Los expertos de la NASA afirman que Curiosity cambiará la visión de Marte
Diana Blaney, ingeniera y geóloga del centro espacial explicó a LA NACION los alcances de la gran misión para buscar rastros de vida en el planeta rojo
Las primeras imágenes a color que llegaron ayer de Marte volvieron a asombrar a los ingenieros y científicos de la NASA, que el lunes por la madrugada recibieron con aplausos cerrados y gritos de alegría la confirmación que el mayor robot explorador enviado al planeta rojo había descendido con éxito, después de un viaje de más de ocho meses y una arriesgada maniobra de descenso que incluyó paracaídas y un sistema de grúa compuesto por retrocohetes y cables.
Una de las más entusiastas dentro del selecto grupo de la misión del vehículo Curiosity , que también integra el ingeniero argentino Miguel San Martín, es la científica e ingeniera en Física Diana Blaney, a cargo de la supervisión de la más poderosa cámara que lleva el rover, llamada Cámara Química o ChemCam, un instrumento de análisis clave para determinar si hay indicios que prueben las condiciones propicias para el desarrollo de la vida en Marte en la actualidad o en el pasado.
"La mayor expectativa que tenemos en esta misión es simplemente sorprendernos", explicó a LA NACION la especialista Blaney, por correo electrónico desde el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, ubicado en Pasadena, California.
"Esta es la tercera misión a Marte en la que trabajo y cada vez que pensaba que sabía todo de Marte, la información cambiaba cada vez que un robot llegaba a la superficie. No estoy segura de qué cosas nos van a sorprender esta vez, pero sí espero que se descubra algo que cambie nuestra perspectiva de Marte, porque Curiosity lo hará", explicó Blaney que también tiene un posgrado en Geología en la Universidad de Hawaii, EE.UU.
La expectativa de la científica radica en que supervisará la Cámara Química, un instrumento vital para la misión del Laboratorio Científico de Marte (MSL, por sus siglas en inglés), instalado en el Curiosity, que utiliza un puntero de rayo láser para vaporizar rocas hasta del tamaño de la cabeza de un alfiler, produciendo un destello de luz a partir del material ionizado -plasma- que puede ser analizado para identificar los elementos químicos en él.
De esta información, se desprenderán las posibles evidencias de un entorno favorable microbiano, incluidos los ingredientes químicos de la vida; por lo que Curiosity fue descripto como la nueva "máquina de ensueño" por los científicos de la NASA, que vienen trabajando en este proyecto desde 2003 con una inversión de 2500 millones de dólares.
Las primeras imágenes que transmitió el vehículo explorador, lanzado el 26 de noviembre último, minutos después de aterrizar, fueron en blanco y negro y en baja resolución tomadas con unas pequeñas cámaras instaladas para detectar posibles daños en sus ruedas. Pero en la nueva tanda de imágenes difundidas ayer por la NASA se puede ver una superficie terrosa en tonos ocres y anaranjados y un video que refleja lo que vio Curiosity, a medida que se acercaba a la superficie marciana.
Un laboratorio con ruedas
La NASA almacena fotografías del suelo marciano desde 1976, con la llegada de las naves Viking 1 y 2. Y en mejor calidad por las tomadas desde 2004 por los robots gemelos Spirit y Opportunity. Pero con Curiosity cambia totalmente su perspectiva.
"La mayor diferencia entre Curiosity y las anteriores misiones [Spirit y Opportunity] es que aquellos robots eran meramente exploradores. Eran como geólogos entrando en un terreno para desentrañar qué tipo de rocas se hallaban. Curiosity es el laboratorio al que los geólogos llevarían esas rocas para analizar. Tiene instrumentos más complejos que brindarán mucha más y mejor información que hoy por hoy no tenemos", aseguró a LA NACION la científica Blaney.
Y agregó: "Los instrumentos científicos en Spirit y Opportunity pesaban sólo cinco kilos. Pero en Curiosity pesan 75 kilos. La otra gran diferencia es el lugar de descenso a Marte. Gracias a las sondas enviadas a la órbita de Marte, como las naves Odyssey y Reconnaissance Orbiter, estuvimos capacitados para elegir en qué área descender; es decir el cráter Gale, cercano al Monte Sharp. Y por último, las anteriores misiones estaban planificadas para que duraran pocos meses. En cambio aquí sabemos que estaremos un año marciano que equivalen a dos terrestres".
Según la experta, hay aproximadamente 3000 ingenieros y científicos que hicieron posible construir a Curiosity desde 2003. Y actualmente hay unos 1000 especialistas trabajando en Pasadena, para analizar los datos del robot, además de otros 350 alrededor del mundo.
Los especialistas vivirán durante los próximos días experiencias asombrosas, ya que la NASA planea a partir de hoy subir el mástil del Curiosity hasta los 2,10 metros y tomar fotografías en alta resolución y hasta en 3D, ya sin las cubiertas de fundas protectoras del polvo levantado durante el descenso.
Además, el robot intentará probar durante los próximos días el correcto funcionamiento de sus diez instrumentos sofisticados, antes de que el vehículo comience a desplazarse por el suelo rojizo en dirección al Monte Sharp, de 5000 metros de altura, que surgió por el impacto de un meteorito hace más de 3000 millones de años. Allí, en las pilas de capas de roca ofrecerán a los científicos un registro de la historia de Marte a través del tiempo, que tal vez incluya agua, esencial para el desarrollo de la vida.
Email: vingrassia@lanacion.com.ar | En Twitter: @vingrassia .
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