Nace El Consejo Profesional de Comunicación y Marketing Político
Compartimos el documento que presenta y define el nacimiento de la nueva institución, que tiene a Daniel Gutiérrez como primer presidente.
Daniel Gutiérrez flamante presidente del Consejo.
El Lic. Daniel Gutiérrez, Director Fundador de Imagrama. Consultores en Estrategia y responsable de nuestro espacio de Update en Marketing y Comunicación Política es el primer presidente del Consejo Profesional de Comunicación y Marketing Político de la República Argentina, y para dar a conocer la novedad nos acerca el documento que presenta y define el nacimiento de la nueva institución.Consejo Profesional de Comunicación y Marketing Político de la República Argentina.Nuestro Compromiso.La democracia y sus instituciones constituyen el marco insustituible para el ejercicio de las políticas públicas que se propongan el mejoramiento de las condiciones de vida de la población, incluyendo en esta problemática, las desigualdades en el acceso universal a los derechos sociales, civiles y políticos consagrados en nuestra Constitución.El compromiso de los actores y sus instituciones se manifiesta en la disposición al diálogo como vehículo fundamental, capaz de armonizar las distintas posiciones, permitiendo que las acciones ejecutadas en la gestión pública tengan un verdadero carácter colectivo.En este marco, los procesos de campañas electorales y la comunicación de gestión juegan un rol incuestionable. En el restringido ámbito de los formatos mediáticos, la claridad en la difusión de pensamientos se convierte en un problema difícil de resolver. La tensión permanente se plantea entre las estrategias para alcanzar un discurso franco y las limitaciones que impone el sistema de producción masiva de mensajes. En este sentido, el Marketing Político como factor específico, se ha valido de la planificación y las técnicas de investigación para diseñar y ejecutar acciones estratégicas a lo largo de una campaña electoral, de la comunicación de acciones institucionales, e incluso extendiéndose a impensadas áreas en donde hay una demanda de espacios de poder.El desafío en nuestra práctica profesional es hacer visibles las convicciones de los actores políticos en el patrón de códigos que ofrece cada formato. Es aquí donde el papel de la comunicación como disciplina y campo de estudio adquiere un papel protagónico.La comunicación es por definición etimológica “poner-en-común”, lo que implica poner en circulación pública un conjunto de contenidos en el cumplimiento de un propósito, es decir, una voluntad que pretende modificar otra. Así, la comunicación masiva es constitutivamente desigual, pues funda una asimetría entre el productor del mensaje y sus receptores, con un actor principal dueño de la palabra y de las estrategias para enunciarla.La calidad de los mensajes producidos debe someterse a los indicadores de visibilidad y honestidad de las ideas, y la comunicación debe ser una herramienta al servicio de ese fin. Siendo la política el espacio de la construcción y consolidación institucional de la democracia, sus actores deben concebir la comunicación como instrumento indispensable para el logro de ese objetivo. Subordinar las ideas políticas a las estrategias comunicacionales, a las necesidades de la acumulación electoral y a las tendencias volátiles de la opinión de los públicos, provocará la disolución de la esencia de lo político, desacreditando a la política, a los políticos, y sobre todo a la democracia.La comunicación es también y fundamentalmente producción de sentido. El paradigma que se nos impone la entiende en términos de envío, recepción y modificación de conductas, pero es un proceso mucho más complejo. Quien comunica debe ser conciente que su discurso no puede pensarse desde el vacío sino contemplando el complejo circuito de receptores e interlocutores que recibirán, procesarán y difundirán el mensaje de acuerdo a su propia formación cultural, producto de su educación y experiencia.La comunicación política como cualquier otra disciplina que intervenga en este proceso debe incorporar estas complejidades a su campo de estudios, pues de estas concepciones se alimentarán los fundamentos de los discursos de los propios actores políticos.La construcción de estrategias comunicacionales demandará no solo un profundo conocimiento del emisor sino sobre todo una adecuada percepción del sujeto de recepción y su contexto; teniendo en cuenta que siempre pueden presentarse contradicciones y espacios inestables, valores por cristalizar y nuevas condiciones de aceptación. En el ámbito cultural y político, comunicar implicará reconocer la composición simbólica de los distintos sectores sociales, su momento histórico, sus carencias, sus posibilidades y sobre todo sus inquietudes para fortalecer desde la palabra aquello que se concreta en la acción.Nuestro reto como Consejo, será justamente restablecer el lugar que ha perdido la palabra en los procesos de comunicación. El verbo debe transformarse en el símbolo del compromiso y el debate constante entre quienes participan del diálogo en la sociedad
Compartimos el documento que presenta y define el nacimiento de la nueva institución, que tiene a Daniel Gutiérrez como primer presidente.
