Triple w. negocios

Los más chicos ya tienen sus propios espacios en Internet

Sitios de juegos y redes sociales son los nuevos negocios orientados a este público

Por Luján Scarpinelli | LA NACION

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Los deditos se desplazan por la pantalla de la iPad "pinchando" aplicaciones. En el cuadro siguiente, la niña clava el índice y lo desliza sobre las páginas de una revista. Insiste, pero no funciona. El video publicado en YouTube muestra la relación de las nuevas generaciones con el universo tecnológico.

Cuando la generación Y irrumpió entre los mayores, hizo temblar las estructuras. Todo indica que seguirán temblando: detrás viene marchando un nuevo grupo de nativos digitales. La generación Z juega con tabletas y navega en Internet con una agilidad que los de antes sólo exhibían en la rayuela. Crecen en entornos virtuales, jugando al tenis en el aire frente a una pantalla y compitiendo en red a miles de kilómetros.
En mayor o menor medida, esa niñez comienza a consolidarse en algunos hogares. La consecuencia es una multiplicación de espacios para chicos en la Web: además de juegos online, ya existen comunidades similares a las redes sociales de los adultos. Por estos días, la exposición al medio es objeto de reflexión entre educadores y, con igual énfasis, en las empresas que intentan acercarse a este público. El tema fue abordado por especialistas en el encuentro "KidsFluence" organizado el miércoles último por Twigis.com, una plataforma de entretenimiento infantil.
Los oradores posaron la lupa sobre el segmento de los "tweens", que engloba a niños de entre seis y 12 años. Una idea atravesó las diferentes exposiciones: aprovechar la fertilidad de Internet para crear nuevos negocios orientados al target, o montar una estrategia de marca, demanda creatividad e innovación. Y sobre todo, explotar las virtudes de la Web como un espacio para participar y compartir.
Ramiro Fernández, director de medios digitales de MTV Networks América latina -dueño de Nickelodeon y su portal mundonick.com- acentuó la naturaleza "multitasking" (multitarea) de esta generación capaz de atender, a la vez, múltiples tareas y varias pantallas. Algo que no cambia la imaginación y creatividad propia de los chicos.

Ambas cualidades convergieron con las nuevas tecnologías en una iniciativa de Aula 365, una red de aprendizaje social auspiciada por Speedy, de Telefónica. "Chicos de 70 países crearon un cómic a partir de una pregunta (¿cómo se imaginaban la escuela del futuro?). Luego votaron las mejores historias, y construimos un guión", relató Pablo Aristizábal, fundador de Aula 365. La cantidad de autores hizo acreedor al cómic de un premio Guinness. Pero lo importante, destacó Aristizábal, es "el proceso de inteligencia colaborativa de la Web 2.0" que alcanza a los chicos.
La relación entre los pequeños internautas también se desarrolla en la plataforma de entretenimiento Twigis, propiedad de una compañía israelí que llegó al país hace seis meses para intentar posicionarse en un canal que lideran Mundo Gaturro y Club Penguin.
La red que ya funciona en Rusia, Turquía y Brasil, crea una atmósfera donde los chicos pueden jugar, manejar una casilla personal, almacenar contenidos e interactuar en foros moderados. A diferencia de Facebook, por ejemplo, el perfil del usuario se crea a través de un avatar llamado "Twi".
Aunque todos hablaron de diversión, nadie minimizó la dimensión del negociode los tweens: se estima que este segmento mueve en el mundo US$ 170.000 millones.
Además de los niños, en Twigis también hay espacio para la publicidad. Entre otras, Unilever, Disney, Mc Donal's y Toyota desarrollaron acciones en los sitios foráneos de la firma. A futuro, el sitio ampliará el modelo a través de la venta de "twipis", su moneda para comparar bienes virtuales.
El gaming se lleva buena parte de la torta. "La mayor actividad online son los juegos, también experiencias de colaboración masivas", definió Cristian Schweizer, creador de la plataforma Axeso5, que no encuentra dificultades en la monetización de un segmento del que los clásicos no quieren caer: hasta los rastis pusieron un pie en la Web