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sábado, 30 de agosto de 2008


sociedad
Toothing
De “ciberbluf” a tendencia real: ahora se usa el bluetooh para la seducción a ciegas
Fue una parodia montada en la Red por dos ingleses. Armaron un falso foro y aseguraban que muchos usaban el bluetooth de los celulares para obtener encuentros sexuales con desconocidos. Bautizaron la costumbre como toothing, y muchos cayeron en la trampa, incluido el diario español “El Mundo”, que publicó el engaño como algo real. Desenmascarados todos, la parte técnica sí funciona y muchos comenzaron a practicarlo.
Por Daniela Pasik

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Al parecer, un grupo cada vez más grande de personas usaban el bluetooth del celular para proponer encuentros con quien estuviera en su radio de acción. Detectado, se enviaba un mensaje que dijera “Toothing”, y quien conociera el código y quisiera, aceptaba. Encuentro, sexo al paso y a otra cosa.
En marzo de 2004 apareció un foro inglés de Internet en el que muchos supuestos participantes contaban sus experiencias y se daban citas en lugares a los que había que ir “con el bluetooth activado”. Ardió la Red.
Lo que nadie sabía es que todo era un hoax. O sea, un engaño masivo difundido on line, una forma tecnológica de sentirse “más vivo” que el resto y, sobre todo, de evidenciar la credulidad de las personas y los medios.
El falso foro fue diseñado por el periodista inglés experto en videojuegos Ste Curran en colaboración con Simon Byron, editor de la revista británica de tecnología Edge.
Empezaron a llenarlo de mensajes con identidades falsas y, para darlo a conocer, sólo bastó con dejar un mensaje en un blog popular. A partir de ahí, gracias a la fuerza del copy-paste, el engaño se empezó a extender por la Red.
“En una semana conseguimos generar toda una comunidad de fans del toothing”, dijeron los chistosos en su posterior confesión. Pero antes, cuando todo aún estaba en tinieblas, Slashdot, un prestigioso y popular sitio de noticias orientado a la tecnología, comenzó interesantes debates sobre el bluetooth y, pronto, la bola de nieve salió de la virtualidad.
La revista masculina Penthouse, la femenina Vogue, la BBC y hasta la agencia de noticias Reuters cayeron en las garras de la supuesta movida sex-tech. El diario El Mundo, de España, hizo una amplia nota al respecto que decía: “Una nueva moda que va ganando adeptos”.
Por todos lados se publicaban testimonios falsos, creados especialmente por los dos graciosos que, finalmente, el 4 de abril de 2005, admitieron que todo había sido una broma.
Tres años más tarde y, paradoja mediante, el gran bluf se hizo realidad. Poco a poco empezaron a aparecer personas reales que llegaron a crear foros locales verdaderos para Suecia, Dinamarca, Italia y España. La movida se fue haciendo cierta. Hoy, cada vez más gente probó al menos una vez, “a ver qué pasa”.
Sandro M., un argentino que usa su celular con bluethoot hasta de control remoto, dice: “Yo sabía que era una mentira, pero igual se puede hacer técnicamente y me tentaba. Una vez en el subte me animé. Había otros tres conectados y mandé un mensaje que decía: ‘Me bajo en Callao, tengo campera roja, seguime’. No vino nadie, pero hasta que llegué a la esquina sentí una adrenalina increíble y todavía, cada tanto, sigo probando”.
Aunque fue un engaño, el toothing fundía conceptos absolutamente posibles, como el establecimiento de una red sin hilos de corto alcance y el eterno deseo de encontrar pareja, en este caso aleatoria. Entonces, se hizo real. Algunas noticias recientes de fuentes más creíbles sugieren la tendencia. Ultimamente, sí se puede detectar el uso del bluetooth para la pesca sexual.
Bluetooth es una tecnología para comunicar entre sí varios equipos por ondas de radio. Fue ideada para permitir la trasferencia de información entre dos celulares o desde un teléfono móvil a otro en un radio de hasta diez metros.
Por eso, el toothing sólo es posible en espacios públicos concurridos. Un subte, un colectivo, el tren y hasta bares en happy hour son ideales.

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