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miércoles, 10 de febrero de 2010


ARGENTINA EL LIBRO RECOMENDADO - POR ORLANDO C. APRILE
La creatividad incremental
Creatividad: el genio y otros mitos - Lo que tú, Mozart, Einstein y Picasso tenéis en común - Autor: Robert W. Weisberg - Barcelona: Labor, 1999.
Los autores y los textos sobre creatividad abundan y se multiplican. En 1935 Robert P. Crawford dio el primer curso sobre creatividad en la universidad de Nebraska. En 1935 Karl Duncker investigó sobre las características del pensamiento creativo. Y en 1937 A.R. Stevenson comenzó un programa de entrenamiento creativo en General Electric. En 1938 Alex Osborn, socio de la agencia BBDO, comenzó a dirigir las famosas sesiones de brainstorming. Y más luego se fueron sumando las teorías de Koestler, Wallas, Watson, Thorndike y Weisberg. En el propio ámbito publicitario la creatividad siempre está en primer plano por causa de los festivales y los trofeos, sobre todo los leoninos.
Por eso vale la pena recuperar este texto de Weisberg para repasar y repensar los mitos creativos puesto que el propósito de este autor es demostrar que muchos de esos mitos tienen más popularidad que sustento teórico.
En primer lugar, Weisberg analiza el mito del genio y pasa revista a Newton, Mozart, Einstein y Picasso. Recuerda no sólo sus logros sino también muchas de sus interesantísimas genialidades. Y a pesar de todo eso, llega a la conclusión de que la genialidad es un mito porque es una característica que la sociedad otorga al personaje en respuesta a la obra de este. Por eso, tratar de determinar en que radica el genio es una tarea condenada al fracaso La literatura tradicional sobre creatividad se fundamenta, básicamente, en relatos y testimonios de inventores y artistas que explican sus métodos de trabajos. Muchos de estos métodos tienen que ver con los procesos inconscientes. Pero la conclusión de que el pensamiento creativo tiene lugar en la incubación inconsciente no está sólidamente basada en los hechos.
Otro aspecto importante de la concepción tradicional de la creatividad es la convicción de que el acto creativo se produce en fogonazos de inspiración. Pero la investigación más profunda deja en claro que muchas de las soluciones creativas no se producen por saltos de la intuición. Puesto que es razonable y comprobable que se encuentran y crean soluciones a los nuevos problemas partiendo de lo que ya se conoce y de la experiencia previa y que, a partir de esta base, los conocimientos se modifican y adaptan para resolver el problema de manera novedosa.
Por supuesto, Weisberg analiza el aporte de De Bono sobre el pensamiento divergente o lateral con el cual, este autor, logró tanta popularidad. Y luego de analizar las técnicas utilizadas como el brainstorming, concluye que el pensamiento llega a ser extraordinario y creativo en razón de lo que el pensador produce y no de la manera que lo produce.
Para ir de los mitos a las realidades de las experiencias, Weisberg se concentra en la definición de la creatividad, destacando sus dos elementos importantes. Primero que la solución dada ha de ser nueva y debe ir mucho más allá de las soluciones anteriores. En segundo lugar, no basta que la solución sea novedosa puesto que es imprescindible que la propuesta creativa resuelva el problema propuesto.
El hecho de que la creatividad es por naturaleza incremental tiene que ver con el conocimiento, con la experiencia y con la forma habitual de tratar un problema que va evolucionando gradualmente hasta convertirlo en algo nuevo y creativo.

“La concepción incremental de la creatividad hace esperar que incluso productos impresionantemente creativos estén fuertemente arraigados en la experiencia del creador y hayan tenido un desarrollo gradual a partir de trabajos anteriores. La regla no son los grandes saltos sino los pequeños pasos”.

Robert W. Weisberg, doctorado en Pinceton, publicó este libro cuando era docente de la Temple University.

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