Internet ya es el campo de batalla de las bandas de adolescentes agresivos
En Rosario ya hay al menos una decena de bandas de adolescentes que hacen de internet un campo de batalla en el cual se desafían a pelear. Y muchas veces, ese desafío se cumple con creces. Heridos de arma blanca, contusos y autos apedreados es el saldo de las múltiples peleas que han llevado adelante en distintos puntos de la ciudad. Para la Guardia Urbana Municipal (GUM), esta problemática figura como número uno en la agenda de preocupaciones y ya se organizaron operativos de disuasión para evitar las trifulcas. La violencia adolescente también inquieta a la comunidad médica y hasta será tema de un congreso. Las bandas están formadas por chicos entre 12 y 17 años. Son grupos heterogéneos y numerosos y en muchos casos no se terminan de conocer entre los mismos integrantes. Son de distinta clase social y cultural. Y la motivación común es la de participar en hechos agresivos. Casi no hablan cara a cara y optan por esconderse en el anonimato de los niks o sobrenombres que se ponen en internet. Cada integrante suele tener su fotolog (sitio en internet donde se cuelgan fotos), que más de un usuario puede comentar. A esta modalidad de “encuentro” se le sumó el Facebook, donde no hay resguardo de la intimidad. Allí firman con nombre y apellido.
Desafíos. En esos espacios virtuales se organizan las peleas. Generalmente empiezan por alardear a su banda, como por ejemplo “la Fabela manda”, y luego se desatan los insultos que van “in crescendo”. Más que agresiones son provocaciones, en donde nadie se queda atrás. Líneas más abajo, en un fotolog hay quien responde bajo el seudónimo ninios populares. “Vamos a ver si son tan vivos cuando los agarremos los vamos a matar fabelistas de m...” (siguen los insultos). El sólo hecho de que se agreda a un compañero (así sea verbalmente) es una declaración de guerra. Los ataques son cada vez más virulentos y todo culmina con una cita para enfrentarse cuerpo a cuerpo y hasta con facas (cuchillos) si hace falta. Para los especialistas, “estos hechos son el resumen de una sociedad violenta en donde los adolescentes están huérfanos, con padres ausentes y sin modelos a seguir”.Contención y seguridad. “El feroz enfrentamiento de los jóvenes está en un primer lugar dentro de las políticas de orden público”, remarco el director de la GUM, Mariano Savia. Los efectivos de esa repartición son quienes se ocupan de disuadir a los chicos, quienes a su vez ya están entrenados para “desaparecer” en cuanto ven llegar a los móviles. Savia manifestó su preocupación por el nivel de violencia que, según confirmó, “aumentó en los últimos tiempos” . El funcionario destacó que las bandas “son grupos heterogéneos que cada vez congregan a chicos más pequeños, de hasta 12 años, que se desafían por medios electrónicos”. Además, dijo que los adolescentes “no sólo se pelean entre ellos sino que también se comportan en forma muy agresiva frente a los inspectores municipales”. De mayo a julio de este año, la GUM tuvo que intervenir en cinco episodios graves que sucedieron a la tarde y uno a la noche. Como medida política, señaló que se dispusieron efectivos en tres o cuatro lugares de la ciudad donde los chicos suelen pelearse (evitó precisar dónde). “Hay guardias planificadas y los móviles tienen la premisa de recorrer la zona para prestar especial atención ante cualquier disturbio”, aseguró. No obstante, indicó que las peleas “son hechos aislados y no sistematizados”. Por otra parte, ante los últimos enfrentamientos juveniles, el club Gimnasia y Esgrima de Rosario hizo un pedido formal para que la GUM preste colaboración para evitar grescas en los alrededores de esa entidad durante la tarde. “Vamos a tomar el pedido conjuntamente con la policía provincial como para poder garantizar la seguridad de los socios”, dijo Savia. Mientras tanto, las bandas ya son una decena y del desafío virtual pasan a la agresión física sin reparar en las consecuencias. Toda una postal de una sociedad violenta
