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jueves, 16 de agosto de 2012

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El inesperado papel de una actriz argentina en el exterior

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La publicidad televisiva, como cualquier género de ficción, se alimenta de la presencia de actores. Muchos consagrados actores han navegado la tanda como un válido medio de subsistencia, a la espera de ese papel que les permita despegar definitivamente y empezar a elegir las propuestas de trabajo. Alberto Olmedo (en algunas campañas de Cinzano), Arturo Bonín (Criollitas), Susana Giménez (jabones Cadum), Hugo Arana (en el recordado “Escarpines”, de Crespi), Natalia Oreiro (para o.b.), Mónica Antonópulos (Isenbeck) y la “graduada” Paola Barrientos (en la amada/odiada parejita del banco Galicia) son apenas algunos ejemplos locales.
Sin embargo, un último ejemplo, bien particular, pude descubrir al ver “Facelift“, el último comercial del Smart, dirigido por Roberto Jitzmark (de la productora Stink) para la agencia alemana BBDO Proximity. Se trata de la actriz y modelo Sandra Domínguez, que puso su rostro al servicio de esta divertida y efectiva idea, que comunica el rediseño del vehículo compacto de Mercedes-Benz. Chequeen a partir de los 20 segundos de la pieza:


Estaba casi seguro de que era ella hasta que lo confirmé con Freak Models, la agencia local de modelos no convencionales, desde donde me contaron que el casting de la campaña se hizo simultáneamente en Londres, Nueva York y Buenos Aires, donde Sandra se ganó un lugar a partir de la representación de Freak. Así llegó a filmar en Berlín, sede de la agencia.
Inesperada aparición de quien fuera uno de los cuerpos más llamativos del teatro de revistas y los programas humorísticos de televisión, entre fines de los ’80 y mediados de los ’90.

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