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domingo, 19 de diciembre de 2010

Internet
Adiós a la información confidencial
Después del escándalo de WikiLeaks, sitio que divulgó los entresijos del gobierno norteamericano, las empresas deben ser transparentes en sus comunicaciones

Sofía Corral
LA NACION


Hay un antes y un después. El sitio WikiLeaks dio a conocer, hace casi un mes, más de 250.000 cables diplomáticos estadounidenses, muchos de ellos con contenido controvertido. Era información confidencial. Esta semana su creador, el periodista Julian Assange, quedó libre bajo fianza en Londres al enfrentar cargos por abuso sexual. Ahora bien, ¿qué pasaría si la filtración no fuera sobre cuestiones de Estado, sino sobre empresas? ¿Cuál sería la situación si se multiplicaran este tipo páginas, pero en el mundo corporativo?

La batalla por la transparencia comenzó. Pero Assange no está solo. Comparte la forma de entender la realidad con la Generación Y, aquellos jóvenes que son nativos digitales y que ya ingresaron en el mercado laboral. ¿Qué tienen en común? Su ADN está marcado por la admiración de la honestidad y la democratización de la información. Los secretos son parte del pasado para ellos. No hay negociación que valga: construyen en red y de forma colaborativa.

El peligro para las empresas es dejar pasar por alto este tipo de situaciones. Es momento de entender que detrás de un mensaje en Internet existe la posibilidad de replicarlo una y otra vez. Una queja por un producto o una denuncia por maltrato de un jefe publicado en la Web y el escándalo está a la vuelta de la esquina.

"WikiLeaks decretó la muerte de la información confidencial. Además, hoy cualquier persona tiene acceso a herramientas digitales que permiten publicar en forma masiva y gratuita. Este es el cambio fundamental", opina Daniel Valli, vicepresidente de Mora y Araujo Grupo de Comunicación.

Ernesto van Peborgh, director del Viaje de Odiseo, consultora especializada en comunicación, asegura: "Es muy posible que por medio de WikiLeaks se dé a conocer información de empresas. Esto implica un riesgo enorme. Por ejemplo, los bancos están muy preocupados sobre todo por cómo manejaron la crisis económica mundial y qué puede difundirse. Por el momento, las grandes lecciones fueron recibidas por los gobiernos. En las organizaciones está por verse".

"Gobiernos y empresas están conociendo las consecuencias que implican que la información confidencial salga a la luz. Y esto no termina con Assange, sino que recién empieza. Van a surgir nuevos WikiLeaks. El periodista será inmortalizado por otros que comparten la misma filosofía", agrega Van Peborgh.

El poder cambió de manos. "En las empresas, cuanto más se cuida la información, más poder se tiene. La perspectiva del poder en la Web se modificó y éste está dado por la cantidad de datos que se comparten. Cuanto más comparto, más poder tengo", explica Van Peborgh.

Juan Carlos Lucas, director de E-nnova Consulting, asegura que la apertura de la información para algunos será una muy buena noticia y para otros, no tanto. Todo depende de la forma de liderazgo y la manera de gestionar en las empresas.

"Esto divide las aguas. Las firmas que tienen el hábito de manipular los datos, de gestionar a partir de la asimetría de la información, no van a estar cómodas con la noticia. Para ellas será más bien una catástrofe. En cambio, para aquellos que comparten el poder y construyen un liderazgo basado en la honestidad y la transparencia será una buena noticia", detalla Lucas.

El experto destaca que para todas las empresas el escenario está planteado y no hay vuelta atrás: la Web 2.0 no se puede manipular. "Es un desafío ineludible, las organizaciones hoy no pueden elegir si lo enfrentan o no. Mientras esto se hace, los demás hablarán por la empresa", dice.

Está claro. Hay un antes y un después. Eso es lo que marca Valli con la llegada de la Web 2.0 y la comunicación. "Cuando un colaborador no estaba conforme en su trabajo o quería hacer una denuncia contra una organización, el camino natural era ir a un medio de comunicación tradicional, o a lo sumo hablar con alguien y comenzar el boca a boca. No existían otras herramientas de difusión. Algo interesante que sucedió con WikiLeaks es que la gente pensaba que los medios de comunicación tradicionales y los nuevos estaban muy divididos. Hubo una fuerte cooperación entre ambos. Se apalancan en la difusión y distribución. No estamos hablando de contrincantes", opina.

El paradigma de la comunicación centralizada, es decir, difundir una única voz con un solo mensaje bajo control, quedó atrás. "Estamos viviendo lo opuesto. Hoy hay diferentes mensajes, descentralizados; estamos comunicándonos en red. A las compañías les resulta más difícil enfrentar las crisis y cuanto más grande es la organización, menos preparada para responder porque es menos flexible", comenta Valli.

Según Van Peborgh, existe un deseo de transparencia y creación colectiva. "Los jóvenes construyen su identidad en la Web. Son abiertos y tienden a ser transparentes. No podés ocultar mentiras en la Web. Las identidades o blogs falsos son identificados."

Van Peborgh compara la situación de Wikileaks con Napster, uno de los primeros que permitió descargar música en forma gratuita. El sitio dejó de existir porque perdió un juicio contra las discográficas. Pero perder fue ganar. Resultó la sentencia de muerte para muchos sellos de música y el principio de otros sitios que replicaron la idea creada por Napster.

QUE HACER
Transparencia
Hoy, más que nunca, lo que se dice debe reflejar lo que se hace.

Coordinación
En las firmas donde la comunicación interna y externa es gestionada por diferentes áreas, la coordinación es clave.

Anticipación
Si las compañías no avanzan en implementar las nuevas herramientas de comunicación, lo harán sus empleados, sus clientes y sus detractores.

Velocidad
Las tecnologías aceleraron los conflictos, todo se sabe más rápido; por lo tanto, es necesario tomar decisiones con velocidad.


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