En Rosario ya hay al menos una decena de bandas de adolescentes que hacen de internet un campo de batalla en el cual se desafían a pelear. Y muchas veces, ese desafío se cumple con creces. Heridos de arma blanca, contusos y autos apedreados es el saldo de las múltiples peleas que han llevado adelante en distintos puntos de la ciudad. Para la Guardia Urbana Municipal (GUM), esta problemática figura como número uno en la agenda de preocupaciones y ya se organizaron operativos de disuasión para evitar las trifulcas. La violencia adolescente también inquieta a la comunidad médica y hasta será tema de un congreso. Las bandas están formadas por chicos entre 12 y 17 años. Son grupos heterogéneos y numerosos y en muchos casos no se terminan de conocer entre los mismos integrantes. Son de distinta clase social y cultural. Y la motivación común es la de participar en hechos agresivos. Casi no hablan cara a cara y optan por esconderse en el anonimato de los niks o sobrenombres que se ponen en internet. Cada integrante suele tener su fotolog (sitio en internet donde se cuelgan fotos), que más de un usuario puede comentar. A esta modalidad de “encuentro” se le sumó el Facebook, donde no hay resguardo de la intimidad. Allí firman con nombre y apellido.
Desafíos. En esos espacios virtuales se organizan las peleas. Generalmente empiezan por alardear a su banda, como por ejemplo “la Fabela manda”, y luego se desatan los insultos que van “in crescendo”. Más que agresiones son provocaciones, en donde nadie se queda atrás. Líneas más abajo, en un fotolog hay quien responde bajo el seudónimo ninios populares. “Vamos a ver si son tan vivos cuando los agarremos los vamos a matar fabelistas de m...” (siguen los insultos). El sólo hecho de que se agreda a un compañero (así sea verbalmente) es una declaración de guerra. Los ataques son cada vez más virulentos y todo culmina con una cita para enfrentarse cuerpo a cuerpo y hasta con facas (cuchillos) si hace falta. Para los especialistas, “estos hechos son el resumen de una sociedad violenta en donde los adolescentes están huérfanos, con padres ausentes y sin modelos a seguir”.Contención y seguridad. “El feroz enfrentamiento de los jóvenes está en un primer lugar dentro de las políticas de orden público”, remarco el director de la GUM, Mariano Savia. Los efectivos de esa repartición son quienes se ocupan de disuadir a los chicos, quienes a su vez ya están entrenados para “desaparecer” en cuanto ven llegar a los móviles. Savia manifestó su preocupación por el nivel de violencia que, según confirmó, “aumentó en los últimos tiempos” . El funcionario destacó que las bandas “son grupos heterogéneos que cada vez congregan a chicos más pequeños, de hasta 12 años, que se desafían por medios electrónicos”. Además, dijo que los adolescentes “no sólo se pelean entre ellos sino que también se comportan en forma muy agresiva frente a los inspectores municipales”. De mayo a julio de este año, la GUM tuvo que intervenir en cinco episodios graves que sucedieron a la tarde y uno a la noche. Como medida política, señaló que se dispusieron efectivos en tres o cuatro lugares de la ciudad donde los chicos suelen pelearse (evitó precisar dónde). “Hay guardias planificadas y los móviles tienen la premisa de recorrer la zona para prestar especial atención ante cualquier disturbio”, aseguró. No obstante, indicó que las peleas “son hechos aislados y no sistematizados”. Por otra parte, ante los últimos enfrentamientos juveniles, el club Gimnasia y Esgrima de Rosario hizo un pedido formal para que la GUM preste colaboración para evitar grescas en los alrededores de esa entidad durante la tarde. “Vamos a tomar el pedido conjuntamente con la policía provincial como para poder garantizar la seguridad de los socios”, dijo Savia. Mientras tanto, las bandas ya son una decena y del desafío virtual pasan a la agresión física sin reparar en las consecuencias. Toda una postal de una sociedad violenta
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