Detrás de los muros de Facebook
Murales, grafitis y una ampliación de lo que era la sede de Sun Microsystems, en una recorrida de LA NACION por las oficinas centrales de la red social creada por Mark Zuckerberg en Menlo Park, California
La puerta de entrada a Facebook, en las afueras de Menlo Park, California. Foto: LA NACION / Guillermo Tomoyose
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SAN FRANCISCO.- A pesar de haber anunciado de forma oficial su mudanza, en sus pasillos aún mantiene un estado permanente de construcción, más allá del clásico estilo desenfadado que adoptan las compañías tecnológicas en Estados Unidos. Entre amplios espacios abiertos que combinan sillones, salas de reuniones y muros con grafitis, Facebook planea continuar su crecimiento, no sólo en la cantidad de usuarios, sino también en sus recientes instalaciones en los límites de Menlo Park, California.
El lugar elegido se destaca entre las grandes vías de tránsito, ubicado en los límites de la ciudad, a una hora de caminata desde la estación de trenes y de la zona residencial de ese polo neurálgico del mundo tecnológico denominado Silicon Valley."Me gusta", dice un cartel de bienvenida y es un punto de interés emblemático de la sede central de Facebook. El pulgar arriba es, de forma previsible, la pose más adoptada por los visitantes que se acercan a la entrada de Hacker way, la calle principal del complejo.
No es antojadiza la elección del nombre para este camino: es una suerte de mantra empresarial que su CEO intenta plasmar en la compañía. The Hacker Way es el título del manifiesto corporativo que Zuckerberg hizo público poco antes de la salida a la bolsa, en la que le quita la connotación negativa que suele tener el término para aplicarlo a una filosofía de desarrollo continuo basado en una implementación rápida y en el aprendizaje de los errores que surgen en el camino, entre otros puntos, que se reflejan de forma constante en los muros (reales, no virtuales como se podría pensar si hablamos de Facebook) de la compañía.
Una recorrida en sólo dos de los diez edificios que componen el complejo refleja esa filosofía: un departamento interno de la compañía se ocupa de refrescar estos conceptos con afiches motivadores, que se alternan con las paredes llenas de grafitis firmados por empleados y visitantes, junto a los murales con arte callejero, una obsesión que mantiene Facebook desde sus comienzos.
Entre ellos está el que hizo David Choe , el artista que se convirtió en un multimillonario gracias a las acciones que recibió a cambio de su trabajo como artista decorando las paredes de Facebook. Parte de sus obras acompañaron a la red social a través de las diferentes mudanzas que tuvo en los últimos años : trasladaron, literalmente, la pared con el grafiti de un edificio a otro .
Al margen de lo despreocupado que puede parecer el diseño y la disposición de ciertos elementos en el ambiente de trabajo, este estilo no es casual, y también se amolda al mantra hacker que promulga Zuckerberg. Ciertos techos descubiertos, pisos sin alfombrar o la presencia del logo de Sun Microsystems, el anterior inquilino de estos edificio, son algunos de los rasgos en el diseño interno de las oficinas que reflejan ese espíritu. A su vez, cualquiera puede participar en el rediseño o la creación de un grafiti o espacio común y proponer su proyecto a votación entre los empleados de la red social.
Con un proceso de crecimiento en donde decidió asumir el rol de salir al mercado bursátil, Facebook enfrenta los desafíos de esta nueva etapa con transformaciones propias de su explosivo crecimiento. A pesar de las críticas que recibió por la actual cotización de la acción, a mitad de su valor de lanzamiento, Zuckerberg se mantiene ajeno a los potenciales desafíos que enfrenta la plataforma, y redobló la apuesta al encontrar su lugar en el mundo de Silicon Valley, al anunciar la ampliación de las instalaciones de la compañía.
La ampliación estará finalizada en 2013 y espera contar con una capacidad para albergar a unos 2800 ingenieros, lo que incrementaría su plantel a casi 10.000 empleados, casi un tercio de la población de Menlo Park, una comparación para nada casual si se tiene en cuenta que se trata de la compañía que, de ser un país, ocuparía sin problemas el tercer lugar del podio liderado por China e India, incluso si se descuentan los 83 millones de perfiles apócrifos que la firma reconoció de forma reciente.
Mientras termina su mudanza la compañía analiza, también, los pasos a seguir para recuperar la confianza de los mercados bursátiles después del desplome de la cotización de sus acciones
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