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domingo, 11 de abril de 2010

tecnologia para conocerte mejor


Entre la notebook y el iPhone
iPad, la nueva estrella de la informática
Ariel Torres, editor del suplemento Tecnología de LA NACION, probó la iPad durante la semana última. Esta es su evaluación de la nueva tableta electrónica de Apple.
riel Torres LA NACION
Hace una semana, Apple, el inventor del iPod y el iPhone, volvió a patear el tablero de la computación personal ?más bien lo pulverizó? al lanzar al mercado estadounidense su nueva creación, la iPad. La máquina, que no es ni notebook ni teléfono inteligente, que se parece al iPhone pero es, al mismo tiempo, más y menos que el iPhone, estrena lo que para muchos es una nueva categoría de computadoras. Una tableta que sirve, principalmente, para consumir contenidos: libros, diarios, revistas, películas y páginas web.
Esta idea, ensayada tímidamente por Amazon y Sony con sus lectores de libros electrónicos, ejecutada a medias por Nokia con su N800, profetizada desde hace años por los expertos de la industria como el futuro del entretenimiento digital, estaba ahí, flotando en el ambiente, lista para que alguien la viera. Era obvia. Pero "el mundo está lleno de cosas obvias que nadie jamás observa," asegura, con razón, Sherlock Holmes en El sabueso de los Baskerville.
Video: probamos la iPad de Apple, por Ariel Torres
Steve Jobs, cofundador y presidente de Apple, es el Sherlock de la informática personal. Aunque muchos todavía se sorprenden de sus éxitos arrasadores en la venta de música (iTunes Store), software (AppStore), telefonía celular (iPhone) y reproductores de música y video (iPod), Jobs lleva 30 años instrumentando (no siempre inventando) esa clase de dispositivos y servicios obvios que nadie ve. Por ejemplo, fue el primero en conectar una pantalla y un teclado a una computadora, en 1976. Previó el futuro visual de la informática y apostó a las ventanas y el mouse, en 1984. Ahora, la iPad refuerza el compromiso de Jobs -y, por lo tanto, de Apple- con las pantallas sensibles que permiten manipular páginas, fotos, música y películas casi como si fueran objetos reales.
Pese a que muchos analistas se mostraron escépticos con el producto anunciado por Apple el 27 de enero, la compañía despachó más de 300.000 iPad y 250.000 libros electrónicos el primer día de ventas. The New York Times ya ofrece su programa para leer el diario en la iPad, y revistas como GQ , Vanity Fair y Wired empezarán a vender suscripciones de sus ediciones de iPad dentro de dos meses.
Según fuentes de Apple, la iPad no tiene todavía fecha de llegada a la Argentina. Antes están Alemania, Australia, Canadá, España, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. Para peor la demanda en Estados Unidos sorprendió incluso al fabricante. Jobs declaró que están fabricando iPads "tan rápido como pueden", pero es obvio que se han visto sobrepasados.
Tampoco se conoce cuál será el precio en la Argentina, aunque un cálculo aproximado permite suponer que el modelo de 32 GB se vendería aquí por unos 3200 pesos.
Video: pros y contras de la iPad, por Ariel Torres
Teoría y práctica
Probé durante la semana última dos iPad. A juzgar por las especificaciones técnicas, el equipo era algo así como un iPod Touch gigante. Tenía, por lo tanto, mis reservas. Pero la primera impresión, al sacar el equipo de la caja, fue mucho mejor de lo que me esperaba. Cinco minutos después era el iPhone el que me parecía demasiado pequeño.
La iPad es una gran pantalla a color sensible al tacto donde la productividad pasa a segundo plano. Aunque ya hay programas para escribir, llevar hojas de cálculo y hasta hacer diseño industrial, la iPad está pensada para repanchigarse en el sillón a leer, visitar la Web, ver TV, películas o fotos. Tiene, es verdad, un teclado en pantalla, que me pareció muy bueno, pero que de ninguna manera alcanzaría para escribir confortablemente textos extensos. También admite un teclado físico Bluetooth.
A los escasos botones que la iPad comparte con el iPhone y el iPod Touch, Apple ha añadido un interruptor para desactivar la rotación automática de la pantalla, lo que viene muy bien, por ejemplo, para leer en la cama.
Todo lo demás se maneja con los dedos, en una pantalla que vuelve a descollar por su fluidez y su diseño gráfico atractivo y fácil de comprender, y también por la velocidad con que se mancha con huellas digitales. Pese a esto, usar la iPad, y éste es uno de los secretos, es un placer. El display, al ser más grande, mejora la experiencia, y la iPad es muy rápida. Gran punto a favor.
La aplicación para libros de la iPad convierte a lectores como el Kindle, de Amazon, o el E-Reader, de Sony, en piezas de museo con pantallas en blanco y negro lentas e insensibles al tacto. He probado todos estos equipos, y si tuviera que elegir dónde leer un libro sin duda sería en la iPad, incluso cuando la definición y la visibilidad al sol de la tinta electrónica sean superiores.
Lo que le falta
Empecinada como suele, Apple sigue sin dar soporte a Flash, una tecnología para mostrar videos, animaciones y programas omnipresente en Internet. Sin embargo, es un deleite ver la Web con la iPad. El calendario aprovecha muy bien la gran pantalla, y los videos y fotos se ven, al menos, dignamente.
La tableta de Apple, sin embargo, está lejos de ser perfecta. Primero, pide a gritos más resolución y widescreen. Segundo, carece de cámara, por lo que no permite videoconferencia. Tercero, es bastante pesada; con sus 680 gramos, resulta incómodo mantenerla en las manos como un libro y se hace necesario un punto de apoyo. Cuarto, carece de GPS (localización satelital); una pena, porque su excelente aplicación de mapas lo merece. El equipo expone otros defectos, algunos menores, otros no tanto; algunos que podrán corregirse con actualizaciones de software, otros que quizá deberán esperar a una segunda versión. También refuerza el corralito que restringe lo que el usuario puede instalar. Tampoco es capaz de conectarse a un disco compartido en una computadora personal, lo que la deja fuera de combate frente a una netbook o una notebook.
Con sus luces y sombras, una cosa es clara, luego de un primer encuentro con este novedoso equipo. La iPad no compite con los celulares inteligentes (que son mejores para, por ejemplo, oír música) ni con las notebooks (que son preferibles para escribir o llevar hojas de cálculo). Más bien, la iPad reformula la exitosa ecuación del iPod y el iPhone, con la que Apple domina holgadamente el mercado de la música y las aplicaciones móviles, pero apuntando ahora a la Web, el cine y las publicaciones electrónicas.

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