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domingo, 3 de octubre de 2010

campañas de publicidad

• Como si fuera un juego
• Un alegre paseo andaluz, con tiempo para el disfrute y el descanso. Así fue la producción de la última campaña de la marca infantil Mimo en la Costa del Sol
• El menú de tres pasos es casi obligatorio en los restaurantes de Puerto Banús. Y una buena excusa para, además de probar manjares mediterráneos, ver llegar grandes yates que anclan en esta bahía andaluza, o esos autos deportivos de lujo -Ferrari, Lamborghini, Maserati- que sólo aparecen en revistas especializadas.
• A metros, las vidrieras de etiquetas internacionales exhiben las últimas colecciones, de Hermès a Versace, de Cartier a Bulgari, pasando por Custo Barcelona, Dior y Chloé. Y atraen a los clientes tanto como los senegaleses, que parecen multiplicarse para ofrecer réplicas de relojes de alta gama.
• Huele a especias en el paseo marítimo. La comida india es la especialidad de Puerto Banús, pues resulta una tentación para los ingleses, el 90% de los turistas. Aunque desde hace unas temporadas se están mudando a otros puertos, se lamenta Juan, un sevillano -dueño de un restaurante- que llegó hace 20 años a estas tierras siguiendo a un amor.
• En la playa, ajenos a todo ese movimiento, juegan Martina, de 4 años, y Marcos, de 2. Los miran de cerca sus mamás y también el equipo de producción de Mimo & Co, que eligió de fondo la Costa del Sol para su campaña primavera-verano.
• ¿Por qué eligieron este rincón de Europa para mostrar la colección? "Nuestra cultura tiene un fuerte acento europeo -explica Gerardo Garcea, director de imagen y producto de la marca-. Es que, como muchos argentinos, tenemos nuestras raíces en el Viejo Continente." Dudaron entre la costa amalfitana y la del Sol, hasta que se decidieron por estas orillas andaluzas. Garcea hizo un viaje previo para buscar las mejores locaciones y, así, sumó Puerto Banús, Marbella, Nerja y Mijas.
• Mientras esperan su turno para ser fotografiados por Gisela Filc, Joaquín (9 años), Chiara (8) e Iñaki (6) construyen castillos con piedras. Porque en la Costa del Sol no todas las playas son de arenas blancas. En algunas orillas bien mediterráneas se reemplazan por piedras y otras son más terrosas.
• Sí, son más lindas en las afueras de Marbella, allí donde las canchas de golf ganan terreno, las calles se llaman Julio Iglesias y Sean Connery, y hasta hay una plaza para homenajear al actor Antonio Banderas. Una ciudad con el encanto de un casco antiguo, donde todas los callecitas conducen a la plaza de los Naranjos, y las mayólicas decoran paredes, interiores, balcones, y hasta ilustran el menú en la entrada de un bar. Allí solía veranear el rey Fahd de Arabia Saudita, que construyó una mezquita y un palacio para sentirse como en casa en cada visita.
• En la costa, el equipo de Mimo continúa la producción de fotos, y los dos más chicos se acomodan con naturalidad en un bote de tonos tan intensos como la ropa que llevan puesta. Sus diseñadores se animaron hace cinco temporadas a incorporar el negro en las prendas, pero esta primavera-verano la paleta es bien variada. Suma verde, magenta, rosa furioso, amarillo, colorado, azul, y mucho blanco y denim. Sólo un anticipo de los percheros que viajaron a España.
• Es día de fiesta en Mijas. Todo el pueblo sale a la calle y viste sus mejores galas. De los balcones, con flores de Santa Rita que parecen eternas, cuelgan manteles y mantas multicolores que se destacan en las casas blanqueadas a la cal. En la plaza, los burros esperan pasajeros. El medio de transporte de antaño ahora es sólo una atracción turística, con un paseo obligado que incluye la Ermita de la Virgen de la Peña, una excavación en roca que cobija a la Patrona de Mijas.
• Por las calles, una banda engalanada en rojo encabeza una procesión y marca el ritmo. La siguen las niñas, vestidas de blanco, y los niños, de impecable traje gris, que sonríen mientras sus papás los fotografían. En Mijas, también los chicos de Mimo sonríen a la cámara. Pero con conjuntos de colores vibrantes y mucha estampa. Siempre jugando.
• Por Mariángeles López Salón
mlsalon@lanacion.com.ar
• EN FAMILIA, DIVISION DEL TRABAJO
• Es un trabajo en familia, donde cada uno tiene una actividad bien definida. Noemí Erejomovich, conocida como Mimo, creó la empresa cuando estaba embarazada de su hija mayor, hace 44 años. Sandra Erejomovich, su primogénita, es directora del departamento de Comunicación y Marketing. Su hermano Daniel está a cargo del área de Comercio Exterior, y su hermana Ariela está al frente de Minimimo. El marido de Noemí, Jorge, es director de la empresa, y el ex marido de Sandra, Gerardo Garcea, encabeza el área de Imagen y Producto. Y hay una tercera generación: Emanuel Garcea, nieto de Mimo, es asistente del departamento de Imagen.
• Entre prendas, accesorios y calzado, la firma produce de 8 a 10 millones de unidades anuales. Cuenta con 35 locales propios, 101 franquicias y 52 en el exterior, sin contar su presencia en multimarcas. Produce en fábrica propia, y el año último inauguró su segunda plan

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