Mi (mini) tributo a Tato
Como lector de legales, Tato sería la envidia de los locutores comerciales. Esas frases interminables que tienen que entrar sí o sí en unos pocos segundos serían una pavada para Tato.
A 15 años de su muerte, mi tributo a Mauricio Borensztein obviamente tiene que ver con la publicidad.
El primer comercial es para Hitachi. El segundo, para Citizen. En ambos, a través de su personaje icónico, Tato despliega su talento para vender televisores o para promocionar una pieza que marcó a una generación en los ‘80: el reloj calculadora.
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