenómeno mediático, aunque este maridaje está aún en la etapa de noviazgo.
Este libro de Ambrosini tiene dos capítulos principales. En el primero, se describen y analizan los cambios que la tecnología está generando en la sociedad actual, particularmente en la industria de las comunicaciones y del entretenimiento. En el segundo capítulo se estudia el mercado argentino en relación con los medios, y se proponen algunas hipótesis en relación con su desarrollo. Ambos capítulos se complementan con uno sobre el deporte y otro sobre las licencias.
En la primera parte se ofrece un valioso repaso de todo cuanto está aconteciendo en el entretenimiento en relación con el mundo mediático. Los temas encarados llevan atractivos subtítulos que atrapan su lectura. La agonía del diario en papel, El mundo digital, YouYube que estás en los cielos, Aguante la ficción, Colgarse de la red y Nosotros ya no somos los mismos.
En la segunda parte, concentrada en la Argentina, se vincula el entretenimiento con los medios, desde los tradicionales hasta los nuevos e innovadores como los videojuegos y los eventos que ofrecen las marcas. Aquí abundan los datos sobre los consumos culturales, la generación multimedia, los nuevos modelos de negocios y el advergaming.
Hemos intentado explicar que actividades humanas como el placer de la música, la interactividad lúdica, la lectura, el goce visual, los deportes y el teatro, por citar solo algunos, fueron, son y seguirán siendo necesidades que hay que satisfacer. La cuestión pasa por entender que lo permanente son estas necesidades y no tanto los soportes sobre los que en un momento histórico determinado son cubiertas. - Antonio Ambrosini
Antonio Ambrosini es el coordinador académico de Entretenimiento y Medios de la Universidad de Palermo. Es miembro fundador de Instituto de Comunicación Institucional del Grupo Iberoamericano de Comunicación Institucional y de la Cámara de Control de Medios de Audiencias.
Para este trabajo contó con la colaboración de Francisco Aguiar, Ezequiel Respettino y Martín Raposo.
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