nuevos modos de conquista virtual
Crecen las alternativas para buscar pareja con GPS desde los celulares
Estas aplicaciones, que son furor en Europa y los Estados Unidos, ya se usan en el país. Al registrarse, uno puede ver la foto y a qué distancia están los posibles candidatos.
Es simple: funciona para smartphones con tecnología Android, iPhone y también tablets. Se crea un perfil con datos básicos y el GPS del teléfono muestra los usuarios mayores de 18 años, en un radio determinado. Esto permite contactar a quienes estén más cerca y garantizarse un encuentro exitoso. Es gratuito y cada vez tiene más solteros inscriptos.
“Conocí el programa por un amigo y me pareció divertido. Es una buena forma de conocer gente y hacer como un casting más específico por medio de las fotos y la información que escriben, aunque pueden engañarte”, cuenta Franco, que a sus 38 años no le resultaba simple encontrar pareja. Hace menos de un año que es usuario de Grindr, una aplicación que a mitad de 2009 apareció en Estados Unidos y ya se propagó por más de setenta países. Es exclusiva para la comunidad homosexual y cuenta con más de 2,6 millones de usuarios. Esta aplicación permite visualizar hasta cien usuarios a la vez y pagando un extra por mes muestra más fotografías del perfil de cada uno.
“Me gusta poder buscar gente que esté cerca y concretar la cita. Nunca había chateado porque no me gustaba la idea de que me planten. Aunque muchos usuarios sólo quieren algo ocasional, se puede encontrar gente que quiera salir para empezar algo serio”, dice y detalla que tuvo varias citas: “Salí a tomar algo y me divertí. Tengo amigos que están en pareja con personas que encontraron por GPS. No pierdo las esperanzas”.
Joe Simkhai, creador de la aplicación gay, también desarrolló una versión heterosexual, llamada Blendr. Otros lo imitaron y ya existen sitios como Skout, POF, y la red social Badoo, que se adaptó y ahora también incluye GPS. Estas aplicaciones permiten ajustar la búsqueda para heterosexuales, bisexuales o gays.
Si bien la mayoría de los usuarios no supera los 30 años, se encuentra gente de todas las edades. “A mis 39 años, con hijos y sin frecuentar la noche, es una buena opción para conocer mujeres”, cuenta “Lucky72”, un usuario de POF que en la vida real se llama Roberto.
Distinta es la búsqueda de Catalina, de Flores (25), que sólo quiere tener citas para pasar una noche. “Desde donde estoy, busco a los más cercanos, les pido el Facebook para ver más fotos y luego veo con quién me encuentro. Me da seguridad porque preveo con quién salgo”, dice.
El sexólogo Walter Ghedin, autor de Amores ansiosos, explica que “los contactos por medio de la tecnología generan morbo, no sólo por la novedad del recurso, sino también por la cierta facilidad para encontrar al otro. Distinto es lo que sucede con las redes sociales, en las cuales se prometen citas que después no se cumplen”, sostiene.
“El GPS da por sentado que el otro está en algún lugar, que puede ser rastreado o ubicado, dando menos alternativas para los desplantes”, aclara el especialista. Aunque eso no siempre asegura el éxito. “Un chico con el que hablaba se conectó y estaba a unas cuadras de donde yo estaba. Me encontró y nos conocimos en ese momento, aunque no tuvimos química”, recuerda Agustina (24).
A su vez, Ghedin aconseja: “Deberíamos preguntarnos por qué la gente necesita de estos instrumentos para conocerse. Pareciera que los lugares de encuentro cara a cara ya no fueran efectivos”.
Valeria Shapira, autora de Enredados –libro que habla sobre las relaciones humanas a través de las redes sociales– cree que lo que antes era visto como una acción de desesperado hoy es tendencia. “Contar que chateabas con gente para conseguir pareja hace diez años era motivo de burla y hoy es una tendencia que llegó a los celulares. La tecnología nos atraviesa y refleja lo que queremos, enamorarnos o incluso sólo vincularnos para un encuentro sexual y nada más”, finalizó.
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