Daniel Gutiérrez flamante presidente del Consejo.
El Lic. Daniel Gutiérrez, Director Fundador de Imagrama. Consultores en Estrategia y responsable de nuestro espacio de Update en Marketing y Comunicación Política es el primer presidente del Consejo Profesional de Comunicación y Marketing Político de la República Argentina, y para dar a conocer la novedad nos acerca el documento que presenta y define el nacimiento de la nueva institución.Consejo Profesional de Comunicación y Marketing Político de la República Argentina.Nuestro Compromiso.La democracia y sus instituciones constituyen el marco insustituible para el ejercicio de las políticas públicas que se propongan el mejoramiento de las condiciones de vida de la población, incluyendo en esta problemática, las desigualdades en el acceso universal a los derechos sociales, civiles y políticos consagrados en nuestra Constitución.El compromiso de los actores y sus instituciones se manifiesta en la disposición al diálogo como vehículo fundamental, capaz de armonizar las distintas posiciones, permitiendo que las acciones ejecutadas en la gestión pública tengan un verdadero carácter colectivo.En este marco, los procesos de campañas electorales y la comunicación de gestión juegan un rol incuestionable. En el restringido ámbito de los formatos mediáticos, la claridad en la difusión de pensamientos se convierte en un problema difícil de resolver. La tensión permanente se plantea entre las estrategias para alcanzar un discurso franco y las limitaciones que impone el sistema de producción masiva de mensajes. En este sentido, el Marketing Político como factor específico, se ha valido de la planificación y las técnicas de investigación para diseñar y ejecutar acciones estratégicas a lo largo de una campaña electoral, de la comunicación de acciones institucionales, e incluso extendiéndose a impensadas áreas en donde hay una demanda de espacios de poder.El desafío en nuestra práctica profesional es hacer visibles las convicciones de los actores políticos en el patrón de códigos que ofrece cada formato. Es aquí donde el papel de la comunicación como disciplina y campo de estudio adquiere un papel protagónico.La comunicación es por definición etimológica “poner-en-común”, lo que implica poner en circulación pública un conjunto de contenidos en el cumplimiento de un propósito, es decir, una voluntad que pretende modificar otra. Así, la comunicación masiva es constitutivamente desigual, pues funda una asimetría entre el productor del mensaje y sus receptores, con un actor principal dueño de la palabra y de las estrategias para enunciarla.La calidad de los mensajes producidos debe someterse a los indicadores de visibilidad y honestidad de las ideas, y la comunicación debe ser una herramienta al servicio de ese fin. Siendo la política el espacio de la construcción y consolidación institucional de la democracia, sus actores deben concebir la comunicación como instrumento indispensable para el logro de ese objetivo. Subordinar las ideas políticas a las estrategias comunicacionales, a las necesidades de la acumulación electoral y a las tendencias volátiles de la opinión de los públicos, provocará la disolución de la esencia de lo político, desacreditando a la política, a los políticos, y sobre todo a la democracia.La comunicación es también y fundamentalmente producción de sentido. El paradigma que se nos impone la entiende en términos de envío, recepción y modificación de conductas, pero es un proceso mucho más complejo. Quien comunica debe ser conciente que su discurso no puede pensarse desde el vacío sino contemplando el complejo circuito de receptores e interlocutores que recibirán, procesarán y difundirán el mensaje de acuerdo a su propia formación cultural, producto de su educación y experiencia.La comunicación política como cualquier otra disciplina que intervenga en este proceso debe incorporar estas complejidades a su campo de estudios, pues de estas concepciones se alimentarán los fundamentos de los discursos de los propios actores políticos.La construcción de estrategias comunicacionales demandará no solo un profundo conocimiento del emisor sino sobre todo una adecuada percepción del sujeto de recepción y su contexto; teniendo en cuenta que siempre pueden presentarse contradicciones y espacios inestables, valores por cristalizar y nuevas condiciones de aceptación. En el ámbito cultural y político, comunicar implicará reconocer la composición simbólica de los distintos sectores sociales, su momento histórico, sus carencias, sus posibilidades y sobre todo sus inquietudes para fortalecer desde la palabra aquello que se concreta en la acción.Nuestro reto como Consejo, será justamente restablecer el lugar que ha perdido la palabra en los procesos de comunicación. El verbo debe transformarse en el símbolo del compromiso y el debate constante entre quienes participan del diálogo en la sociedad
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